martes, 27 de enero de 2015

Resistencia: ni diálogo ni concertación

No puede haber diálogo y mucho menos concertación entre comunistas y demócratas, ni entre agentes de Cuba y venezolanos nacionalistas, a menos que previamente renuncien a Cuba y el comunismo.
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Llaman “poderes fácticos” a los que están al margen de los poderes públicos por lo cual carecen de autoridad constitucional y legal para tomar decisiones políticas, pero son influyentes y determinantes políticamente por su autoridad moral y su peso social. En un país católico la Iglesia es uno de los poderes fácticos más influyentes. De allí la importancia de sus actitudes y mensajes. Por este motivo le doy relevancia a su última Pastoral, lo que deberían hacer también todos los demócratas.
Aciertan los Obispos cuando dicen en la Pastoral que la gente “vive la angustia generalizada por la crisis económica, pues se ve sometida a dificultades nunca vistas para tener acceso a artículos de primera necesidad.” Y cuando señalan: “una deuda externa gigantesca que hipoteca el futuro de los venezolanos, la inflación desbordada, la devaluación de nuestra moneda, el contrabando de extracción y el desabastecimiento de productos básicos han generado el EMPOBRECIMIENTO CRECIENTE de amplios sectores de la población, particularmente los de menores recursos económicos. Esta crisis se acrecienta por la corrupción, el saqueo al fisco y por la ineficacia de las medidas y planes que está aplicando el Gobierno Nacional para enfrentarla….También nos encontramos en una situación de violencia cada vez peor….La crisis de inseguridad pública es intolerable.”
Descrito los síntomas del mal, los Obispos formulan el diagnóstico: “La causa de esta crisis es la decisión de imponer un sistema político-económico de corte socialista, marxista o comunista.” Diagnóstico correcto. La causa del colapso general del país es el comunismo, “que establece el control del Estado ( o sea, de los comunistas) sobre todos los aspectos de la vida de los ciudadanos y de las instituciones públicas y privadas y además atenta contra la libertad y los derechos de las personas conduciendo a la opresión y ruina de todos los países donde se ha aplicado”. Concluye este párrafo así: “EL SOCIALISMO MARXISTA ES UN CAMINO EQUIVOCADO”. Lo confirman los hechos.
Por su parte, Monseñor Padrón, presidente de la Conferencia Episcopal, expresó que “el pueblo está consciente de que Venezuela atraviesa una crisis global de enormes proporciones, cuyos niveles sobrepasan cualquier crisis anterior y que toca profundamente todas las dimensiones de la vida del país. Cada día el venezolano siente más la crisis en carne propia.” Pero el pueblo no está consciente de que la causa de la crisis es el comunismo que el difunto importó de Cuba, la cual sigue dirigiendo la política interior y exterior de Venezuela y sobre todo la política económica como quedó demostrado cuando Maduro trajo a un comunista cubano, Orlando Borrego, para que le diga lo que debe hacer. Maduro es, pues, persona interpuesta de Cuba, representada por el comunista cubano Borrego, que es su guía en economía y finanzas. ¿Porqué el pueblo no está consciente de que la causa de su desgracia es el comunismo y que el verdadero zar de la economía es un comunista cubano enviado por Cuba? Por la sencilla razón de que los colaboracionistas de la MUD lo callan. Ocultan este hecho acusando a Maduro de inepto, cuando en verdad sus errores no se derivan de su ineptitud evidente sino de la tutela cubana sobre su persona en función de ejecutar la implantación del comunismo. ¿Qué podría hacer la Iglesia para que el pueblo tome conciencia de que es víctima del comunismo importado de Cuba? Simplemente reproducir los extractos pertinentes de su pastoral y difundirlos entre sus feligreses en colegios y templos.
Si el comunismo importado e impuesto por Cuba es la causa del colapso general de Venezuela, como efectivamente lo es, carece de sentido el diálogo con el gobierno, persona interpuesta de Cuba. Sólo sería lógico el diálogo si el gobierno renuncia a Cuba y al comunismo, puesto si no hay renuncia a ambos no puede haber concertación. ¿Cómo se puede concertar entre comunismo y democracia y entre ocupación cubana y soberanía? Sólo renunciando ellos a Cuba y al comunismo. La traición de los colaboracionistas consiste en conciliar con los comunistas sin exigir renuncia a Cuba y al comunismo, lo cual implica que ellos sí renuncian a la soberanía y a la democracia cohabitando con los traidores a la patria y culpables de la destrucción de Venezuela.
Lo planteado entonces es RESISTENCIA: ni diálogo ni concertación con los comunistas, menos aún con Cuba, de la cual son agentes.

