lunes, 16 de diciembre de 2013

SÓLO NOS QUEDA LA CALLE CON NUEVOS LÍDERES


Liberación Nacional y No-Reelección (54)

Sin elecciones en dos años quedó desempleada la oposición electorera, después de habernos causado el inmenso perjuicio de legitimar al gobierno títere de Cuba. Procedamos a darle carta de despido para que emerja un nuevo liderazgo que haga oposición de calle
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Nuestra tarea fundamental es la patriótica de liberar a Venezuela de Cuba, la que comienza por desplazar del poder al gobierno títere. Recuperar la independencia de nuestro país y, con ella, el honor y la dignidad de los venezolanos, que sufrimos esta humillación, constituye el deber patriótico de todos y cada uno de nosotros. Sólo recuperando la independencia, podremos impedir la implantación definitiva del comunismo, finalidad del cínico Plan de la Patria, antesala de la Confederación Vene-Cuba. Sólo recuperando la independencia podemos librarnos de la pesada carga que arruina al país y a nosotros mismos, como es sostener a Cuba y financiar por encargo suyo al Foro de Sao Paulo (Internacional Comunista de América Latina), mientras el país se hunde en el colapso por el trasplante de un modelo político-económico desahuciado en el mundo entero. Y sólo recuperando la independencia, podremos librarnos de la tiranía oprobiosa que nos sojuzga y nos lleva al suicidio colectivo mediante la confabulación al unísono de los poderes públicos. Entonces debe estar claro que hay, en este momento histórico, un solo objetivo: liberar a Venezuela de Cuba y así librarnos del comunismo y de la tiranía, de la ruina y de la pobreza. Todo cuanto se haga políticamente debe estar en función de este objetivo, el cual debemos asumir como tarea común. Y únicamente relacionándolo con este objetivo podemos hablar de victorias o derrotas. Lo demás es engaño y manipulación.
¿Cómo calificar la elección del 8D en función del objetivo de liberar a Venezuela de Cuba, del comunismo y de la tiranía? Sin duda, fue una derrota electoral de Venezuela y de los venezolanos. Y una victoria en toda la línea de Cuba, de su monarquía comunista. Lo fue porque Cuba, con su partido satélite PSUV, ganó del 75% al 80% de las alcaldías. Así de cada 10 alcaldes, 8 son títeres de Cuba. Apenas 2 son patriotas, en el supuesto de que lo sean y no infiltrados como se ha visto en la Asamblea. Consolida así Cuba su administración colonial que completan un gobierno títere, unas instituciones títeres y 20 gobernadores títeres.
Lo fue también porque Cuba, con su partido satélite PSUV, obtuvo la mayoría de los votos válidos. La mayoría de los venezolanos votó por Cuba, el comunismo y la tiranía. Lo hizo, desde luego, inconscientemente porque no fue advertida, para crearle conciencia, por una campaña sistemática que le enseñara que se trata de escoger entre Cuba y Venezuela, entre comunismo y democracia, entre tiranía y libertad, entre su ruina y su bienestar.  
Lo peor de todo: ha sido una aplastante victoria política de Cuba ya que ha conseguido lo que quería: 1) Legitimar el gobierno títere, que estaba deslegitimado por su origen inconstitucional y fraudulento; 2) Legitimar el CNE, que estaba cuestionado por el fraude;  3) Dejar en ridículo la denuncia de fraude de la elección presidencial presentada ante la OEA; y, 4) Convalidar ante la comunidad internacional a su gobierno títere como democrático y respetuoso de la voluntad popular. Sin duda, la MUD y Capriles son los mejores vendedores de imagen que pudieron conseguirse Cuba y sus títeres para lavarse la cara. Aceptemos que no ha sido su intención, pero tal es el resultado. Un verdadero desastre para la causa patriota, que ha perdido el terreno que había ganado desde la muerte del difunto.
Pero bien dicen que no hay mal que por bien no venga. Ahora vendrá la depuración de la oposición. Ya consolidado el gobierno títere ha comenzado la Operación Desnudo. Al que no se someta al Plan de la Patria, haciéndose así agente comunista y títere de Cuba, no le darán dinero suspendiéndole el situado constitucional y simultáneamente lo cercarán nombrándole una autoridad comunista paralela a la cual trasladarán las competencias para que sea la que reciba el dinero que corresponde al Municipio. Y terminarán asfixiándolo con las comunas, que no son poder popular, como debían ser, sino subterfugios de la concentración de poder o recentralización, en cuanto extensiones del gobierno títere. Será la prueba del ácido: someterse o rebelarse. A muchos se les caerá la careta. Esto, unido a que no habrá elecciones en dos años, precisamente los años del colapso según todos los pronósticos, abre las puertas a la oposición de calle, única vía para la liberación nacional si le damos forma de una alianza cívico-militar. 

martes, 10 de diciembre de 2013

¿QUIÉN GANÓ Y QUIÉN PERDIÓ?


