lunes, 28 de abril de 2014

¿Para quién trabaja la MUD?

Liberación Nacional y No-Reelección (71)

Para que usted mismo se responda la pregunta le hago una breve introducción al tema
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En 2002 no existía la MUD, porque los partidos acobardados estaban huyendo desde 1.999 cuando entregaron mansamente las instituciones democráticas, incluido el Congreso. La lucha contra la tiranía comunista, que apenas comenzaba, era sostenida por la sociedad civil, que al efecto formó una alianza de clases, así: CTV-Trabajadores (Carlos Ortega), GENTE DEL PETRÓLEO-Clase media profesional (Juan Fernández) y FEDECÁMARAS-Empresarios (Pedro Carmona). Bajo esta dirección la sociedad civil, transformada en alianza cívico-militar, logró la inmensa victoria, nunca más repetida, de obligar a Chávez a renunciar. El error estuvo en que los mantuanos o amos del valle quisieron repetir lo mismo que hicieron en 1.810: tomar el gobierno para sí, olvidando las consecuencias que entonces trajo. El fracaso se hubiera evitado si la alianza de clases se hubiera reflejado en una junta de gobierno tripartita.
Aquel suceso le enseñó a Chávez que la sociedad civil es inmanejable, porque no la puede comprar con cargos y contratos. Entonces procedió a reconocerle el liderazgo de oposición a los partidos. En contrapartida éstos se han sumado a la campaña de desprestigio de la rebelión popular de 2002, sólo comparable, guardando la distancia y la dimensión, con la del 19 de abril. Los partidos la han condenado, calificándolo de un error que no se debe repetir. ¿A quién beneficia la condena de la rebelión cívico-militar como salida en una situación como la que vivimos? A la tiranía comunista, por añadidura títere de Cuba. ¿A quién perjudica esta condena? Al pueblo, porque le amputa una de las manos con la cual golpear y barrer a los opresores.
Decepcionado el pueblo por el fraude en el referéndum revocatorio, anunció mediante las encuestas que se abstendría en las elecciones parlamentarias de 2005. Así lo hizo. Los partidos no aprovecharon esta oportunidad para otra rebelión contra la tiranía. Al contrario, imploraron misericordia. Y, a partir de entonces, iniciaron una campaña de desprestigio contra la abstención como medio de lucha inserta dentro de una estrategia insurreccional. La efectividad de la abstención como antesala de la rebelión cívico-militar había sido probada en diciembre de 1957 contra la anterior dictadura y más recientemente en Perú para derrocar a Fujimori. Aquí no ha funcionado por culpa de los partidos, cuya sargentería sólo saca cuentas de los puestos y negocios que pierde.
¿A quién beneficia la renuncia a la abstención masiva como factor de desestabilización, que sirve de antesala a la rebelión cívico-militar? A la tiranía comunista, por añadidura títere de Cuba. ¿A quién perjudica? Al pueblo, al cual se le cierran todas las salidas distintas a la electoral.
Dejemos para otro día lo sucedido desde 2006 hasta 2012. Situémonos en 2013. La MUD aceptó todas las inconstitucionalidades sumadas desde el 8 de diciembre de 2012, última vez que se vio vivo al ahora difunto. No cuestionó el misterio, aún sin revelar, de su enfermedad y muerte. Llevó a votar en las condiciones más adversas. Denuncia el fraude. Luego retrocede. Da esta excusa: “no convocamos a la calle porque habrá muertos.” Entonces ni rebelión, ni abstención desestabilizadora, ni protestas en la calle. Sólo diálogo, negociación, entreguismo, votar para perder.
A la pregunta: ¿para quién trabaja la MUD?, sólo hay una respuesta: para la tiranía comunista, para mayor vergüenza títere de Cuba. Es el instrumento colaboracionista de la tiranía, encargada de arriar a los electores como borregos al matadero electoral, un callejón sin salida. 
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Ya está en las librerías el libro: CHÁVEZ Y LA PERVERSIÓN DEL EJÉRCITO, tesis doctoral de mi hijo, Vladimir Petit Medina, que mereció del jurado el veredicto: “excelente y publicación.” Me ahorran el elogio interesado, de padre orgulloso, el comentario del catedrático Dr. Demetrio Boersner: “un trabajo excepcional para la cabal comprensión de lo que ha sucedido todos estos años.” Y del Dr. Fernando Falcón, Coordinador del Doctorado en Ciencias Políticas-UCV: “Lo que retrata y analiza Petit fue lo que efectivamente pasó…un trabajo histórico en el cual, con herramientas gerenciales, llega a conclusiones verdaderas.”