Liberación Nacional y No-Reelección (108)

lunes, 19 de enero de 2015

LA RUTA DE LA LIBERACIÓN (VII): Los Obispos iluminan la ruta con la verdad


La Pastoral de los Obispos ha puesto en evidencia que no llamar comunistas a los comunistas y comunismo al comunismo ha sido una forma de colaboracionismo de la MUD porque ha facilitado el contrabando ideológico de los títeres de Cuba en un pueblo profundamente anticomunista.
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La Iglesia Católica es guía religiosa. Lo ha sido durante dos milenios. Pero ha sido además guía política en Europa y América. Lo fue en Europa Occidental donde, bajo su inspiración, los partidos democristianos (Alemania, Italia, Francia) enfrentaron exitosamente a los partidos comunistas. Lo fue en Europa Oriental, entonces con gobiernos comunistas, en los cuales la Resistencia tuvo sus adalides espirituales en figuras como los cardenales Wyszynski (Polonia) y Midzenty (Hungría), perseguidos y encarcelados. Consecuente con su misión de guía política, inserta dentro de la evangelización, eligió papa finalmente a un polaco, Juan Pablo II, con la evidente finalidad de guiar en su liberación a los pueblos oprimidos por el comunismo soviético. ¿Porqué un polaco? Porque sólo un eslavo podía llegarle al corazón de los eslavos, que son los pobladores de Europa Oriental.
También ha sido guía política en América, más concretamente en Venezuela. Cuando los adecos parecían comunistas en el trienio 1945-1948 la Iglesia Católica los enfrentó. Varios sacerdotes fueron diputados radicales. Caídos los adecos, la Iglesia marcó diferencia con la dictadura militar (1948-1958), en cuyo derrocamiento jugó papel decisivo el Arzobispo de Caracas, Monseñor Arias Blanco, quien emitió una carta pastoral denunciando la situación socio-económica y mantuvo, porque sólo por orden suya podía hacerse, una línea editorial crítica de la dictadura en el diario “La Religión”, vocero de la Iglesia.
Captó la Iglesia a temprana hora que el difunto era un comunista infiltrado por Cuba en la FAN. Esto explica que el Cardenal Velasco, Arzobispo de Caracas, apoyara la rebelión cívico-militar de 2002. A consecuencia de ello el difunto lo ofendió hasta en su sepelio, durante el cual sus seguidores guindaron un perro muerto. Una ofensa sacrílega. Luego por tv lo invitó a encontrarse en el infierno. No sé si Dios le tomó la palabra y allá fue a dar. Dijo que los curas eran diablos con sotanas y cuantas barbaridades más se le ocurrió. Injurió al Nuncio Dupuy y al Cardenal Castillo Lara. Sus sucesores han seguido en lo mismo. Resulta lógico en comunistas iletrados, incapacitados para un debate ideológico. Por su carencia intelectual adoptan la actitud de los posesos. Con mayor razón cuando se han dado cuenta que al nuevo Papa Francisco lo eligieron los cardenales para que hiciera en América lo que Juan Pablo II hizo en Europa: guiarla espiritualmente para su liberación del comunismo promovido por el Foro de Sao Paulo (Internacional Comunista de América Latina). ¿Porqué la Iglesia eligió a Francisco para esta tarea? Porque es latinoamericano y por ello conoce a América Latina y sabe por donde le entra el agua al coco aquí.
Interpreto que el último documento de los Obispos de Venezuela y el discurso del presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Diego Padrón, obedecen a esta estrategia. area? Porque es latinoamericano a tarea? Porque es latinoamericano y sso del capitalismo. ¿Porqucual no habrAmos cardenales paraResulta evidente cuando en el primero afirman: “El mayor problema y la causa de la crisis general (que padecemos los venezolanos) es la decisión del Gobierno Nacional y de los otros órganos del Poder Público DE IMPONER UN SISTEMA POLÍTICO–ECONÓMICO DE CORTE SOCIALISTA MARXISTA O COMUNISTA. Ese sistema es totalitario y centralista, establece el control del Estado sobre todos los aspectos de la vida de los ciudadanos y de las instituciones públicas y privadas. Además, atenta contra la libertad y los derechos de las personas y asociaciones y ha conducido a la opresión y a la ruina a todos los países donde se ha aplicado.”
Con estas palabras los Obispos desenmascaran a los títeres que ante un pueblo cristiano se presentan como cristianos y demócratas para engañarlo como lo han hecho durante 16 años. Y marcan diferencia con los colaboracionistas que han colaborado con el engaño, evitando llamar comunistas a los comunistas y comunismo al comunismo.
Este documento transcendental de los Obispos, que seguiremos comentando, debería ser divulgado por todos los cristianos, para que, leído en sus hogares y sitios de reunión, la gente tome conciencia de lo que se trata: toda nuestra tragedia viene del comunismo importado de Cuba que los títeres han venido implantando. Al centrar la causa en el comunismo, queda clara la meta: liberarnos del comunismo para lo cual tenemos que echar a los comunistas que forman el gobierno títere y así liberarnos de Cuba.