        
 GANÓ CUBA Y PERDIÓ VENEZUELA

Somos un país gobernado por Cuba, que ha instalado aquí un gobierno títere encargado de ejecutar la tercera etapa del proyecto cubano de implantación del comunismo que convertirá a Venezuela en otra Cuba, a la cual está anexada de hecho. Por tanto, nuestra primera e insoslayable tarea es la patriótica de liberar a Venezuela de Cuba, la que comienza por desplazar del poder al gobierno títere. Todas las batallas políticas deben librarse en función de este objetivo: la liberación nacional. No hacerlo sería colaboracionismo y complicidad con la traición a la patria. En función de este objetivo supremo, que debemos asumir todos y cada uno de los venezolanos, podemos hablar de victorias o derrotas.
¿Cómo calificar el evento electoral del 8D?
Fue una victoria electoral de Cuba contra Venezuela. Y, por consiguiente, una derrota electoral de Venezuela. Lo fue porque Cuba, con su partido satélite PSUV, ganó del 75% al 80% de las alcaldías. Tendremos, pues, más alcaldes títeres de Cuba que nacionalistas. Lo fue también porque Cuba, con su partido satélite PSUV, obtuvo la mayoría de los votos válidos. La mayoría de los venezolanos votó por su sumisión colonial. Lo hizo, sin duda, inconscientemente porque no fue advertido por quienes debieron decirle, ahora y en todas las elecciones anteriores, que se trata de escoger entre Venezuela y Cuba.
Lo más grave: ha sido una victoria política de Cuba contra Venezuela. Y, por consiguiente, una derrota política de Venezuela. En efecto, Cuba ha logrado su objetivo inmediato: legitimar el gobierno títere, que estaba cuestionado por su origen inconstitucional y fraudulento. Cuba ha logrado legitimar su instrumento de manipulación electoral, que ha quedado libre de toda sospecha de fraude. Cuba ha logrado con esto último dejar sin efecto la denuncia de fraude de la elección presidencial presentada ante la OEA, por órgano de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Cuba ha logrado convalidar ante la comunidad internacional a su gobierno títere como democrático y respetuoso de la voluntad popular.
No se trata de que Maduro ganó y Capriles perdió, como efectivamente sucedió. Es algo más grave: Cuba ganó y Venezuela perdió.
Hemos perdido esta batalla, pero la victoria de Cuba es pírrica como lo demostrarán los acontecimientos futuros.  
REFLEXIONES 26                                          10-12-13

lunes, 9 de diciembre de 2013

La lección del 57: votar o no, depende del Plan B


Liberación Nacional y No-Reelección (53)

