He venido hablando del Gobierno de Transición. Regreso al punto
de partida: ¿Cómo llegar a la transición? Desde luego, saliendo de Maduro: CESE
DE LA USURPACIÓN. Y porqué no hemos salido de Maduro poniendo fin a la
usurpación teniendo a nuestro favor todas las condiciones objetivas y
subjetivas? Respuesta: por una estrategia equivocada. Cuál? Esperar que Estados
Unidos nos haga espontáneamente el favor de intervenir militarmente, en lugar
de rebelarnos nosotros provocando así la intervención militar extranjera al ver
que no podemos solos. Recuerden la frase: NO PODEMOS SOLOS. Pues, debemos
intentarlo para probar que efectivamente no podemos solos. Diciendo lo mismo,
Miranda y Bolívar pidieron primero ayuda para intentarlo por nuestra cuenta sin
la intervención extranjera.
Ahora para intentarlo tenemos dos problemas. El primero, no hay
un partido o movimiento político que se haya organizado para la insurreción
popular que concluya en una rebelión cívico-militar. Esto los diferencia de los
partidos de los 50 que se organizaron clandestinamente para derrocar a la
tiranía anterior. El segundo, Guaidó no tiene liderazgo para dirigir la
rebelión. Si la convoca pocos le creerán porque ha dado muchos vaivenes. A
Guaidó le espera el papel del Licenciado Madero en la Revolución Mexicana: ser
el portaestandarte usado para legitimar la rebelión hasta la elección del
primer presidente de la nueva etapa. A Madero se le recuerda con respeto porque
cumplió su papel reconociendo que el poder residía en los jefes de la rebelión.
¿Cómo obviamos estos dos problemas? Recuperando el tiempo
perdido, si aprovechamos las circunstancias sobrevenidas. Veamos hoy sólo la
primera. Las rebeliones las hacen los jóvenes, no los viejos. Miranda y Bolívar
eran unos muchachos cuando se rebelaron. Y también lo eran todos los líderes
posteriores que se rebelaron contra las tiranías: por ejemplo, las generaciones
del 28 y del 58, a ésta última me honro en pertenecer. Los jóvenes son los
actores de las rebeliones porque son los únicos dispuestos a jugarse la vida
por un ideal y su futuro. Es una ironía del destino que los jóvenes no temen a
la muerte cuando tienen una vida por delante y, en cambio, los viejos la
cuidamos celosamente cuando nos falta poco para la tumba. Lo demostraron los
jóvenes inmolados en 2014 y 2017, con los cuales tenemos una deuda de gratitud
que debemos honrar cuando lleguemos a la transición.
Ya que los jóvenes son los actores de las rebeliones contra las
tiranías, aprovechemos la circunstancia favorable del corona virus para su
conversión en rebeldes contra Maduro para derrocarlo. Recuerdan el proverbio:
no hay mal que por bien no venga. El coronavirus es un mal para quienes tenían
por estrategia la intervención militar de Estados Unidos, porque la impide o
posterga. Pero es un bien para los que siempre creímos que sin rebelión nuestra
no habría intervención militar extranjera en ayuda. ¿Porqué es un bien? Primero
porque acaba con el éxodo de los jóvenes al extranjero. Antes del corona virus
todos los jóvenes sólo pensaban en irse. Ninguno atendía razones para quedarse.
Todos tenían mentalmente hechas sus maletas. El corona virus y la crisis económica
mundial que genera los obliga a quedarse. A Maduro y la narcotiranía los
favorecía el escapismo de los jóvenes. Ahora que los jóvenes se quedan
obligados son unos descontentos que fácilmente podemos convertir en rebeldes
contra la narcotiranía. No tienen otra opción. A ellos se sumarán los miles que
vendrán de regreso. Tal vez por el coronavirus rescatemos a la juventud
venezolana para la inmensa tarea de reconstruir y refundar la República,
después de ponerle CESE A LA USURPACIÓN y fin a la narcotiranía títere de Cuba.
A jóvenes menos preparados que ellos reclutó el comunismo para
acabar con la democracia en donde pudo. Nos toca ahora a nosotros hacer lo
contrario: la conversión de estos miles de jóvenes preparados de futuro
truncado en los actores de la reconstrucción y refundación de Venezuela como
puntera de la sociedad del conocimiento.
¿Cómo motivarlos y organizarlos? Les prometo la respuesta para
la próxima.
Jesús Antonio Petit Da Costa
ENCARGADURÍA
22 02-05-20
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