jueves, 24 de abril de 2014

La falacia colaboracionista de que ningún golpe es bueno



Es, sin duda, una falacia colaboracionista decir que no hay golpe bueno. Según los colaboracionistas, todos son malos. Esto es ser “más papista que el Papa”, más títere que los títeres mismos, puesto que los títeres no tienen problema en celebrar todos los años “su golpe”, el del 4 de febrero de 1992, con el mayor descaro y con invitados del ALBA y UNASUR.
No conforme con esta falacia los colaboracionistas se arrodillan ante los títeres conviniendo en otra falsedad, que la rebelión popular de 2002 fue un golpe, por el cual piden perdón, aunque trasladan la culpa a esos radicales de la sociedad civil que en mala hora existen.
¿Qué motiva esta falacia de los colaboracionistas? Cumplir precisamente con su papel de colaboracionista que consiste en impedir que el pueblo tome lo que ellos llaman “un atajo”. Llaman “atajo” a la rebelión popular o cívico-militar que es la forma tradicional en Venezuela de ponerle fin a una tiranía o a una situación política que no tiene otra salida. El papel del colaboracionista es meter al pueblo en un corral, cantándole la tonada de las elecciones, y luego pasar las trancas para que no se salga y así negociar con los títeres que son los compradores del ganado.  Son comerciantes de ganado, el de electores borregos.
Conforme a la falacia de los colaboracionistas no fue buena la rebelión popular, con apoyo militar (sin el cual no habría sido posible), del 19 de abril de 1.810. Se ha debido dejar a Emparam. Eso de tomar el atajo de exigirle la renuncia estuvo muy mal. Y es condenable. La culpa la tuvo la sociedad civil ya que no había partidos, que si los hubiera habido todo se hubiera arreglado con un diálogo. Ya tendríamos dos siglos dialogando con gobernantes españoles. Como para los colaboracionistas ningún golpe es bueno, deberían tener entonces la sinceridad de proponer que sea eliminado el 19 de abril como fiesta nacional y borrada la fecha de la cinta izquierda del escudo. Y condenar Bolívar y todos los libertadores por golpistas. Fueron los primeros golpistas de nuestra historia.
En 1830 hubo una rebelión cívico-militar, que puso fin a la insostenible unión con Colombia y creó la República de Venezuela, la que existe desde entonces. Como para los colaboracionistas ningún golpe es bueno, deberían censurar lo sucedido entonces, condenar a Páez por golpista reincidente y proponer el regreso a la unión política con Colombia, una invención de Bolívar, por lo cual podrían esperar que los títeres, por declararse bolivarianos, lo aceptarían y así volvemos a tener a Bogotá de capital, resolviéndole de paso el problema de la nacionalidad a Maduro, ya que valdría lo mismo haber nacido allá que aquí.
El 20 de febrero de 1.859 estalló en Coro una rebelión cívico-militar al grito de Federación. Como según los colaboracionistas ningún golpe es bueno, y todos son repudiables, deberían proponer que se borre aquella fecha de la cinta derecha del escudo nacional, se ponga fin al Estado Federal, sean declarados golpistas despreciables Falcón y Zamora y al Partido Liberal se le tenga como el partido golpista de nuestra historia.
El 18 de octubre de 1.945 se produjo la rebelión cívico-militar, encabezada por el partido AD, que puso fin a la insostenible situación política de 46 años de la oligarquía gomecista en el poder. Como según los colaboracionistas ningún golpe es bueno, debía condenarse para siempre al partido AD como segundo partido golpista de nuestra historia, exhibiéndose públicamente como golpistas execrables a Gallegos, Andrés Eloy, Betancourt, Leoni, Prieto y cuantos adecos había para la época. Y, desde luego, para reparar este error, retrotraernos a la perpetuación en el poder de militares andinos.
El 23 de enero de 1.958 se produjo la rebelión cívico-militar que derrocó al dictador Pérez Jiménez e inició un período de 40 años de democracia. Como según los colaboracionistas ningún golpe es bueno, fue error del pueblo alzarse contra la dictadura. Los culpables de este error fueron los partidos AD (reincidente en el golpismo), COPEI, URD y PCV. Deberían ser señalados como golpistas execrables: Betancourt, Caldera, Jóvito y Gustavo Machado.
Si a la rebelión se la llama “golpe”, todos los grandes líderes de Venezuela, todos, absolutamente todos, desde los libertadores para abajo, han sido golpistas. Y todos los que los hemos acompañado (me incluyo en el 58) HEMOS SIDO ORGULLOSAMENTE GOLPISTAS.
En Venezuela el que no ha participado en una rebelión no ha hecho historia. Porque aquí la rebelión es la única manera de ponerle fin a una situación insostenible, insoportable e inaceptable. Lo demás es colaboracionismo.
REFLEXIONES 49                                                24-04-14