Votar o no, son igualmente eficaces bajo una tiranía si encajan dentro del Plan B (rebelión civil a la cual se sumen los militares), único modo de ponerle fin como lo enseña la historia.
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El 15D se cumplirán 56 años del plebiscito convocado en 1957 para legitimar la reelección del general Marcos Pérez Jiménez en la presidencia de la República (período 1958-1963). Hubo ese día una abstención masiva. Tanta que, para tratar de encubrirla, el régimen puso a votar a los inmigrantes, coaccionándolos con amenaza de expulsión. Los venezolanos atendieron así al llamado de la Junta Patriótica. ¿Porqué, estando bajo la misma dictadura militar, se llamó esta vez a la abstención, mientras en 1952 la consigna fue votar? La clave estuvo en el objetivo perseguido: la rebelión cívico-militar, que efectivamente se produjo en enero de 1958. Veamos cómo se pasó de votar a no votar como instrumento eficaz para derrocar a la tiranía.
En 1952 la dictadura militar convocó a elecciones para una Constituyente. Con el fin de asegurarse la participación de los dos partidos legales de oposición, URD y COPEI (estaban ilegalizados AD y PCV), les dio las garantías exigidas: 1) Un CSE imparcial, con representantes de la oposición como miembros efectivos y un presidente independiente que merecía la confianza de todos; 2) Registro Electoral sometido a la vigilancia de la oposición; 3) Votación por tarjetas para permitir el recuento manual en acto público; y, 4) Miembros de mesas designados por los partidos. Estas garantías indujeron a la oposición a creer en la palabra de los jefes militares. Confiados sus líderes no prepararon un Plan B. Cuando la junta militar consumó el fraude descarado al verse perdida, el ganador de la elección, el partido URD de Jóvito Villalba, quedó sin capacidad de reacción. Por ello aceptó la invitación a dialogar que le hizo la dictadura. Cuando asistió de buena fe a la cita, lo apresaron y lo montaron en un avión que lo trasladó a Panamá junto con sus acompañantes.
La experiencia de 1952 le enseñó a la oposición: 1) Dictadura no sale con votos, aunque dé garantías electorales, porque si pierde desconoce el resultado; 2) Votar bajo una tiranía sólo tiene sentido si encaja dentro de un plan subversivo; 3) Con tiranía no se dialoga. Se la combate frontalmente. Y 4) algo decisivo, el fraude electoral no se debe convalidar jamás. Por ello URD y COPEI no aceptaron ocupar las diputaciones que les fueron ofrecidas (40% de la Constituyente). Descartaron la tesis de “ocupar espacios”.
El aprendizaje fue duro, pero el viraje estratégico probó su eficacia. Cinco años y dos meses después cayó derrocado el tirano. Las cosas sucedieron así. Los cuatro partidos de oposición (ahora todos ilegales) se unieron en una Junta Patriótica y prepararon la rebelión. Organizaron la resistencia clandestina para la cual fueron reclutando jóvenes, sobre todo universitarios. Yo me incorporé a los 17 años, apenas ingresé en la UCV. El principiante comenzaba en una célula de adoctrinamiento y activismo e iba ascendiendo en la estructura jerárquica supliendo a los que caían presos o muertos. Así nos preparamos para el año decisivo de 1.957, cuando el dictador debía convocar a elecciones. Parecía lógico postular como candidato unitario a Caldera, único líder que todavía estaba en el país, pero esta vez, si se votaba, sería teniendo listo el Plan B de la rebelión del pueblo contra el fraude. Tal vez por intuirlo o saberlo el dictador decidió no convocar a elección presidencial, evitando así la movilización popular, sino a un plebiscito arreglado para aprobar su reelección. Entonces la oposición llamó a la abstención masiva, de modo que sirviera de detonante de la rebelión. Para que sea efectiva la abstención debe precederla un clima de agitación, que trascienda a pesar de la censura de prensa, radio y tv. Nos tocó a los universitarios dar inicio a la agitación con el alzamiento contra la dictadura el 21-11-57. Le siguió la abstención masiva tres semanas después, con la cual quedó montado el escenario para la rebelión. Se inició con el alzamiento de los militares acantonados en Maracay. Aunque fracasó, sirvió para dar la señal de arranque a la rebelión civil que se fue escalonando hasta que intervino la FAN en su conjunto el 23-01-58.
Aquella experiencia de lucha victoriosa enseña que lo importante cuando se enfrenta a una tiranía es tener claro el objetivo y usar indistintamente el voto o la abstención según convenga y se ajuste al Plan B, sin el cual ambos serían lo mismo que ladrarle a la luna.

lunes, 2 de diciembre de 2013

DESPIDAMOS A LA "OPOSICIÓN BURUNDANGA"


Liberación Nacional y No-Reelección (52)

