lunes, 26 de marzo de 2012

El gobierno títere, nuestra mayor vergüenza



“Venezuela y Cuba tienen el mismo gobierno”, ha dicho El Tirano. Y lo ha reafirmado con estas palabras: “SOMOS UN SOLO GOBIERNO.” Si ambos países tienen un solo y el mismo gobierno comunista, significa que no hay dos gobiernos. Sólo hay un gobierno verdadero. El otro es de mentira. Un títere del verdadero. ¿Cuál es el gobierno de verdad y cuál el títere? Veamos.

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El Tirano no manda en Cuba. Al contrario, la monarquía comunista cubana manda en Venezuela. Los hermanos Castro, sobre todo Fidel, intervienen en la política nacional y participan en las decisiones que toma El Tirano sobre Venezuela. Ello explica que Fidel no se haya trasladado a Venezuela con motivo de su enfermedad. El Tirano sí se ha mudado a Cuba, reconociendo a La Habana como la capital de ese “solo gobierno”.

Los venezolanos no hicieron implantar en Cuba el sistema político democrático que tenían, establecido por la Constitución: elecciones justas, gobierno alternativo, pluralismo político, independencia de poderes, libertad de expresión, etc. Pero la monarquía comunista cubana sí ha hecho implantar en Venezuela su sistema político totalitario: farsa electoral, gobierno vitalicio, confusión de gobierno y partido, control absoluto de todos los poderes públicos (totalitarismo), Estado paralelo (poder popular), eliminación de medios independientes, censura y autocensura, etc. 

Los venezolanos no implantaron en Cuba la economía capitalista que tenían, establecida por la Constitución: propiedad privada, libertad económica y economía mixta. Pero la monarquía comunista cubana sí ha venido implantando en Venezuela su economía comunista: eliminación de la propiedad privada y de la libertad económica. Los juristas venezolanos no redactan las leyes políticas y económicas a regir en Cuba; pero los técnicos cubanos sí traen la copia de sus leyes comunistas para que rijan en Venezuela.

No hay instructores militares venezolanos en Cuba. La monarquía comunista cubana no acepta la intromisión de militares venezolanos dentro del ejército cubano. Los militares venezolanos van a Cuba a recibir adoctrinamiento. Por el contrario, en Venezuela sí  hay instructores militares cubanos dentro de la FAN. Los venezolanos no tienen agentes en la policía secreta de Cuba. En cambio, hay agentes cubanos dentro de la policía secreta venezolana. Los venezolanos no organizan ni controlan los servicios de identificación e inmigración de Cuba. En cambio, los cubanos organizan y controlan estos servicios en Venezuela.

Los médicos venezolanos no han sido incorporados al sistema de salud cubano, ni a la formación universitaria de médicos cubanos. En cambio, médicos cubanos controlan el servicio de salud venezolano, forman médicos (piratas) venezolanos y ejercen la medicina en Venezuela sin reválida. Los docentes venezolanos no dirigen la educación en Cuba. En cambio, la educación en Venezuela está bajo la dirección de los cubanos. Los universitarios venezolanos no planifican ni dirigen la educación superior en Cuba. En cambio, los cubanos planifican y dirigen la educación superior en Venezuela. Los abogados venezolanos no organizan ni dirigen los servicios jurídicos de Cuba. En cambio, los cubanos, sin ser abogados, organizan y dirigen los servicios jurídicos de Venezuela. Los ingenieros venezolanos no construyen las obras públicas cubanas, ni mucho menos dirigen sus empresas básicas. En cambio, los cubanos, sin ser ingenieros, son los que revisan y aprueban los proyectos de obras públicas en los ministerios venezolanos y dirigen las empresas básicas.

Está claro que, siendo un solo gobierno los de Venezuela y Cuba, como lo confiesa El Tirano, el de Venezuela es en verdad un gobierno títere de Cuba. Los cubanos gobiernan en Cuba y también en Venezuela. En ambos gobierna la monarquía comunista cubana. Falta saber: ¿Qué clase de gobierno títere, de los que ha habido en el mundo, es el que tenemos en Venezuela? El más indigno de todos. Más indigno que el gobierno títere francés, porque siquiera los franceses le hicieron la guerra a Hitler y sólo ya derrotados los de Vichy se prestaron a ser títeres. Más indigno que los gobiernos títeres comunistas de Europa Oriental, porque estas naciones fueron dominadas por la fuerza de las armas al final de la guerra y además eran sostenidas por la URSS. Para nuestra mayor vergüenza ante el mundo entero, Cuba se apoderó de Venezuela sin disparar un tiro, invitada por traidores que entregaron la patria, y es Venezuela, la dominada, la que sostiene a Cuba, como si fuera su chulo.