sábado, 19 de abril de 2014

EL DERECHO DE REBELIÓN: NATURAL, HISTÓRICO Y CONSTITUCIONAL


Llámase “derecho natural”  el que se deriva de nuestra naturaleza humana, siendo por consiguiente universal, anterior y superior al ordenamiento jurídico. Es culturalmente una creación de la doctrina cristiana y un valor fundamental de la civilización occidental.
Llámase “derecho histórico” al que se han dado los pueblos como fundamento de su independencia, soberanía o autonomía al proclamarla y luego lo han incorporado como valor supremo de la Nación. Es, por consiguiente, un derecho preconstitucional y también supra-constitucional.
Llámase “derecho de rebelión” al que tienen los pueblos contra el invasor extranjero como también contra los gobernantes de origen ilegítimo (no democrático) o que teniendo origen legítimo (democrático) han devenido en ilegítimos durante su ejercicio.  Este derecho autoriza la desobediencia civil y el uso de la fuerza con el fin de derrocarlos.
¿Además del “derecho natural” de rebelión que tenemos todos, según la doctrina cristiana, es también en Venezuela un “derecho histórico”? Indudablemente lo es. Venezuela nace, como país independiente y soberano, con una rebelión. La rebelión se produjo el 19 de abril de 1810. Fue una rebelión civil, con apoyo militar, que tomó forma jurídica el 5 de julio de 1811 con estas palabras recogidas en el acta: “los derechos que tiene todo país conquistado para recuperar su estado de propiedad e independencia.” Los sucesos de 1810-1811 crearon el derecho histórico de rebelión contra la invasión, ocupación o dominio del extranjero. Su categoría de derecho natural e histórico de los venezolanos está expresada en la cinta izquierda del escudo nacional. El derecho de rebelión para recuperar la independencia es, pues, preconstitucional (porque precede a la primera Constitución de 1.811).  Luego la rebelión cívico-militar de 1830 (encabezada por Páez), que rompió con Colombia y creó la República de Venezuela, le dio valor supraconstitucional a este derecho, cuando está en juego la soberanía.
La cinta derecha del escudo nacional enaltece a la rebelión cívico-militar de los federalistas quedando así reconocida para siempre la rebelión como un “derecho histórico” de los venezolanos, preconstitucional y supraconstitucional.  En el propio escudo nacional tenemos a la rebelión como derecho y deber. Ya no sólo contra la ocupación extranjera y para recuperar la independencia, sino también contra las formas de Estado y de gobierno que no respondan a la voluntad popular. Así, pues, cuando honramos el escudo, estamos honrando a la rebelión como un derecho histórico.
