Hoy es día de fiesta para la
narcotiranía. Ha conseguido una victoria propagandística con la entrada del
primer tanquero petrolero de Irán, presentada como un desafío a Estados Unidos.
Y hoy es un día de luto para los que cayeron en esa trampa propagandística
porque se han creado la ilusión de que Estados Unidos nos va a libertar sin
exponer nosotros el pellejo y de paso se va a comportar como un gigante de
película destrozando todo lo que se le ponga por delante.
Señores: tengamos claro que
Estados Unidos ha llegado a ser una super-potencia porque antepone su interés
nacional a cualquiera otra consideración. Estados Unidos no ha estado gobernado
nunca por imbéciles ideologizados como Chávez y Maduro que han sacrificado a
Venezuela subordinándola a Cuba. Su lema ha sido siempre: ESTADOS UNIDOS
PRIMERO. Precisamente el lema de Trump, por lo cual deberíamos estar consciente
de que hará lo que convenga a su país cuando lo crea conveniente.
En consecuencia, nuestra
estrategia contra la narcotiranía no puede estar condicionada a la intervención
de Estados Unidos. Hacerlo es comportarse como un chavista-comunista adoptando
su mentalidad: cobrar sin trabajar, esperando todo regalado sin luchar para
merecerlo. Valga de guía para la acción algo que está al alcance de todos: el
Churchill de LAS HORAS MÁS OSCURAS. Allí podemos ver que muchas veces le rogó
la intervención a Estados Unidos, en la persona de Roosevelt. Y la respuesta
fue siempre negativa por razones de política interna. Pero Churchill no se
sentó a esperar sino convocó a su pueblo a la lucha sin tregua: por aire,
tierra y mar. La orden fue resistir peleando hasta que, por fin, la situación
cambiara hasta la victoria con la intervención de Estados Unidos, que
equilibraría el peso de la maquinaria bélica alemana. Y cuándo Estados Unidos
intervino a fondo? Cuando los japoneses atacaron a su base naval en Pearl
Harbor. Churchill celebró esa noticia como la más feliz que recibiera en la
guerra.
Hay otro precedente más reciente:
Sadam Hussein hacía alardes desafiantes todos los días contra Estados Unidos,
igual que Maduro. Y Estados Unidos no intervenía en contra suya. Hasta que unos
terroristas islámicos efectuaron el atentado contra las Torres Gemelas. La
respuesta de Estados Unidos fue liquidar a Sadam Hussein y aplastar su tiranía
y sus fuerzas armadas.
Lecciones de estos precedentes
para la oposición: 1) No cometer el error de establecer la estrategia contra
Maduro y su narcotiranía en una posible intervención o auxilio militar de
Estados Unidos, que sólo se haría realidad por razones de política interna
suya. Y, por tanto, esta ilusión sólo sirve para que la propaganda del enemigo
cree un ambiente de desilusión como ahora. 2) Organizarse para librar la lucha
desde adentro, en la seguridad de que, al hacerse evidente la intervención
militar de Rusia, China, Irán y el terrorismo islámico contra los rebeldes,
intervendrá Estados Unidos por razones de seguridad regional. Recordemos que
las saciones de Estados Unidos contra la narcotiranía se iniciaron a partir de las
manifestaciones de 2014 y sobre todo de 2017. Fueron estas manifestaciones las
que cambiaron la política de Estados Unidos y América Latina con el
narcorégimen de Maduro; y, 3) No descartar que Irán y el terrorismo islámico,
por su fanatismo, nos hagan el favor de atentar directamente contra Estados
Unidos, lo que precipitaría un cambio radical de su política en beneficio
nuestro.
No esperemos que Estados Unidos
nos haga el trabajo que nos corresponde hacer, y que nosotros terminemos
disfrutándolo sin exponer el pellejo. Para triunfar desterremos la mentalidad
chavista-comunista desde ahora. Cimentemos en la lucha y luego en la transición
la mentalidad de la nueva época: la victoria, el éxito y el bienestar se
alcanzan con el trabajo y el esfuerzo.
TRANSICIÓN 13 24-05-20
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