lunes, 19 de marzo de 2012

Patriotismo y honor, reivindicación nacional


Compatriotas: ante el mundo estamos dando la impresión de un pueblo sin honor ni dignidad, porque permitimos que El Tirano nos humille y deshonre entregando la patria a Cuba, trasladando la capital a La Habana y poniéndose en manos de la monarquía comunista cubana, única poseedora del secreto de su enfermedad.

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El enfermo está enfermo sin duda, pero ni se cura ni se muere. Mientras tanto, limpia el piso con el honor nacional. No lo hace siquiera con las manos. Lo hace con los pies. El honor nacional es un estropajo con el cual se luce sacándole lustre de metrópoli a la monarquía comunista cubana. Goza exhibiéndonos como un pueblo cobarde, más cobarde que ningún otro, porque ningún otro pueblo en el mundo permite lo que él nos está haciendo. No somos un bravo pueblo. Somos un pobre pueblo cobarde con los pantalones abajo ante los cubanos. Así, con los pantalones abajo estamos sin que nadie diga nada. Sin que nadie haga nada. Sin que nadie mueva un dedo para reivindicar el honor nacional. ¿Y la deshonra del país cómo queda? Queda impune por la cobardía colectiva.

El Tirano, antes de la enfermedad, ya estaba confeso en el delito de traición a la patria. Lo confesó ante el país entero, por medio de la televisión, al decir: “Venezuela tiene dos presidentes, el cubano y yo. Porque Cuba y Venezuela  tienen un solo gobierno. SOMOS UN SOLO GOBIERNO.” Admitió así que las autoridades cubanas, concretamente los hermanos Fidel y Raúl Castro, intervienen en los asuntos internos de Venezuela y participan en el gobierno de la República. Esta confesión hace plena prueba, si la vinculamos con sus viajes frecuentes a Cuba para rendir cuentas ante los hermanos Castro, con el aporte fiscal de Venezuela para el sostenimiento de Cuba, con la entrega de petróleo venezolano para ser administrado por Cuba en las ventas al exterior (Petro-Caribe) y con la presencia de miles de cubanos ejerciendo autoridad en el gobierno de Venezuela (44.000 reconocidos por él mismo, pero son muchos más). Y por la sumisión filial ante Fidel Castro, su papá político. Había incurrido, pues, en la mayor traición de la historia nacional contra Venezuela. Pero visto que nada ha pasado, porque todo el mundo acepta tranquilo esta traición a la patria, se consideró autorizado para hacer lo que viene haciendo: se mudó a Cuba, trasladó la capital a La Habana y entregó a Cuba el secreto de su enfermedad, considerado por él mismo secreto de Estado, que lo hace incurso en otro delito contra la seguridad nacional: la revelación de un secreto de estado a una potencia extranjera. Si es secreto de Estado para los venezolanos, es delito revelarlo a un gobierno extranjero.

Estaba en lo cierto El Tirano cuando tomó la decisión sobre su enfermedad. Este país perdió la vergüenza hace rato. El Tirano nos está pisoteando y lo único que se oye decir es “pobrecito, le deseamos suerte.” Un masoquismo jamás visto en la historia universal. Está limpiando el piso con nuestro honor de venezolanos y cual esposa sumisa, víctima de la violencia doméstica, la respuesta de instituciones, poderes fácticos e individuos es: “sí, mi amo, te deseo que vivas para que me sigas pateando.” No creí presenciar nunca tal estado de degradación colectiva. Estaba influenciado por los libros que cuentan las gestas heroicas. Sinceramente nos merecemos El Tirano.