Desde 1958 celebramos el 23 de enero como la victoria de la rebelión cívico-militar contra la dictadura. Es una ratificación de la rebelión como un “derecho histórico” de los venezolanos. Ya no sólo contra el extranjero y contra el desconocimiento de la voluntad popular, sino además contra la tiranía, ilegítima por su origen fraudulento o ilegítima por su violación de la Constitución y de los derechos humanos, como por su perpetuación mediante el subterfugio de la reelección indefinida, negación del principio republicano por excelencia que es la alternancia en el poder.
Desde 1999 el gobierno celebra el 4 de febrero, día de la  fallida rebelión militar de 1992. No fue contra el invasor extranjero, que no lo había. No fue contra el modelo de Estado y forma de gobierno, ya que por el contrario se había iniciado el regreso al Estado Federal con la elección de los gobernadores. No fue contra la tiranía, porque el origen del gobierno no fue un fraude electoral ni en su desempeño violó la Constitución y los derechos humanos. Se invocó otro motivo: corrupción y mal gobierno.
Tenemos, pues, que el derecho natural e histórico de rebelión, pre y supraconstitucional, ya estaba justificado antes de la Constitución de 1999 por estos motivos y bajo estas circunstancias: 1) Para recuperar la independencia y soberanía cuando el país esté bajo el dominio de una potencia extranjera (1810-1811) y, más aún, cuando la misma pretenda la fusión o integración en un solo Estado (1830); 2) Para recuperar el sistema republicano, cuya negación es la reelección indefinida ( el texto original sólo permitía la reelección inmediata por una sola vez, lo cual ya contradecía la tradición constitucional de no-reelección inmediata) y la centralización del poder, negación del Estado Federal (1859); 3) Para recuperar la libertad y la democracia cuando se trate de una tiranía, sea por su origen ilegítimo (fraude electoral o calidad de inelegible) o sea por la violación de la Constitución o  de los derechos humanos(1958); y, 4) Para que rija el bien común cuando el gobierno es ineficiente y corrupto, máxime si ha arruinado al país y empobrecido al pueblo (1992).
En base a estos cuatro supuestos del derecho natural e histórico de rebelión es que debemos interpretar su consagración como derecho constitucional en el Art. 350 de la Constitución con estas palabras: “El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos.”


REFLEXIONES 48                                                                           19-04-14

lunes, 14 de abril de 2014

TÍTERES Y COLABORACIONISTAS SIN MÁSCARAS

Liberación Nacional y No-Reelección (69)

