domingo, 28 de febrero de 2021

SÓLO HAY UNA SALIDA Y DEPENDE DE NOSOTROS


BREVIARIO (1)

1.- No hay salida electoral o ninguna otra pacífica de la situación actual de Venezuela. Esto debemos tenerlo claro y convencer de ello a todos cuanto podamos.

2.- Sólo por la fuerza saldremos de Maduro, títere de Cuba,  y de su narcotiranía, que es el único gobierno de la delincuencia organizada existente en el mundo.

3.- Toda tiranía puede ser derrotada y derrocada porque no tiene pueblo. Lo enseña la historia universal y también la nacional. Es cuestión de organización y estrategia.    

4.- No podemos esperar que sea una intervención militar extranjera la que nos libere, a pesar de que Maduro y su narcotiranía representan un peligro cierto para la seguridad regional. Pero los gobiernos americanos no han tomado conciencia de tal peligro y de allí su renuencia a socorrernos militarmente. De ellos únicamente podemos esperar solidaridad y ayuda, como lo vienen haciendo hasta ahora.

5.- Los obligados a liberarnos de Maduro y su narcotiranía que Cuba nos ha impuesto, somos los venezolanos, por patriotismo y dignidad y porque somos las víctimas con nuestras familias.  Vistas las circunstancias tenemos que tomar la iniciativa y asumir el peso de la lucha, poniendo voluntad, valentía y astucia.

6.- No es la primera vez que las cosas suceden así. Recordemos que los libertadores recurrieron a Inglaterra y Estados Unidos como contrapeso a España, que era una de las mayores potencias de la época, y ninguno de aquellos dos intervino militarmente en la guerra de independencia. Se limitaron a prestar ayuda y permitir que algunos voluntarios vinieran y se incorporaran al ejército patriota (ej. la Legión Británica).

7.- Lo mismo sucedió en ocasión de todas las tiranías habidas en Venezuela. No vino auxilio militar extranjero para los que lucharon contra ellas. Todo se resolvió primero con guerras civiles y luego con rebeliones cívico-militares, la última por ahora en 1958. Esta vez ocurrirá lo mismo.

petitdacosta@gmail.com

miércoles, 24 de febrero de 2021

JÓVENES: ÉCHENLE CABEZA Y VOLUNTAD Y VENCERÁN

 

“Cuando todo parezca ir en tu contra, recuerda que el avión despega contra el viento, no a favor de él.” (Henry Ford)

No conozco a Orlando Avendaño, pero sí tengo buenas referencias sobre su trayectoria de luchador. Precisamente por estas referencias me ha sorprendido leer estas frases suyas: “Perdimos el país para siempre. Y toca, ahora, asumirlo. Construir nuestro futuro a partir de esa premisa: se perdió la libertad de Venezuela. En consecuencia, el que está afuera, el que está adentro, el que piensa en irse, y el que piensa en volver… Todos, ahora, debemos estructurar nuestras vidas, nuestras decisiones, a partir de esta desgarradora realidad. 

Un joven de 29 años me está diciendo a mí, que soy un viejo y podía ser su abuelo, que ya todo está perdido y sólo nos queda ver qué hacemos con nuestras vidas: 1) los jóvenes aquí adentro sometiéndose a la realidad de una narcotiranía consolidada; 2) para los que no acepten someterse, la alternativa es sumarse a los ya 5 millones que se fueron buscando un futuro que no tienen en su patria; 3) Y en cuanto a los viejos, ver cómo sobreviviremos en medio de las estrecheces, sin hijos y sin nietos porque se fueron o se van, con el peligro de caer muchos en la tentación de que tal vez la pandemia sea una bendición para escapar pronto de la desgracia.

Pues, joven Avendaño, si usted a sus 29 años acepta la derrota y se entrega, no sucede lo mismo con este viejo, que por el contrario hoy más que nunca, a pesar de la edad, me siento en el deber de luchar por mi patria y mi pueblo en primer lugar, y por mi familia, sobre todo mi hijo, mis nietos y bisnietos, a los cuales tengo el deber de dejarles un ejemplo de vida y de herencia lo más valioso: un país libre y en democracia donde puedan desarrollar todo su potencial físico e intelectual. Y en caso de morir antes, sin verlo, hacerlo con la satisfacción de que sangre de mi sangre palpitará cuando eso ocurra, porque ocurrirá.   

