lunes, 26 de octubre de 2015

Pacten con Venezuela

Liberación Nacional y No-Reelección (144)

¿Quieren demostrarnos que no existe un pacto traicionero con Cuba para dejar a Maduro hasta 2019? Entonces pacten con Venezuela comprometiéndose a exigir la salida de Maduro, cualquiera sea el resultado electoral.  
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Marcel Granier, quien ha hecho méritos para tener en la nueva democracia el rol destacadísimo que tuvo Eugenio Mendoza en la vieja democracia, ha dicho a la prensa extranjera sobre las próximas elecciones parlamentarias: “Estamos frente a una muerte anunciada, el fraude va a ocurrir, está anunciado, declarado, confesado, o sea el fraude va a ocurrir”. Millones de venezolanos compartimos su opinión, motivo por el cual muchos seguimos renuentes a votar. Entonces porqué los candidatos no pactan con Venezuela qué hacer ante el fraude? El pacto se fundamentaría en las encuestas. Ya que, según ellas, es imposible que pierdan teniendo una ventaja superior al 25%, entonces su derrota sólo puede darse con un fraude descomunal que beneficiaría a Cuba porque mantendría el gobierno títere.
La excusa de los colaboracionistas siempre ha sido: hablar de fraude promueve la abstención. Mentira falaz. Lo que promueve la abstención es el entreguismo colaboracionista, que ha convalidado todos los fraudes. El que no pelea pierde el derecho a jefear. ¿Quién cree en líderes correlones, que nunca se la juegan? Y precisamente son colaboracionistas por correlones. Si únicamente pueden perder por fraude, la respuesta debe ser la calle. Maduro ha dicho claramente que si el PSUV pierde, él personalmente tomará la calle junto con su gente para impedir que se pierda su revolución. Su actitud justifica que se le replique en idénticos términos: si los candidatos de la MUD pierden sólo puede ser por fraude y en tal caso los mismos candidatos se pondrán al frente del pueblo en las calles de todas las ciudades del país para exigir la salida de Maduro y recuperar así la soberanía perdida.  Lo que es igual no es trampa. ¿Porqué los candidatos de la MUD no hacen este pronunciamiento público y solemne, y así nos convencen de que vale la pena votar?
El fraude puede adoptar otra modalidad. Sería la propuesta por Cuba, según rumor difundido, y supuestamente pactada entre títeres y colaboracionistas. Consistiría en reconocerle mayoría a la MUD en la Asamblea Nacional por pocos diputados. Se trataría de una mayoría pírrica, simplemente para disimular, porque la perdería de inmediato por el salto de talanquera de infiltrados y comprados (p.ej. el bochornoso caso de los diputados metidos de contrabando en la cuota de Copei). ¿Quieren demostrarnos que es mentira el pacto infame que se les atribuye? Comprométanse a que enseguida que se proclame su victoria llamarán a la movilización nacional para exigir la salida de Maduro. Porque ésta, la salida de Maduro y no su permanencia hasta 2019, será la motivación del voto de sus electores. Y tal motivación será la que venza la resistencia de los renuentes a votar. Entonces los electores sí estarán seguros de que no perderán su voto eligiendo a colaboracionistas.
¿Porqué la salida de Maduro es requisito ineludible? Porque Maduro es títere de Cuba. Mientras esté en la presidencia, la Asamblea Nacional será apenas un órgano de la administración colonial. Un adorno para los Castro. Todos los diputados, sin excepción, serán diputados coloniales, comparsa de Cuba. Tal como lo era el Cabildo de Caracas hasta el 19 de abril de 1810. La salida de Maduro es el primer paso para recuperar la soberanía perdida. No hay excusa que valga para dejar a Maduro. Romper con Cuba es cuestión de patriotismo, y también de dignidad y honor. Y para romper con Cuba hay que salir de Maduro, su títere. Si no hay el compromiso público y solemne de romper con Cuba saliendo de Maduro, se confirmará la existencia de un pacto secreto con Cuba para perpetuar su dominio sobre Venezuela manteniendo el gobierno títere de Maduro, al cual se integrará una Asamblea Nacional supuestamente de oposición pero en verdad parte de la administración colonial.
Cualquiera sea el resultado electoral sólo hay una salida honorable y convincente: salir de Maduro, fundamento y objeto del pacto con Venezuela que deben celebrar los candidatos.

martes, 20 de octubre de 2015

Si dejan a Maduro, se les gangrenan las piernas a la tiranía y habrá que amputar


Liberación Nacional y No-Reelección (143)