En cómo hacerlo, es en lo que discrepamos de los obispos. Pero por ahora no podemos pedirles más. Ya es bastante con lo que han dicho. 


LIBERACIÓN NACIONAL Y NO-REELECCIÓN (107)

lunes, 12 de enero de 2015

LA RUTA DE LA LIBERACIÓN (VI): Resistencia, porque oposición es colaboracionismo


A una tiranía, máxime si la ejerce un gobierno títere de otro país, se le hace resistencia, porque en este caso oposición es colaboracionismo que le sirve para simular democracia
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En una democracia existen gobierno y oposición, que se alternan en el poder. Sin alternancia no hay democracia, sino tiranía. En una democracia la oposición accede al poder por la vía electoral, lo cual es posible porque las elecciones son justas: sin ventajismo y sin fraude. Sin elecciones justas no hay democracia. En una tiranía las elecciones son una farsa, por el ventajismo y el fraude. Por ello a la tiranía no se la derrota electoralmente cuando está en juego el poder, como lo demuestra la historia de Venezuela, sino se le pone fin por otro medio: la guerra civil en el siglo XIX y la rebelión cívico-militar en los siglos XX y XXI (23 de enero de 1958 y 11 de abril de 2002). No existe una oposición en la tiranía, ya que oposición implica alternancia. Los que se oponen a la tiranía se organizan en resistencia. Efectivamente “resistencia clandestina” se llamó la que se organizó contra la anterior tiranía, la que creíamos que sería la última. Esa “resistencia clandestina” (porque toda resistencia a una tiranía adopta la forma de organización clandestina) fue la que preparó la rebelión cívico-militar.
Tres circunstancias nos diferencian de entonces. La primera, aquella tiranía era ejercida por un gobierno nacionalista. La de ahora es ejercida por un gobierno títere de otro país. La segunda, aquella tiranía era anticomunista, pero sólo de actitud pero sin adoctrinamiento ni fanatismo. La de ahora es comunista, con adoctrinamiento y fanatismo. La última, no hubo partido que se prestara a elecciones fraudulentas. No hubo partido colaboracionista.
Estas tres circunstancias asemejan nuestra situación a la Francia ocupada por Alemania. Somos un país ocupado por Cuba, la cual ejerce el gobierno decidiendo la política interior y exterior. Pero la ocupación cubana no se hace con tropas bajo un jefe militar cubano. Se hace poniendo un gobierno títere. Recordemos que la ocupación alemana se acompañó del adoctrinamiento para crear el fanatismo nacional-socialista (nazi). Del mismo modo, la ocupación cubana está acompañada del adoctrinamiento comunista a todos los