Yo lo invito, joven Avendaño, a rectificar. Y en su persona invito a todos los jóvenes, no sólo a mantenerse en la lucha, sino a dar el paso de asumir el liderazgo a que están obligados para pagar a Venezuela lo que hizo por ustedes al darles la preparación que tienen. Tomen la lucha por la liberación de Venezuela como un reto profesional: si son abogados, como una causa aparentemente perdida que deben ganar; si son médicos, como un enfermo en las últimas que deben salvar y sanar; si son ingenieros, como una obra derrumbada que deben reconstruir; si son economistas y administradores, como la tarea de reflotar a una empresa en quiebra; sin son arquitectos, como un proyecto de edificio donde parece imposible construirlo; y así por consiguiente. Sean orgullosos: tomen el caso de Venezuela como un reto a su habilidad profesional. Sería una vergüenza que toda una generación de universitarios, la mejor preparada de la historia de Venezuela, se declare derrotada por un iletrado y zafio al frente de una banda de la delincuencia organizada.    

El derrotismo, que es la rendición ante una situación adversa, es inaceptable en cualquier edad, pero más en los jóvenes. Ante la adversidad en la vida la conducta correcta es revisar la estrategia, sustituyendo la errada por una realista que identifique los flancos del enemigo para centrar el ataque en sus debilidades. Esto se llama “realismo” que es todo lo contrario a “derrotismo”.

El error de ustedes, como generación, ha sido cederle el liderazgo a los “piratas” de la MUD-G4, que no pueden compararse con ustedes ni intelectual ni moralmente. Hasta ahora ustedes han sido mirones de lo hecho por esos traficantes de la política. No se entreguen, sino tomen el caso de Venezuela como el mayor reto a su habilidad profesional. Si el ingenio del hombre ya explora el universo, cómo es posible que el cerebro de ustedes no sea suficientemente creativo como para vencer  a la horda primitiva que detenta el poder. No digan: boto tierrita y no juego más, dejándonos a los viejos la lucha por la liberación de Venezuela.

Lo que tienen ustedes por delante es un desafío a su valentía pero más a su ingenio, al cual se le presenta este reto: convertir el 80% de los venezolanos que detestan a Maduro y su banda  en un ejército civil para liberar a Venezuela de la ocupación cubana y de la narcotiranía que nos ha impuesto. No me vengan con que no se puede. Si mi generación pudo con mayor razón ustedes. Échenle cabeza y voluntad, para decirlo en venezolano. Y vencerán.  

petitdacosta@gmail.com

sábado, 13 de febrero de 2021

LA JUVENTUD ES UN MOTOR APAGADO POR FALTA DE UN IDEAL

La juventud ha sido el motor del cambio político en nuestra historia. Ha sido el motor porque siempre ha puesto en marcha el cambio político. Consecuente con este pasado, la juventud debe ser el motor del cambio político que requiere Venezuela con la mayor urgencia. Pero para que el motor arranque hay que prenderlo. Y la ignición de ese motor se llama “ideal”. Sin ideal no prende ese motor que es la juventud. Precisamente la juventud no ha prendido en la actualidad por la falta de un ideal. Los jóvenes necesitan una quimera por la cual luchar, un sueño que los motive. Y para que la quimera prenda ese motor se necesita que alguien la encarne y así pueda activar el encendido.

 

Fueron los jóvenes de la Sociedad Patriótica el motor del cambio político que comenzó con la Declaración de Independencia. Fueron los jóvenes liberales el motor del cambio político que comenzó con la Federación. Fueron los jóvenes de la generación del 28 el motor del cambio político que comenzó con la rebelión cívico-militar de 1945. Fuimos los jóvenes de la generación del 58 el motor del cambio político que significó la instauración de la democracia durante 40 años. Corresponde a los jóvenes de ahora poner fin a la etapa presente, la más oscura de nuestra historia, de la cual son víctimas, y constituirse en el motor del cambio político que inicie una nueva etapa histórica, encabezándola o influyendo en su desarrollo.