Dadas todas las condiciones objetivas para que pase algo, únicamente falta, para que suceda, que despidamos a la “oposición burundanga”, la que ha adormecido al pueblo venezolano, anulando su rebeldía natural, hasta convertirlo en instrumento ciego de su propia destrucción al movilizarlo sólo para servir de comparsa electoral de la tiranía
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El 8D-2012 Maduro asumió la presidencia al desaparecer el difunto de la escena política. El 8D-2013 Maduro, contra todos los pronósticos, cumplirá un año en el cargo. En estos doce meses no ha habido ningún suceso que lo haya puesto en peligro. Ni un grito siquiera ha perturbado la paz del régimen, a pesar de que han sobrado motivos para rebelarse, tales como:
1.- Una sucesión de fraudes constitucionales: ocultar la enfermedad terminal del difunto que lo incapacitaba; simular que el difunto estaba en sus cabales, incluso después de fallecido, atribuyéndole decisiones que tomaba el usurpador en su nombre; darle continuidad administrativa a un gobierno extinto y considerar elegible al usurpador inelegible; y, tanto o más importante que lo anterior, ocultar la nacionalidad del usurpador, con el fin de evadir la consecuencia jurídica: la nulidad de su elección, ya de por sí viciada.
2.- Traición a la patria, agravada y continuada, por la sumisión vergonzosa a Cuba, la renuncia al Esequibo, la cesión de la frontera a la guerrilla extranjera, el posible pacto secreto con Colombia sobre el Golfo de Venezuela y la pérdida de la soberanía económica por la inmensa deuda pública externa.
3.- Una sucesión de fraudes electorales: el del 7-O que proclamó reelecto al difunto entonces moribundo y el del 14-A que declaró electo al inelegible.
En la Venezuela de antes, cuando había oposición y líderes de verdad, uno cualquiera de estos motivos (ilegitimidad y traición) habría sido suficiente para provocar una guerra civil (siglo XIX) o una rebelión cívico-militar (siglo XX), la cual contaría esta vez con las condiciones más favorables a la explosión político-social:
4.- El colapso del país a causa del plan de construcción del comunismo que nos ha traído: moneda-basura, déficit fiscal descomunal, destrucción del aparato productivo, carestía y escasez, saqueo del Tesoro Nacional por los jerarcas, inseguridad ciudadana extrema, inseguridad jurídica de personas y bienes en absoluto desamparo, inseguridad social por el desastre de la salud pública, salario mínimo de hambre, más del 50% de los trabajadores sin empleo formal, pensiones miserables de vejez, infraestructura vial deteriorada, servicios públicos en estado deplorable y, en fin, empobrecimiento general acelerado e indetenible con deterioro de la calidad de vida y ruina del país .
5.- La determinación del usurpador de promulgar como ley al Plan de la Patria, tercera etapa del proyecto cubano de conversión de Venezuela en otra Cuba, rechazado en referéndum hace seis años, con lo cual quedaría  fuera de la ley la mayoría de los venezolanos que está contra el comunismo.
El que, a pesar de estar dadas todas las condiciones objetivas para que el pueblo se alce contra la tiranía comunista, no haya sucedido nada en estos doce meses, se debe únicamente a la “oposición burundanga”, el más eficaz antídoto contra la rebeldía porque ha adormecido al pueblo entregándolo a Cuba y sus títeres.
La liberación nacional comenzará cuando despidamos a la “oposición burundanga”, lo que debemos hacer junto con el año que termina.

viernes, 29 de noviembre de 2013

LA CONSECUENCIA DEL PLEBISCITO: RENUNCIA MADURO O RENUNCIA CAPRILES


La MUD y Capriles sostienen que las municipales son un plebiscito. Tomémosle la palabra y veamos las consecuencias.
En el supuesto negado por imposible de que la MUD gane la mayoría de las 335 alcaldías, cuál sería la consecuencia jurídica? Ninguna. En efecto, constitucionalmente las municipales no tienen nada que ver con el ejercicio de la presidencia de la República. Desde los años 80 se las separa de la elección presidencial para que ésta no las contamine y el debate se centre en los problemas locales. Políticamente es diferente. Procedería exigir la renuncia inmediata de Maduro. Capriles y la MUD estarían obligados a demandarla lanzando la gente a la calle al estilo de la “primavera árabe” hasta que consigan que se vaya. ¿Lo harán? Sus antecedentes hacen pensar que no. Pero si no lo hacen habrán engañado a sus electores, víctimas de una publicidad engañosa. En este caso, quienes deberían renunciar son Capriles y la MUD.
En el supuesto probable, a causa del sistema electoral fraudulento, de que el PSUV gane la mayoría de las alcaldías, podría considerarse Maduro ratificado en la presidencia? No, en absoluto, por las mismas razones constitucionales expresadas antes. Pero, en cambio, sería una derrota política de Capriles y la MUD, con efectos plebiscitarios conforme a su propaganda, por cuyo motivo deberían renunciar de inmediato a seguir dirigiendo la oposición. No tendrían otra salida honorable. Si no renuncian, su liderazgo debe ser repudiado por su fracaso reiterado (4 derrotas consecutivas en un año).
El 8D debe renunciar Maduro o, en su defecto, Capriles y la MUD.
REFLEXIONES 25                                                            29-11-2013