Si hubiese una pizca de dignidad y vergüenza hubiésemos reaccionado protestando y negándole la autorización, y aunque fuese un saludo a la bandera, hubiésemos presentado, para salvar la honra y crear conciencia en el pueblo, un proyecto de Ley de Acefalía,  como existe en países decentes que cuidan de su honor. Propondríamos en dicha ley, primero, que la falta temporal del Presidente de la República por enfermedad sólo puede autorizarse si acompaña la solicitud con certificación médica que contenga diagnóstico y pronóstico. No se admite el secreto. Segundo, el deber del presidente de tratarse su enfermedad en Venezuela por razones de seguridad de Estado. No se admite excusas. Si la enfermedad es tan grave que no hay recursos para ella en Venezuela, se declara la falta absoluta para que pueda viajar al extranjero. Tercero, cualquiera sea la causa de falta temporal, incluyendo el viaje al extranjero por menos cinco días, asumirá la presidencia el Vice-Presidente mientras dure la falta. Cuarto, en ningún caso el presidente podrá despachar desde el extranjero, ni estar bajo el cuidado de autoridades extranjeras, porque en tales supuestos estará incurso en el delito de traición a la patria.

Es cuestión de recuperar el honor nacional perdido y resucitar el patriotismo. Una larga marcha comienza con el primer paso.

miércoles, 14 de marzo de 2012

EL DESEMPLEO DE LOS JOVENES EUROPEOS DEBE SER APROVECHADA POR LA VENEZUELA DEMOCRÁTICA EMERGENTE CON UNA POLÍTICA DE INMIGRACIÓN MASIVA PERO SELECTIVA, REPTIENDO LA EXPERIENCIA EXITOSA DE LOS AÑOS 40-60.


En la Europa Latina, sobre todo en España, Italia y Portugal, hay desempleo masivo y creciente de jóvenes con profesión universitaria.
Veamos el caso de España. En 2005 el paro juvenil rondaba el 20%. Ahora alcanza el 49,9%. Esto significa unos 2,5 millones de jóvenes desempleados. Por ello el 55% de los menores de 34 años sigue viviendo con sus padres. La generación mejor preparada tiene las peores perspectivas. La sensación extendida entre ellos es que no hay futuro. El 75% cree que vivirán peor que sus progenitores. Y el 70% de éstos opinan lo mismo.  A consecuencia de ello 68% de los jóvenes españoles están dispuestos a marcharse de España.
Esta es una oportunidad de oro para la Venezuela emergente que deberá surgir al restablecerse la democracia. Podemos y debemos repetir la política de inmigración europea, masiva pero selectiva, practicada por los gobiernos durante los años 40 a 60.
Esta política debe tener dos aspectos. Primero, dar facilidades para el regreso de todos los jóvenes con título universitario, cualquiera sea su profesión, que emigraron debido a la situación crítica del país durante la tiranía comunista. Y segundo, invitar a los jóvenes desempleados de la Europa Latina (España, Italia y Portugal) con título universitario, a emigrar a Venezuela, dándole preferencia a los de profesiones científicas y técnicas. La invitación debe incluir una oferta de trabajo dependiente o autónomo, en la ciudad o el campo.  Los que opten por el trabajo autónomo, o sea, los emprendedores, tendrían la posibilidad de financiación.

martes, 13 de marzo de 2012

LA CAJA DE COMPENSACIÓN SALARIAL, UNA EXPERIENCIA ITALIANA QUE DEBEMOS TENER PRESENTE PARA LA TRANSICIÓN


¿Porqué si Italia y España están atravesando por la misma crisis, la tasa de desempleo en la primera es del 8,6% mientras en la segunda tiene el récord de la zona euro con el 23,3%? Una de las causas es que en Italia existe la CAJA DE COMPENSACIÓN SALARIAL (CIG, por sus siglas en italiano).
¿Qué es la CAJA DE COMPENSACIÓN SALARIAL? La prensa lo explica así: Se trata de un mecanismo de regulación del empleo, pero sobre todo de una filosofía: en una situación de crisis los empresarios italiano-en su mayoría pequeños y medianos emprendedores-prefieren reducir actividad y horarios en vez de reducir plantillas. Según datos de los sindicatos, en el año 2010 casi un millón y medio de trabajadores se acogieron a la caja de compensación, aceptando trabajar menos cobrando menos, a cambio de conservar el empleo.
El mecanismo se activa para salvar las dificultades temporales de una empresa, intrínsecas o debidas a las condiciones del mercado. Se revisa cada tres meses, con una duración máxima de un año prorrogable por un año más. Durante este lapso el INSTITUTO NACIONAL DE PREVISIÓN SOCIAL abona al trabajador hasta el 80% de las horas no trabajadas por reducción del horario. La finalidad: evitar el despido del trabajador, lo que también beneficia a la empresa que ha hecho una inversión en su formación y entrenamiento.

lunes, 12 de marzo de 2012

¿Páez, Gómez ó López?