A las dos piernas de la tiranía (el bipartidismo PSUV-MUD) les falta la sangre del fervor popular que las nutra, por lo cual cualquier pacto continuista las gangrenará procediendo entonces la amputación
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Durante 40 años (1958-1998) el sostén de la democracia representativa fue el bipartidismo (AD y COPEI), con alternancia en la presidencia. Durante 16 años (1999-2015) el sostén de la tiranía comunista, servil a Cuba, ha sido el bipartidismo (MVR-PSUV y CD-MUD), sin alternancia en la presidencia: gobierno de los títeres y comparsa de los colaboracionistas. Precisamente la diferencia fundamental entre democracia y tiranía es la alternancia en la presidencia.
El bipartidismo AD-COPEI estaba agotado en 1998 cuando se produjo su derrumbe por la conjunción de la gravísima crisis económico-social-moral y el desprestigio de los partidos. En 2015 bipartidismo PSUV-MUD está agotado por la conjunción de la pavorosa crisis económico-social-moral y el desprestigio de los partidos, por lo cual la tiranía comunista, servil a Cuba, está en vísperas del derrumbe.
En 1998 surgió un líder antisistema, que captó a los millones de descontentos con el bipartidismo transformándolos en resentidos sociales. Los partidos del sistema (AD-COPEI) intentaron evitar su ascenso al poder con toda clase de maniobras: elecciones parlamentarias que precedieran a la presidencial, por si acaso el cambio de gobierno, y candidato presidencial único escogido fuera de sus filas. Fue inútil, porque en tiempo de crisis terminal no hay modo de salvar a un sistema político-económico. En 2015 no ha surgido todavía el líder antisistema, pero previendo que aparecerá por ley inexorable de la política (ningún vacío de liderazgo perdura, alguien lo llena), los partidos del sistema (PSUV-MUD) maniobran conjuntamente para evitar que el tinglado se les venga abajo. Pero tienen una fecha fatal por delante, que puede precipitar el derrumbe. Es el 6D en el cual se presentarán estos escenarios:
1.- GANA EL PSUV.
Nadie podrá convencer a la inmensa mayoría de que no hubo un mega-fraude, en mayor escala que todos los anteriores. Sería el “papá” de los fraudes. Si todas las encuestas dicen que MUD + disidentes ganarán con no menos del 25% de ventaja, es imposible que gane el PSUV. Proclamar la victoria del PSUV sería una provocación inaceptable que tendría su respuesta en la calle. La indignación se dirigirá también contra la MUD si acepta el fraude, con pretextos inadmisibles: tenemos cinco diputados más que antes, ahora vamos al revocatorio y después a la presidencial. Cuando un sistema político-económico está agotado no valen excusas para el continuismo. Sólo cabe la ruptura.
2.- GANA LA MUD.
Es la maniobra que se intenta para encubrir el continuismo: la MUD en la Asamblea con mayoría absoluta (mitad más uno) y Maduro en la presidencia. Los que la promueven la consideran ideal, porque además eliminaría a Cabello, el Eustoquio Gómez de esta época. Olvidan que cuando un sistema está en crisis terminal no valen sucedáneos a la presidencia. Mientras no se cambie el presidente, no ha cambiado nada, porque la clave del cambio está en la presidencia. El presidente personifica el sistema. Los que van a votar no lo harán por los candidatos a diputados, cuyos nombres tal vez no conocen. Ellos van a votar contra Maduro, para que se vaya. Y nadie los va a convencer de que habiendo ganado siga Maduro. A ellos les han prometido el cambio, que únicamente lo habrá si Maduro se va. Y no aceptarán engaño, porque el engaño lo cobrará entonces un líder emergente que hará efectiva la victoria con el pueblo en la calle exigiendo la salida de Maduro. Estamos ante una crisis terminal de la tiranía comunista, servil a Cuba, cuyo desenlace se ha postergado hasta el 6D pero no más allá. Hasta esta fecha vale el cuento de la salida electoral. Y hasta esta fecha dura el continuismo, yéndose juntos los partidos del sistema (como en 1998) si siguen abrazados por el pacto infame que han celebrado para que Maduro se quede hasta 2019.
3.- SUSPENDER LAS PARLAMENTARIAS.
Ojalá lo hagan, porque entonces, perdida la ilusión de cambio creada con motivo de las elecciones, la tiranía comunista, servil a Cuba, quedaría sin base de sustentación. Con cualquier empujón caería. No habría motivo para esperar.
Conclusión: si no se va Maduro, se gangrenan las piernas que sostienen a la tiranía (el bipartidismo PSUV-MUD) y entonces habrá que amputar.

