1.- El 21 de noviembre de 1957
los estudiantes de la UCV dimos inicio, con nuestra insurrección, al proceso
político que culminó con el derrocamiento, dos meses después, del que creímos
el último tirano. Transcurridos 64 años se pretende, con manifiesta mala fe, enlodar
la fecha de la gesta estudiantil haciéndola coincidir con la que sería la
apoteosis de legitimación y perpetuación de la narcotiranía de Maduro.
2.- En 1957 había un vacío de
liderazgo. Pero por una causa distinta a la de ahora: todos los líderes estaban
presos o desterrados. Los que suplían su ausencia eran unos desconocidos,
ocultos en el anonimato de la clandestinidad. Éramos la “resistencia
clandestina.” Viviéndola en orfandad, porque de hecho estábamos solos, ya que,
por seguridad personal, desconocíamos a nuestros compañeros de lucha más allá
de los inmediatos, llamados por seudónimos.
3.- ¿Qué nos motivó a los jóvenes
en situación tan adversa? Tres fueron nuestras motivaciones: I) Un ideal, que
era la democracia, el sueño de lo que nunca habíamos vivido y anhelábamos
vivir; II) Una doctrina y un programa, que daban forma a nuestro ideal conforme
a la ideología de cada partido; y III) Una estrategia, en cuya elaboración
participamos, por la cual asumimos tareas, corriendo todos los riesgos (muerte,
prisión y hasta quedar truncos los estudios por el cierre de la universidad,
como en efecto sucedió), imbuídos del idealismo adolescente de imitación de los
héroes que hicieron historia. Soñábamos, como muchachos que éramos, con la
gloria de los libertadores.
4.- ¿Es posible darle un vuelco a
este 21 de noviembre de 2021 para que sea el inicio del CONTRAGOLPE
CONSTITUCIONAL que ordena la Constitución en el Art. 333? Sí, es posible porque están dadas, como nunca
antes, todas las condiciones objetivas y subjetivas para la insurrección:
colapso económico, empobrecimiento general, crisis humanitaria, ilegitimidad,
usurpación, etc. Sólo falta que sea llenado el vacío de liderazgo.
5.- A las condiciones objetivas y
subjetivas se agrega un factor que no hubo en 1957 y que puede ser decisivo
ahora: el CONTRAGOLPE CONSTITUCIONAL podría, ademas honrar con la gloria, ser
un negocio redondo sobre todo para los militares. En lo económico, por las
recompensas ofrecidas a cambio de la entrega de los máximos jerarcas a la
justicia internacional. En lo judicial, porque la colaboración con la justicia
de Estados Unidos y con la Corte Penal Internacional permite negociar hasta la
exención de la pena a los que hayan delinquido.
6.- Para el surgimiento de un
liderazgo, que llene el vacío existente con vista al desenlace, podría jugar un
papel determinante la campaña electoral regional, que deslindará
definitivamente los campos: por una parte, la narcotiranía y sus colaboradores,
los colaboracionistas, sirviéndole de comparsa electoral como siempre; y, por
la otra, la generación libertadora de Venezuela, que llamará a la abstención
masiva y militante. Basta con que la abstención llegue al 50% para que los
campos queden deslindados. Y para que pueda tener el mismo efecto de 1957 tiene
que ser militante, o sea, responder a un ideal, un programa y sobre todo una
estrategia que nos lleve la victoria.
7.- La insurrección estudiantil
de 1957 sólo se produjo en la UCV. Y no fue reseñada en los medios de
comunicación social todos censurados. Y, sin embargo, tuvo el efecto de un
sismo político diferido porque 6 semanas después se alzó la aviación y luego a
las 3 semanas cayó el tirano. FUE APENAS UNA CHISPA PERO INCENDIÓ LA PRADERA
COMO SUCEDE CUANDO LA PAJA ESTÁ SECA. Y AHORA MISMO SÓLO FALTA ENCENDER UNA
CHISPA JUNTO A LA PAJA QUE ESTÁ RESECA.
petitdacosta@gmail.com