 Compatriotas: La historia de Venezuela enseña que el vacío de poder, causado por la enfermedad de un presidente, se llena desde adentro del régimen cuando la oposición, por debilidad o error estratégico, deja que así sea. Veamos los antecedentes históricos y la posibilidad de que se repitan.
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Era independiente Venezuela cuando Bolívar tomó la decisión inconsulta, porque no fue votada por el pueblo, de ceder la soberanía nacional para constituir la República de Colombia. Esto no gustó a los venezolanos. Menos aún que la capital fuese Bogotá, y no Caracas. Todavía más, que los mandara un colombiano, Santander, porque Bolívar no se ocupaba de gobernar. Y, sin embargo, pretendía seguir en el cargo (continuismo) para toda la vida (presidencia vitalicia). Pero se le atravesó algo imprevisto: la tuberculosis que lo llevaría a la tumba. Entonces el descontento acumulado de los venezolanos aprovechó el vacío de poder causado por la ausencia y la enfermedad.

La reacción contra el gobierno de Bogotá y al final contra Bolívar se conoce como “La Cosiata”. La dirigió Páez mezclando el pleito por la sucesión con la bandera patriótica de rescate de la soberanía nacional y la oferta democrática de alternancia en el poder, muy atractiva para jefes militares y líderes civiles. Contando con su apoyo, que garantizaba la unidad nacional, Páez convocó el Congreso Constituyente que refundó la República y estableció la no-reelección inmediata del presidente. 

Hagamos el paralelo con la situación que estamos viviendo. El Tirano tomó la decisión inconsulta, porque no ha sido consultada al pueblo, de ceder la soberanía nacional uniendo de hecho a Venezuela con Cuba, en condiciones de subordinación. La sede del gobierno está en La Habana, capital de la llamada “Patria Grande”. Desde allí los hermanos Castro intervienen en los asuntos internos de Venezuela, disponiendo de su renta petrolera para su beneficio directo y para regalarla a terceros (Petro-Caribe). Al mismo tiempo, bajo la guía y protección de Cuba, El Tirano se convierte en presidente vitalicio mediante la reelección indefinida. Surge entonces un imprevisto: el cáncer. Evidentemente están dadas las condiciones para otra “Cosiata”. El problema es que no hay un Páez a la vista. En el ala militar del régimen, de donde podría salir, no se ve uno con liderazgo propio y suficiente hombría como para encabezar la reacción, aplicando la misma estrategia: convocar a la unidad nacional para el rescate de la soberanía rompiendo con Cuba, para refundar la República en un Congreso Constituyente y para acabar con el continuismo estableciendo la no-reelección.

Distinto fue el caso de Gómez. Era vicepresidente cuando enfermó Cipriano Castro, quien viajó a Alemania para ser tratado de su enfermedad y luego regresar. Gómez aprovechó la ocasión para tomar el poder. Contó con el apoyo de todos los poderes públicos y también de la oposición, la que se integró a un gobierno de unidad nacional con el compromiso de mantener el principio de no-reelección. Para que se repita lo que hizo Gómez se requiere: un vicepresidente con indiscutible liderazgo político y militar, que no es el caso actual, y un enfermo impedido de presentarse a tiempo para abortar la conspiración, lo que tampoco es el caso. No hay, pues, la posibilidad de un Gómez. De todos modos, por este antecedente El Tirano no ha encargado de la presidencia al vicepresidente, pero lo ha mantenido en el cargo para que se neutralice con el presidente de la Asamblea Nacional. Uno frena al otro.

Todo conduce a un López Contreras, quien esperó pacientemente la muerte de Gómez para tomar el poder, desbaratando la pretensión dinástica de la familia del difunto e iniciando así la transición a lo que se conoce como post-gomecismo: libertad relativa bajo tutela militar. Con la única diferencia de que, para lograrlo, otro López Contreras necesitará respaldo de calle que sólo conseguiría con un gobierno de unidad nacional.  El problema radica en cuánto dure el enfermo, porque una enfermedad larga agota a un país y el estrés puede provocar la explosión hasta de un pueblo paciente.

lunes, 5 de marzo de 2012

La enfermedad del poder y el poder de la enfermedad



Compatriotas: Cuando asumió la presidencia El Tirano enfermó del cerebro. Contrajo la enfermedad del poder, que se fue agravando con los años. Transcurridos doce le apareció el cáncer, que desatendió a consecuencia de aquélla. Era lógico: los enfermos mentales no se ocupan de sus enfermedades corporales. Es así como la enfermedad del poder lo está matando. Si alguien lo quisiera, le demostraría su amor  apartándolo del poder.