martes, 13 de octubre de 2015

No hay otra salida que la salida de Maduro



Sale Maduro de la presidencia o se nos vendrá encima la hecatombe de las tres maldiciones bíblicas: hambruna, estallido social anárquico y masacre en las calles causada por el malandraje sin control.
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Venezuela Soberana, que agrupa a personalidades destacadas de nuestra sociedad, ha publicado un mensaje al país con este título: “Para la salvación nacional, Maduro tiene que irse.” Y lo razona con estas palabras: “Estamos viviendo el peor momento de nuestra historia, el más oscuro y vergonzoso. No sólo hemos perdido la soberanía, la mayor vergüenza para las generaciones presentes, sino que, por este motivo, nuestro destino lo decide Cuba, que ya nos negocia como su propiedad ante las grandes potencias mientras mantiene aquí un gobierno títere, el más corrupto de todos los tiempos, cuya permanencia empeora cada día la situación del país. Cada día que pasa con Maduro en el poder el pueblo seguirá siendo humillado con largas e interminables colas en la búsqueda desesperada de alimentos y medicinas. Cada día que pasa con Maduro en el poder damos un paso hacia el colapso total. Cada día que pasa con Maduro en el poder damos un paso hacia la desintegración de la República en un estallido social anárquico porque el pueblo no ve futuro”. Estoy totalmente de acuerdo, porque me he convencido de que hay una sola manera de salvar a Venezuela y de salvarnos todos de la hecatombe: la  salida de Maduro. 
1.- Sólo con la salida de Maduro recuperaremos la soberanía. Y al recuperarla decidiremos nuestro destino y seremos nosotros, no Cuba, los que negocien con Estados Unidos y Europa en función del interés nacional. Y será el pueblo el que, soberana y libremente, tomará las decisiones que haya que tomar para salir de la crisis y así empezar la reconstrucción del país. Esta es la disyuntiva que tenemos: sale Maduro ya o Cuba, para su beneficio, negocia a Venezuela como propiedad suya.
2.- Sólo con la salida de Maduro evitaremos el estallido social anárquico que se ve venir por la desesperación del pueblo, que se evidencia cuando ya el 87% confiesa que sus ingresos no les alcanzan siquiera para la comida, porque la hiperinflación, que es la exacción que pesa sobre los pobres, ha elevado la canasta alimentaria para agosto a Bs. 50.625, equivalente a 6,8 salarios mínimos, el cual apenas llega a US$ 9.27, el más bajo de América. Los pobres ya están pasando hambre porque se encuentran por debajo del nivel de subsistencia. La disyuntiva está clara: sale Maduro o se nos vienes encima una hambruna que provocará sin duda un estallido social de consecuencias impredecibles.
3.- Sólo con la salida de Maduro podrá imponer ley y orden encarcelando al malandraje y a todas las bandas armadas por el gobierno, que asesinan a unos 25.000 ciudadanos cada año y secuestran, asaltan y roban a muchos más, los que han convertido a Venezuela en el país más violento de América del Sur, más que Colombia donde hay guerrilla.  Está claro que se va Maduro ya o sufriremos la conjunción de tres maldiciones bíblicas: hambruna, estallido social anárquico y masacre en las calles causada por el malandraje sin control.
4.- Sólo con la salida de Maduro evitaremos la emigración de 7,5 millones de venezolanos (1 de cada 4, según las encuestas) que quieren irse porque, como lo dice el FMI, “Venezuela está en estado de descomposición”, y como lo ha dicho Vargas Llosa el país vive un “estado de putrefacción social”, ya que la delincuencia no sólo es dueña de la calle sino también del poder en función de narco-gobierno. Si Maduro no se va la emigración de venezolanos desbordará las fronteras de América como la que estamos viendo en Europa. Sale Maduro o emigrarán despavoridos muchos más venezolanos que los que quieren irse en este momento. 
Si Maduro quisiera a Venezuela renunciaría espontáneamente como lo hizo Alfonsín en Argentina para ahorrarles a los argentinos más sufrimiento causado sólo por la hiperinflación. Pero Maduro no es venezolano, porque si lo fuera exhibiría con orgullo su partida de nacimiento. Sólo queda entonces, como lo propone Venezuela Soberana, hacer lo que acaban de hacer en Guatemala: forzar la salida del presidente renuente con el pueblo en la calle. He aquí el objetivo de la movilización nacional que debería iniciarse.

lunes, 5 de octubre de 2015

Una puñalada por la espalda a la Venezuela decente


Liberación Nacional y No-Reelección (141)