niveles. Aún más traslada a Venezuela su sistema político, económico y social, del cual es mera copia, lo que nos ha llevado al colapso general. Todo se ha hecho sin obstáculos pero disfrazado de democracia, para consumo externo, contando con la eficaz colaboración de los “colaboracionistas”, que al igual de sus pares franceses inducen a la cobardía y condenan la rebeldía, alegando que nada se puede hacer excepto ocupar los espacios que cede la tiranía. Esta fue la justificación del gobierno de Vichy y de la traición a la patria del Mariscal Petain.
Tal como en la Francia ocupada por Alemania, existen aquí tres fuerzas políticas. Cuba representada por los títeres que le sirven. Alrededor suyo, los “colaboracionistas” que le hacen el juego sirviéndoles de comparsa. Estas son las dos fuerzas políticas de la ocupación cubana. La tercera fuerza es la resistencia, a la cual podemos definir como el conjunto de movimientos sociales y políticos que tienen por objetivo la liberación de Venezuela, en su triple sentido: liberarnos de Cuba, del comunismo y de la tiranía.
La resistencia francesa nos enseña que, tratándose de un país ocupado, es absolutamente necesaria la alianza cívico-militar. Ante todo, un líder militar que haga el “llamamiento”. Fue el papel de De Gaulle, que siendo militar se diferenció de los traidores. Y al mismo tiempo la resistencia propiamente dicha, organizada y dirigida por civiles. Cuentan los historiadores: “los resistentes fueron hombres y mujeres de todas las edades, aunque a menudo jóvenes, incluso muy jóvenes (adolescentes). En su gran mayoría estaban casados, tenían un oficio y una vida de familia. Había universitarios, maestros, periodistas, ingenieros, curas, obreros, tenderos, artesanos. Sólo una minoría vivía a tiempo completo en una total clandestinidad.” Eran la vanguardia, una minoría que actúa como dinamo del sentimiento popular. La resistencia francesa no tuvo en sus filas siquiera al 2% de la población y le bastó para derrotar a los alemanes. La venezolana en la anterior tiranía, mucho menos y bastó para derrocar al tirano.
Pero aclaremos. Mientras la resistencia francesa contra la ocupación alemana fue armada, la resistencia venezolana contra la ocupación cubana no puede serlo. Debe seguir el modelo de la que se hizo contra la anterior tiranía: usar todos los medios de lucha pacíficos, sobre todo la calle, aprovechando todas las oportunidades para llegar a la meta. Es mi consejo.

LIBERACIÓN NACIONAL Y NO-REELECCIÓN (106)

miércoles, 7 de enero de 2015

LA RUTA DE LA LIBERACIÓN(V): Clausurada la vía electoral, hay que tomar la alterna