Los estudiantes le habían quitado la máscara democrática a la tiranía de  los títeres de Cuba. Y ahora los títeres nos han hecho el inmenso favor de quitarles la máscara de oposición a los colaboracionistas.
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Cómo terminó de caer la máscara de oposición que se ponían los colaboracionistas:
1.- Es público y notorio que Venezuela ha perdido su independencia porque está bajo el dominio de Cuba, la cual ejerce el gobierno mediante un títere o persona interpuesta; por consiguiente, el que no exige el  rompimiento con Cuba como condición previa a cualquier negociación es un colaboracionista, cómplice de la traición a la patria cometida por los títeres. Y lo es en grado máximo el que no denuncie este hecho en cuanta oportunidad se le presente, más aún en la única de dirigirse a todo el país y a toda América que está en conocimiento de esta realidad y no comprende que la aceptemos sin vergüenza.
2.- Es público y notorio que el Plan de la Patria, puesto en marcha por el gobierno títere, es la tercera etapa del proyecto de implantación del comunismo en Venezuela para convertirla en otra Cuba; en consecuencia, pactar sin exigir su derogación es colaboracionismo.  
3.- Es público y notorio que Fidel de Cuba y Lula de Brasil constituyeron en los años 90 del siglo pasado la Internacional Comunista de América Latina (Foro de Sao Paulo), para suplir en este continente la caída del imperio comunista soviético y reflotar aquí el comunismo y, con este fin, se propusieron apoderarse del petróleo venezolano, que les daría los recursos para financiar la campaña electoral y luego la permanencia indefinida en el poder de todos los partidos comunistas y filo-comunistas de América. Logrado este objetivo fácilmente por la traición a la patria del difunto y sus secuaces, decidieron crear, con dinero venezolano, el sindicato de presidentes llamado UNASUR, cuyo objetivo es asegurar la inamovilidad de sus miembros y su perpetuación en el cargo, generalmente mediante la reelección indefinida, evitando la intromisión de la OEA porque en ella influyen terceros países que no controla todavía la Internacional (p. ej. Estados Unidos, Canadá y México). En consecuencia, todo el que colabore con la intervención de UNASUR, instrumento de la Internacional Comunista,  es un colaboracionista.
4.- Es público y notorio que el gobierno títere está presidido por una persona cuya docilidad a Cuba se han asegurado los malvados hermanos Castro con la reserva de dos secretos personales que guardan. El primero, su partida de nacimiento y las de sus padres, las cuales ocultan los cubanos, posiblemente en combinación el gobierno colombiano (a Walter Márquez le informaron en Bogotá que los folios del libro respectivo fueron arrancados por el G2). El segundo, los detalles de la enfermedad y muerte del difunto desde el 08-12-12 hasta la fecha verdadera de su fallecimiento. La revelación de estos secretos podría acarrear para el títere, no sólo la destitución, sino el enjuiciamiento penal. No exigir la verdad de estos hechos, estando en juego la seguridad nacional por la vulnerabilidad del títere al chantaje de los guardianes del secreto, es colaboracionismo con los cubanos y, en consecuencia, los que pacten o negocien con él sin la revelación del secreto son colaboracionistas.
5.- Es público y notorio que el gobierno títere de Cuba se ha valido de bandas de criminales, junto con guardias nacionales igualmente criminales, para reprimir salvajemente las manifestaciones de estudiantes, causando muertes y lesiones graves, además de torturas y prisiones injustas a los que ha detenido, y por tal motivo ha merecido un repudio de la opinión pública mundial que se ha formado la imagen de que en Venezuela hay una tiranía. Salvar a una tiranía criminal, que además es títere de Cuba, prestándose a un show mediático, es colaboracionismo.
6.- Es público y notorio que los colaboracionistas no promovieron, ni apoyaron, ni mucho menos dirigieron las protestas de los jóvenes, que fueron la causa de la intervención de UNASUR, por lo cual los colaboracionistas carecen de representatividad para negociar o pactar en nombre de los jóvenes; así, además de colaboracionistas, son impostores que trafican políticamente con la sangre de los mártires y el sacrificio de los estudiantes. Los colaboracionistas se apropiaron indebidamente de la lucha de los jóvenes contra quienes han estado siempre, tildándolos de radicales.

Títeres y colaboracionistas se han puesto de acuerdo: acabar con la rebelión popular que comenzó con los estudiantes. Pero los títeres nos han hecho un favor. Le han quitado la careta de oposición a la MUD, que ahora muestra su faz de repugnante colaboracionismo. Ya estamos claros: la unidad debe ser de patriotas, fuera los colaboracionistas. 