Esto sería el pacto que se dice cocinado para garantizarle perpetuación en el poder e impunidad a los delincuentes que han gobernado el país durante los quince años de oprobio. 
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Corre en el extranjero el rumor de que Cuba ha pactado con Estados Unidos el resultado de las elecciones parlamentarias en su colonia de Venezuela, que dicho pacto cuenta con la aprobación del Vaticano y la aceptación de la MUD. Lo informa Luis José Semprún, joven abogado y destacado columnista, con estas palabras: “Dentro del marco de un nuevo credo internacional, según el cual lo más importante es garantizar la paz y la estabilidad de las naciones, aunque triunfe la impunidad, Raúl Castro y sus aliados orquestaron un plan…. El plan consiste en negociar con la MUD un triunfo apretado de la oposición en las próximas elecciones parlamentarias, para que ésta obtenga una mayoría simple, incapaz de modificar la estructura actual de poder. El nuevo presidente de la Asamblea Nacional sería un conocido dirigente opositor…. En esta operación participan los mismos factores internacionales que promueven una transición controlada en Cuba y un acuerdo de paz con las FARC; es decir, Raúl Castro, el Departamento de Estado y, aparentemente, también el Papa Francisco, quienes consideran que la estabilidad es más importante de la justicia”.
No pongo en duda que efectivamente se haya pactado lo dicho por los indicios siguientes:
1.- El Secretario de Estado de EE UU, John Kerry, declaró al periodista Andrés Openheimer hace poco tiempo que estaba negociando con Cuba sobre Venezuela. Más claro no podía ser: Estados Unidos reconoce a Cuba como propietaria de Venezuela y a nuestro país como protectorado de Cuba. Y, en consecuencia, incluye a Venezuela en el paquete que negocia con Cuba. Esto se llama “política realista”, inmoral pero realista. Merece este trato un país con un gobierno títere sin oposición, cuyo rol está usurpado por colaboracionistas. Y peor aún: un país sin ejército, porque no lo tiene desde cuando perdió la soberanía sin disparar un tiro obedeciendo a un infiltrado cubano en función de Comandante en Jefe.
2.- El líder eterno del partido más colaboracionista declaró textualmente hace pocas semanas: “una nueva mayoría en el Parlamento no implicará la salida inmediata de Maduro, pero sí conducirá a la estabilización del país.” Comunicó así la orden recibida por el pacto entre EE.UU. y Cuba: “ustedes, colaboracionistas, tendrán mayoría pero no suficiente para cambiar el gobierno y el sistema, si acaso lo pretendieron alguna vez, y en consecuencia tienen que garantizarle estabilidad a Maduro.” A buen entendedor, pocas palabras bastan: la victoria de los colaboracionistas será únicamente para darle un respiro a Maduro, a fin de que aguante hasta el final del período. ¿Que las encuestas indican, según los propios colaboracionistas, que podrían ganar con hasta el 75% de los votos? Esto no importa. Se aplica el método del referéndum de 2007, que perdió Chávez por paliza pero nunca se dieron los resultados definitivos dejándolo en una diferencia parcial por una cantidad mínima. En su soberbia el perdedor la llamó “victoria de mierda”. Y lo fue en verdad porque de todos modos hizo lo que le dio la gana.
3.- Al líder eterno del segundo partido más colaboracionista ya lo llaman “presidente” sus propios partidarios, haciendo ver que lo será de la Asamblea Nacional para la cual le han garantizado su elección, apartando a cualquier rival de peso.
4.- Anuncian el regreso del jefe eterno del tercer partido más colaboracionista, no teniendo otra explicación de estar arreglado su juicio para decretarse su libertad inmediata apenas esté en el país.
5.- Finalmente el Papa Francisco ha exhortado a los Obispos de Venezuela, en ocasión de su visita anual, a procurar el diálogo y la reconciliación entre dos sectores que simulan estar enfrentados: títeres y colaboracionistas, cuando son los socios que sostienen la tiranía comunista. Ellos dialogan todos los días y no necesitan reconciliarse porque no están peleados. Si Dios es uno y trino, títeres y colaboracionistas son dos en uno.
Estos hechos hacen presumir el pacto de que se habla, a ejecutar por títeres y colaboracionistas. Los que no somos ni lo uno ni lo otro, debemos  hacernos estas preguntas: 1) ¿Tiene viabilidad este pacto infame, en el supuesto de que se confirme?; y, 2) En todo caso, qué debemos hacer para impedir que queden impunes la traición a la patria, el saqueo a la Nación y los crímenes de lesa humanidad, y de este modo Venezuela quede en manos de una versión criolla de la mafia rusa, en la cual se transformó la jerarquía comunista soviética?