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La enfermedad del poder es una enfermedad mental que afecta a todos los que llegan a un alto cargo, sobre todo la presidencia de la República. La única vacuna contra ella es la no-reelección absoluta. No existe otra. Pero esta vacuna no previene la enfermedad, sino atenúa sus efectos. La reelección inmediata la agrava. Y la reelección indefinida la exacerba a tal extremo que sólo con camisa de fuerza se le puede someter. Es el caso de los tiranos contra los cuales únicamente caben medidas heroicas, a menos que la muerte le ponga fin a este padecimiento.

Los estudiosos describen los siete síntomas relevantes de la enfermedad del poder. El primer síntoma es la paranoia de la conspiración en contra suya. No come en cualquier parte, ni viaja en cualquier carro, ni se sienta en cualquier asiento. Este síntoma se observa en El Tirano. Lo rodean anillos de guardaespaldas cubanos, se hospitaliza en Cuba, se hace operar por médicos cubanos. Piensa: los cubanos me necesitan. Por ello no pueden querer matarme. No así los venezolanos.

El segundo síntoma es el oído selectivo. El enfermo sólo oye a los adulantes. En la fase aguda de la enfermedad, ni siquiera a éstos. Se oye a sí mismo. Es el caso de El Tirano: reúne a los ministros para que, en cadena de radio-tv, lo oigan durante horas interminables.

El tercer síntoma es la pérdida de coordinación entre cerebro y boca. El enfermo empieza a decir cosas que no piensa y no entiende que muchas veces está diciendo estupideces. Así lo dice un psicólogo: “con cierta frecuencia los pacientes manifiestan inacabables diarreas de palabras que acompañan con un marcado estreñimiento de ideas.” Este síntoma es el más prominente en El Tirano.

El cuarto síntoma es la sensación de levitar. El enfermo se siente que está por encima de los demás, a quienes advierte pequeños porque los mira desde arriba. Así El Tirano gusta de despreciar a sus críticos diciendo: águila no caza moscas. Con estas palabras confirma su enfermedad.

El quinto síntoma es creerse indispensable e insustituible. Es lo que cree El Tirano. Por este motivo hizo aprobar la reelección indefinida, sin darse cuenta que con ella agravaría su enfermedad hasta hacerla incurable. No tiene sucesores. No forma equipo. El es el único.

El sexto síntoma es la relación servil. El enfermo no es amigo de nadie. Se hace rodear únicamente de siervos dóciles. Con ellos enroca ministerios y empresas públicas. Son los mismos de siempre que cambian de cargos, porque son sus criados, que lo obedecen sin chistar.

El séptimo síntoma es el efecto luminoso. No puede vivir sin un reflector de televisión. Así El Tirano se la pasa en cadena. Eso forma parte de su vida. Un día sin estar en tv se le convierte en un día sin vida. Para satisfacer su megalomanía colecciona televisoras que todas horas transmiten y retransmiten su imagen y sus palabras.

El Tirano es un enfermo de poder. Eso está a la vista. Pero no cualquier enfermo. Es un enfermo en fase aguda. Un enfermo que manda en este manicomio que llaman Venezuela, donde todos estamos enfermos del cerebro precisamente porque el más enfermo de todos lo dirige. Un manicomio que necesita un loquero que ponga orden y restituya la normalidad. Un loquero que comience por vacunar a todos los políticos contra la enfermedad del poder estableciendo la no-reelección absoluta para presidente y gobernadores.

Pero este loquero debe antes tener compasión del enfermo mayor, apartándolo del poder para que pueda atender adecuadamente el tratamiento indicado contra el cáncer que padece. Los que lo aman deben demostrarle el amor que le tienen, haciendo esta obra de caridad. Conduélanse de este hombre que, por sufrir de la enfermedad del poder, ha terminado por ser víctima del poder de una terrible enfermedad que lo está matando.