Títeres y colaboracionistas sin máscaras

Liberación Nacional y No-Reelección (69)

Los estudiantes le habían quitado la máscara democrática a la tiranía de  los títeres de Cuba. Y ahora los títeres nos han hecho el inmenso favor de quitarles la máscara de oposición a los colaboracionistas.
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Cómo terminó de caer la máscara de oposición que se ponían los colaboracionistas:
1.- Es público y notorio que Venezuela ha perdido su independencia porque está bajo el dominio de Cuba, la cual ejerce el gobierno mediante un títere o persona interpuesta; por consiguiente, el que no exige el  rompimiento con Cuba como condición previa a cualquier negociación es un colaboracionista, cómplice de la traición a la patria cometida por los títeres. Y lo es en grado máximo el que no denuncie este hecho en cuanta oportunidad se le presente, más aún en la única de dirigirse a todo el país y a toda América que está en conocimiento de esta realidad y no comprende que la aceptemos sin vergüenza.
2.- Es público y notorio que el Plan de la Patria, puesto en marcha por el gobierno títere, es la tercera etapa del proyecto de implantación del comunismo en Venezuela para convertirla en otra Cuba; en consecuencia, pactar sin exigir su derogación es colaboracionismo.  
3.- Es público y notorio que Fidel de Cuba y Lula de Brasil constituyeron en los años 90 del siglo pasado la Internacional Comunista de América Latina (Foro de Sao Paulo), para suplir en este continente la caída del imperio comunista soviético y reflotar aquí el comunismo y, con este fin, se propusieron apoderarse del petróleo venezolano, que les daría los recursos para financiar la campaña electoral y luego la permanencia indefinida en el poder de todos los partidos comunistas y filo-comunistas de América. Logrado este objetivo fácilmente por la traición a la patria del difunto y sus secuaces, decidieron crear, con dinero venezolano, el sindicato de presidentes llamado UNASUR, cuyo objetivo es asegurar la inamovilidad de sus miembros y su perpetuación en el cargo, generalmente mediante la reelección indefinida, evitando la intromisión de la OEA porque en ella influyen terceros países que no controla todavía la Internacional (p. ej. Estados Unidos, Canadá y México). En consecuencia, todo el que colabore con la intervención de UNASUR, instrumento de la Internacional Comunista,  es un colaboracionista.
4.- Es público y notorio que el gobierno títere está presidido por una persona cuya docilidad a Cuba se han asegurado los malvados hermanos Castro con la reserva de dos secretos personales que guardan. El primero, su partida de nacimiento y las de sus padres, las cuales ocultan los cubanos, posiblemente en combinación el gobierno colombiano (a Walter Márquez le informaron en Bogotá que los folios del libro respectivo fueron arrancados por el G2). El segundo, los detalles de la enfermedad y muerte del difunto desde el 08-12-12 hasta la fecha verdadera de su fallecimiento. La revelación de estos secretos podría acarrear para el títere, no sólo la destitución, sino el enjuiciamiento penal. No exigir la verdad de estos hechos, estando en juego la seguridad nacional por la vulnerabilidad del títere al chantaje de los guardianes del secreto, es colaboracionismo con los cubanos y, en consecuencia, los que pacten o negocien con él sin la revelación del secreto son colaboracionistas.
5.- Es público y notorio que el gobierno títere de Cuba se ha valido de bandas de criminales, junto con guardias nacionales igualmente criminales, para reprimir salvajemente las manifestaciones de estudiantes, causando muertes y lesiones graves, además de torturas y prisiones injustas a los que ha detenido, y por tal motivo ha merecido un repudio de la opinión pública mundial que se ha formado la imagen de que en Venezuela hay una tiranía. Salvar a una tiranía criminal, que además es títere de Cuba, prestándose a un show mediático, es colaboracionismo.
6.- Es público y notorio que los colaboracionistas no promovieron, ni apoyaron, ni mucho menos dirigieron las protestas de los jóvenes, que fueron la causa de la intervención de UNASUR, por lo cual los colaboracionistas carecen de representatividad para negociar o pactar en nombre de los jóvenes; así, además de colaboracionistas, son impostores que trafican políticamente con la sangre de los mártires y el sacrificio de los estudiantes. Los colaboracionistas se apropiaron indebidamente de la lucha de los jóvenes contra quienes han estado siempre, tildándolos de radicales.