Los títeres de Cuba nos han hecho el favor de clausurar definitivamente la vía electoral para salir de la tiranía, dejando sin argumentos a los colaboracionistas, que les han servido de comparsas y adornos.  
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La única salida exitosa ha sido la rebelión popular de 2002 que obligó a la intervención militar, la cual fue determinante para forzar la renuncia del tirano. Confirmó que de las tiranías se sale en Venezuela por guerra civil (siglo XIX) o por rebelión cívico-militar (siglos XX y XXI). No hay otra manera. No ha habido en nuestro país un solo caso del fin de una tiranía mediante elecciones. Los 12 años siguientes lo han ratificado. Toda elección en tiranía es fraudulenta. Durante siglo y medio de historia republicana, marcado por una sucesión de tiranías, rigió este aforismo: “gobierno no pierde elecciones.” Debió venir la democracia para que, por fin, el gobierno perdiera una elección presidencial (1968). Se concluye, por tanto, que sólo en democracia gobierno pierde elecciones. Jamás en tiranía. Quedó definitivamente consagrado con el revocatorio de 2004. Nunca antes hubo una concurrencia tan masiva, evidentemente para votar contra el tirano. Y, sin embargo, el tirano ganó, desde luego por fraude. Se cumplió la regla: ningún tirano ha perdido en Venezuela la elección presidencial o en que esté en juego la presidencia. Sólo los colaboracionistas, disfrazados de oposición, sostienen lo contrario. Precisamente porque son colaboracionistas.
Habiendo tomado conciencia de esta realidad los electores democráticos se abstuvieron en las parlamentarias de 2005. Se calculó la abstención en 85%. Era la deslegitimación de la tiranía. Pero los colaboracionistas impidieron que surtiera efectos. Dijeron, por el contrario, que había sido un inmenso error. Y que, por culpa de ese error, la tiranía había ejecutado el primer plan comunista, aprobando todas las leyes destinadas a implantar el comunismo y eligiendo discrecionalmente a los magistrados del TS, al fiscal, al contralor y al defensor y a los miembros del CNE. Muchos les creyeron. Se convirtió en verdad absoluta que la abstención es el peor error que se puede cometer. Si ellos, los colaboracionistas, hubiesen estado allí en la Asamblea, como diputados, no se habrían aprobado las leyes comunistas. Si ellos, los colaboracionistas, hubiesen estado allí en la Asamblea, como diputados, no habrían sido elegidos comunistas para el Poder Judicial, el Poder Electoral y el Poder Ciudadano. Si ellos, los colaboracionistas, hubieran estado allí en la Asamblea, como diputados, no se habrían cometido injusticias ni abusos de poder.
Vino la elección parlamentaria de 2010. Esta vez los electores de oposición fueron a votar. Lo hicieron masivamente. Y, sin embargo, perdieron otra vez por el fraude. No obstante, eligieron diputados suficientes para cumplir lo prometido. Entonces empezó la compra de los que se pasaron a la tiranía con el mayor descaro. Le siguió el allanamiento de los diputados cuyos suplentes ya estaban comprados. A continuación fue promulgado como ley el programa comunista llamado PLAN DE LA PATRIA. Luego le fue transferida al Presidente de la República la función legislativa, mediante ley habilitante, para que dictara las leyes previstas en este plan. Y, por último, han elegido discrecionalmente, a gusto del gobierno, Fiscal, Contralor, Defensor, magistrados del TSJ y miembros del CNE. Todo lo cual fue antecedido por la indignidad de los viajes del difunto a Cuba, el misterio de su enfermedad y muerte, la inconstitucionalidad de su ausencia, la inconstitucionalidad de la suplencia durante su ausencia, la inconstitucionalidad de la sucesión presidencial, la inconstitucionalidad del presidente encargado y después titular por no tener partida de nacimiento que pruebe su nacionalidad venezolana de origen o desvirtúe la doble nacionalidad. Toda una sucesión de inconstitucionalidades en presencia de los diputados supuestamente de oposición, que se dejan vejar y humillar en la Asamblea.  Todo esto bajo el mayor escarnio: estar bajo el dominio de Cuba. Y lo peor, todo este bochorno (Cuba, títeres, inconstitucionalidades) está legitimado por la presencia de estos diputados que le sirven de adorno a la tiranía. Sin duda, mejor fuera que no estuviesen allí.
A los títeres les debemos el favor de demostrarnos con hechos contundentes que la vía electoral para salir de Cuba y de ellos está clausurada. Hay que tomar la alterna, que es la calle.

LIBERACIÓN NACIONAL Y NO-REELECCIÓN(105)