 

¿Pero cuál etapa histórica si no hay un ideal? Lo único que se le ofrece a los jóvenes es salir de Maduro. Es bastante, pero no suficiente. ¿Qué vendrá después de Maduro? Es la pregunta clave. No puede ser el regreso al pasado para restablecer una partidocracia que fracasó y por cuyo fracaso hemos vivido durante 22 años la desgracia de la narco-tiranía comunista. Tampoco puede ser para entronizar en el poder a unos mercaderes de la política que durante estos años han sido sus comparsas electorales. Nada de esto ilusiona a los jóvenes, lo cual explica su inhibición. Los jóvenes necesitan algo distinto. Un sueño que los ilusione y, por tanto, algo radicalmente diferente al presente y al pasado.

 

Comunismo y partidocracia fracasaron. Son los últimos dos fracasos de una sucesión de fracasos que han jalonado los 210 años de historia de Venezuela. Ha llegado la hora de ponerle fin a los fracasos. Para lograrlo debemos encender el motor del cambio político, que es la juventud, pero para encenderlo urge un ideal.  

 

La juventud actual es un motor apagado por falta de un ideal. Comencemos la búsqueda de ese ideal para la ignición del motor del cambio político que es la juventud.

 

Continuará.

 

petitdacosta@gmail.com

domingo, 7 de febrero de 2021

CUALQUIER COSA PUEDE PASAR


Lo repito: estamos en una situación insostenible que no puede prolongarse. En cualquier momento tendrá un desenlace. Estamos en un vacío institucional total. Sin gobierno legítimo, porque Maduro es un usurpador y Guaidó un pastor de nubes que perdió la legimitidad porque desapareció la AN que lo sostenía. A su vez, no hay AN legítima. La que había ya no existe y la que pretende usurpar sus funciones no es reconocida por el pueblo venezolano ni la comunidad internacional. Lo mismo sucede con el TSJ: ilegítimo y desconocido por todo el mundo. Por su parte, el Poder Ciudadano es totalmente ilegítimo porque los tres que usurpan los cargos de Fiscal, Contralor y Defensor fueron electos por una Constituyente ilegítima que todo el mundo desconoció hasta que murió de consunción. Finalmente, el Poder Electoral tampoco es legítimo porque todo el mundo lo desconoce ya que sus miembros fueron designados por un TSJ ilegítimo usurpando una atribución privativa de la AN. En resumen, tenemos un tinglado de parapetos en lugar de poderes públicos. Y sin poderes públicos no hay institucionalidad. Y sin institucionalidad no hay Constitución. Venezuela es, en estos momentos, un campamento militar donde la única autoridad es la FANB, que a su vez es ilegítima por inconstitucional porque usurpa la función de la FAN que es la fuerza armada reconocida por la Constitución.  Y sin Constitución no hay legitimidad. Y sin legitimidad no hay institucionalidad. Y sin institucionalidad rige la “ley de la selva”, que es la del más fuerte.

Pero sucede que en la selva cualquier cosa puede pasar en cualquier momento por lo cual vengo diciendo que Maduro es un TIGRE DE PAPEL sentado en un barril de pólvora, que es la ira contenida de todo el pueblo, donde lo puede volar un tigre de verdad que no sólo ronque. La pólvora del barril es la mezcla de un factor subjetivo (85% de la población lo desprecia) y de un factor objetivo (la situación económico-social insostenible por desesperante). Sólo falta que alguien encienda la mecha y se llene de gloria ensalzado como libertador. Debería ser civil, pero hay un vacío de liderazgo civil: unos están vendidos porque para ellos la política es un negocio y los otros, los honestos, no han logrado todavía el eco que deberían tener. Por ello no descartemos que sea un uniformado el que prenda la mecha. Es mucha la tentación para cualquiera con un mínimo de inteligencia y ambición de poder que se le presente una oportunidad como esta, sabiendo que la euforia nacional será acompañada por el respaldo internacional. Resuelve el problema a todos.

Concluyo con una frase acertada del Prof. Ramón Piñango: en una situación como la actual cualquier cosa puede pasar, y cuando digo cualquier cosa es cualquier cosa.
petitdacosta@gmail.com