Títeres y colaboracionistas se han puesto de acuerdo: acabar con la rebelión popular que comenzó con los estudiantes. Pero los títeres nos han hecho un favor. Le han quitado la careta de oposición a la MUD, que ahora muestra su faz de repugnante colaboracionismo. Ya estamos claros: la unidad debe ser de patriotas, fuera los colaboracionistas. 

domingo, 6 de abril de 2014

A QUE NO SE ATREVEN A MOLESTAR A MADURO


Liberación Nacional y No-Reelección (68)
Dos misterios afectan la legitimidad de Maduro: su partida de nacimiento y las de sus padres, y el acta de defunción de su antecesor junto el certificado médico que debe acompañarla. Los colaboracionistas no se atreven a exigírselos. ¿Porqué será?
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Ya están deslindados los campos. De un lado, el gobierno títere de Cuba acompañado por los colaboracionistas que le sirven de comparsa. Y, enfrente, los patriotas, con los estudiantes de vanguardia, que luchamos para liberarnos de Cuba, de la tiranía de sus títeres y del comunismo empobrecedor del pueblo. Son dos bloques irreconciliables por ser  incompatibles patriotismo y traición, comunismo y democracia, tiranía y libertad.  Los patriotas, todavía sin comando estratégico, han logrado una gran victoria política: han desnudado a la tiranía comunista, servil a Cuba, para que el mundo entero vea cuán inhumanos y bárbaros son los traidores a la patria. Han desenmascarado también a los colaboracionistas, que habían inducido a la pasividad sembrando el miedo. Al mismo tiempo, han despertado la simpatía de los demócratas del mundo entero. Esta primera gran victoria política es obra de los estudiantes, que se han echado sobre sus hombros el peso de la dignidad nacional. Honor a ellos, dignos herederos de las juventudes del 28 y del 58.
Nos hubiésemos ahorrado un año de barbarie si el 14 de abril de 2013 los colaboracionistas, que se habían presentado como los redentores del pueblo, hubiesen convocado a la calle gritando fraude, que lo hubo de verdad. Entonces Maduro estaba caído. Faltaba sólo un empujón para que se derrumbara. Pero los colaboracionistas no podían dejar que cayera. Desconvocaron la salida a la calle y desmovilizaron a la gente pensando sólo en los carguitos municipales. Para los colaboracionistas no hay otra motivación que un cargo público  y sólo una campaña electoral justifica salir a la calle.
Pues bien, aquí tienen dos razones para la celebración de una elección presidencial este mismo año. Primera, plantear a UNASUR que exija a Maduro la exhibición de su partida de nacimiento y las de sus padres para determinar con certeza si es exclusivamente venezolano por nacimiento, tal como lo requiere la Constitución, y en caso contrario, como se presume del misterio que rodea a su nacionalidad originaria, sea apartado del cargo lo que obligaría a una elección presidencial sin Maduro en treinta días. Para que Maduro no se moleste con ellos, los colaboracionistas pueden decir que motiva su exigencia acabar de una vez por todas con la campaña en contra de los agitadores de oficio, sobre todo después de la investigación hecha por Walter Márquez.
Segunda, exigir a Maduro la exhibición del acta de defunción del difunto, junto con el certificado médico que la debe acompañar, para develar el misterio que los rodea, lo que hace presumir el ocultamiento de hechos tan graves, tal vez un magnicidio disfrazado de eutanasia, que viciaría de nulidad la sucesión presidencial con todos los actos de gobierno posteriores al 8 de diciembre de 2012 cuando se vio vivo al difunto por última vez. Desde luego, esta nulidad obligaría a convocar elecciones sin Maduro en treinta días. Para que Maduro no se moleste, ni su corte de vándalos, los colaboracionistas pueden excusarse echándole la culpa a los propagadores de falsedades, que andan con el cuento de que el difunto no murió aquí sino en La Habana, que no falleció el 5 de marzo de 2013 sino en diciembre de 2012, y que se le practicó eutanasia justificándola por la muerte cerebral, lo que no se puede hacer con un presidente en ejercicio porque sería un magnicidio, a menos que haya sido autorizada por los titulares de los poderes públicos visto el dictamen de los médicos.
Desde luego, los colaboracionistas se expondrían a que Maduro no les diese el puestecito en el CNE que se vienen bregando ni un puestecito en cada Sala del TSJ que ya se están repartiendo. Nada importa que maten y humillen a estudiantes, ni que haya presos políticos, ni que dos alcaldes hayan sido destituidos y detenidos, ni que María Corina Machado pierda la diputación arbitrariamente, ni que el país se hunda en el colapso y en el empobrecimiento general. Nada de esto perturba a los colaboracionistas. Su vista está puesta en el racimito de cambures que le ha puesto Maduro ante sus ojos.
@petitdacosta