jueves, 1 de octubre de 2015

La Venezuela democrática deshizo en América lo que el Vaticano hizo en Europa contra el comunismo


En 1978 fue elegido Papa Juan Pablo II. Su misión política: la derrota del comunismo en los países cristianos de Europa sometidos a la URSS, objetivo logrado en 1989-1990. La razón política de su elección: haber nacido y ejercido su apostolado en un país comunista, por lo cual unía el conocimiento del funcionamiento del sistema y la idiosincrasia de los pueblos eslavos que lo padecían.
En América sólo había entonces un país cristiano bajo el comunismo. Era Cuba, cuya tiranía comunista, satélite de la URSS, se propuso, desde un principio, apoderarse de Venezuela para convertirla en satélite suyo y así administrar su renta petrolera. Cuba entrenó y armó guerrillas que actuaron en territorio venezolano entre los años 1960-1969. Cuba ha sido el único país que ha invadido a Venezuela en toda su historia, desembarcando guerrilleros bajo el mando de militares cubanos en Machurucuto (Miranda).
Fueron derrotadas las guerrillas. Fue derrotada la invasión militar. Y por estas agresiones sistemáticas la Venezuela democrática rompió relaciones diplomáticas y comerciales con Cuba y consiguió que fuese expulsada de la OEA, la cual aprobó esta Resolución:
1. Que la adhesión de cualquier miembro de la Organización de los Estados Americanos al marxismo-leninismo es incompatible con el Sistema Interamericano y el alineamiento de tal Gobierno con el bloque comunista quebranta la unidad y solidaridad del hemisferio.
2. Que el actual Gobierno de Cuba, que oficialmente se ha identificado como un Gobierno marxista-leninista, es incompatible con los principios y propósitos del Sistema Interamericano.
3. Que esta incompatibilidad excluye al actual Gobierno de Cuba de su participación en el Sistema Interamericano.
El éxito político y diplomático de la Venezuela democrática tiene una explicación: el estratega conocía a fondo al enemigo. Rómulo Betancourt había sido comunista. Nadie mejor para vencer al comunismo que el demócrata que ha sido comunista o ha vivido bajo el comunismo. Es la enseñanza de Sun Tzu: para vencer hay que conocer al enemigo para saber sus mañas y sus debilidades. Los que sucedieron a Betancourt no tenían ni su formación ni  su  experiencia comunista. Por ello se apartaron de su estrategia y cayeron en la trampa.
Cuba nunca renunció al comunismo ni accedió a restablecer la democracia. Ni siquiera presentó disculpas a Venezuela por haber organizado las guerrillas. Tampoco se disculpó por la imperdonable invasión de Machurucuto. Fue la Venezuela democrática la que cedió vergonzosamente ante Cuba. No exigió las disculpas ni puso condiciones para restablecer relaciones diplomáticas y comerciales. El país agredido se reconcilió con el agresor sin exigirle reparación por la ofensa.
Con la apoteosis de Fidel Castro como invitado de honor a la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez el 02-02-1989, exactamente a escasos meses de que se derrumbara el imperio comunista soviético en Europa, los demócratas venezolanos deshicieron en América lo que el Vaticano, junto con EE.UU, hizo en Europa contra el comunismo, incurriendo en un error estratégico fatal que culminaría en tragedia a partir de 1999 cuando Cuba se apoderó de Venezuela para hacerla satélite suyo.  Al  error se sumó la indignidad por no cobrar el agravio, lo que crearía el precedente funesto de la pérdida de la autoestima como Nación que padecemos.
Este solo hecho deberían tenerlo presente los que critican a Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, por haber compartido con Fidel Castro como Jefes del Estado Vaticano, en ocasión sobre todo de éste último de negociar la rendición de Cuba ante las potencias cristianas. Recordemos que para venir a Venezuela en 1989 y recibirlo con la pompa con que se lo recibió no se le exigió la libertad de los presos políticos, el respeto a los derechos humanos y el restablecimiento de la democracia en su país.
Mientras ahora están negociando la rendición de Cuba, en aquel entonces con la apoteosis de Fidel en Caracas, evidencia del viraje estratégico, se inició el proceso que condujo a la rendición de Venezuela (Caracazo 1989-Golpe 1992-Toma del poder 1999), que culminaría en su entrega total con el suicidio de la democracia, paso decisivo para el éxito de la Internacional Comunista de América Latina (Foro de Sao Paulo) creada un año después de que Venezuela democrática le abriera las puertas al comunismo en América representado por Cuba.


REFLEXIONES 72---------------------  01-10-15