sábado, 5 de abril de 2014

GRADUACIONES


Leopoldo López acaba de graduarse de líder nacional con el rango de enemigo público del gobierno títere de Cuba. Su tesis de grado intitulada “la salida está en la calle” recibió el máximo galardón con que se honra a un político en Venezuela: la cárcel. Le ha firmado el título la Fiscal General resaltando las materias en las cuales ha obtenido sobresaliente, que son los delitos que falsamente le imputa.
María Corina Machado se ha graduado también de líder nacional con el mismo rango de enemigo público del gobierno títere de Cuba. Le ha sido entregado el título por el presidente de la Asamblea Nacional con la mención “summa cum laude”, la que se alcanza cuando los títeres de Cuba ponen la calificación máxima de “traidor a la patria”. El TSJ ha refrendado el título, antesala del mayor honor que la tiranía comunista puede conceder a una mujer patriota y valiente: la cárcel.   
Daniel Ceballos (Alcalde de San Cristóbal) ha recibido el título de líder del Táchira, con opción para líder nacional. Su tesis de grado fue su defensa ante el TSJ, una pieza histórica por su contundencia y valentía, premiada con el máximo galardón que en Venezuela dan las tiranías a los hombres valientes: la cárcel.
Enzo Scarano (Alcalde de San Diego) ha recibido el título de líder de Carabobo. Aprobó todas sus materias, sobresaliendo en gestión administrativa, lealtad a su electorado y liderazgo político. Ha recibido el premio de la cárcel, con el cual las tiranías honran a los de su estirpe.
Juan Requeséns y Gaby Arellano están próximos a recibir los títulos de líderes políticos, categoría senior a la cual optan después de haber demostrado méritos excepcionales como líderes juveniles. Han obtenido el sobresaliente en la materia: resistencia a la presión de los colaboracionistas y a las amenazas de cárcel.
Todos los jóvenes que integran la Generación 2014 han recibido el título de HOMBRES, algo así como el bachillerato antes de líder político. La excelsitud de este título lo dio a conocer el insigne maestro Miguel de Unamuno cuando el mayor elogio para el personaje recio de una de sus novelas fue titularla: “Nada menos que todo un hombre.” Estos muchachos se han graduado aprobando las materias más difíciles: resistir las cargas de los criminales escuadrones de malandros y de la brutal Guardia Nacional y soportar estoicamente las torturas y la cárcel. Merecen los máximos honores.
La fiesta de graduación está fijada para cuando caiga el gobierno títere de Cuba. Entonces la celebración será multitudinaria, porque no sólo celebraremos el grado de los que hasta ahora han recibido estos títulos, más los que se le añadan en el camino, sino el título de PUEBLO LIBRE Y SOBERANO que será de todos por haber recuperado la independencia y la libertad. Invitémonos porque ya se siente próxima la fecha.
RELEXIONES 47                                                   05-04-14