miércoles, 30 de noviembre de 2011

Hoja Ruta: 5/ La fuerza de choque del comunismo


Compatriotas: Pueblo somos todos los venezolanos honrados y trabajadores. El lumpem, llamado así por Marx, no es pueblo sino lo contrario. Precisamente por ser anti-pueblo, el lumpem es ahora en Venezuela la fuerza de choque del comunismo contra el pueblo. La forman los degenerados, agrupados en tres categorías: los malandros, los vivianes y los gamberros. Veamos quiénes son. 

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Lumpem es una palabra alemana que significa andrajoso. La usó con desprecio Marx para calificar a los individuos degradados y desclasados, que desarrollan actividades al margen de la ley. En uno de sus libros dijo que el lumpem estaba formado por degenerados y aventureros, vagabundos, saltimbanquis, carteristas y rateros, vagos y maleantes. En el Manifiesto Comunista dijo del lumpem que es el “producto pasivo de la putrefacción de las capas más bajas de la vieja sociedad.”

En los tiempos de Marx el lumpem era usado sólo para la revuelta callejera, puesto que no tenía derecho a voto, el cual estaba restringido a los propietarios con alta renta (voto censatario). Advenido con la democracia el voto universal para favorecer la participación política de los trabajadores, tuvo el lumpem la oportunidad de colearse y así, no sólo tener poder en la calle, sino además, por añadidura, un peso específico en las elecciones. Para reclutar su voto apareció el “populismo”, denominación moderna de la antigua demagogia. Al populismo y el lumpem los une un contrato verbal de compra-venta del voto, al que se le llama “clientelismo.” Fue habitual en la vieja democracia venezolana. Ahora, en el comunismo el lumpem, no sólo vota, sino constituye la fuerza de choque que tiene el comunismo para actuar en la calle.

No se imaginó Marx que habría en el siglo XXI un sistema comunista sustentado, no en los trabajadores, sino en los militares como dueños del poder político y en el lumpem como determinante del poder social. Y menos aún que ambos, militares y lumpem, serían instrumentos de una nueva burguesía, u oligarquía comunista, la que los utiliza para defender sus privilegios, el primero de los cuales es el saqueo descarado y grosero de la Nación, lo que significa robar a los trabajadores su patrimonio impunemente, condenándolos a pasar necesidades mayores en el futuro. La oligarquía comunista, por su naturaleza de secta destructiva (F. Delgado), ha creado un clima de degeneración moral que explica porqué el lumpem ha desplazado al pueblo como actor político. Se trata evidentemente de una degeneración del comunismo, por lo cual resulta apropiado sustituir entre nosotros la palabra lumpem por la castiza degenerado: “de condición mental y moral anormal o depravada, que no corresponden a las virtudes de sus mayores o a las que ellos tuvieron en otros tiempos.” Veamos cuáles son las categorías de degenerados que sirven al comunismo.

Primero están los malandros o malhechores. Ninguno es de oposición. Todos son partidarios del gobierno, al cual prestan el servicio de sembrar el terror entre los ciudadanos para ahuyentarlos de las calles e inducirlos a irse del país. A cambio reciben impunidad. Incluye a los delincuentes comunes: secuestradores, asesinos y asaltantes. También los terroristas, que son los delincuentes políticos organizados en bandas armadas. Ejercen la autoridad en las zonas urbanas que llaman territorio liberado. Se agregan los cuerpos para-militares, que imitando a los nazis desfilan en los actos políticos. Siguen los invasores de inmuebles, que son ladrones con licencia. Completan este grupo los narcotraficantes, constituidos en brigada del comunismo encargada de minar a Estados Unidos con las drogas.

La segunda categoría la forman los vivianes. Son los vagos o sin oficio que militan en el partido de gobierno. A ellos se refirió decepcionado el difunto Müller.  No son trabajadores, puesto que no trabajan. Son mantenidos que andan cazando cómo apropiarse del dinero público inventando cooperativas o bancas comunales. Los viejos matan el tiempo hostilizando en las “esquinas calientes.”

La última categoría la integran los “gamberros”. Es una palabra española apropiada para designar a los que, en ejercicio de la autoridad, se divierten causándoles molestias y perjuicios a los que trabajan honestamente. No se conforman con implantar el comunismo, sino que además lo hacen jodiendo. Se levantan de la cama pensando a quien le van a amargar la vida hoy. No pueden ver a nadie trabajando porque enseguida le caen encima. El gamberrismo es el estilo de este gobierno. Tanto que sin exagerar podemos decir que tenemos un gobierno de gamberros.

Un comunismo sostenido por este lumpem de degenerados, no sólo tiene pies de barro, sino todo él está envilecido. Es lodo que se volverá polvo cuando el pueblo salga a la calle. Llegará el momento.

martes, 22 de noviembre de 2011

Hoja de Ruta: 4/Ruptura


Compatriotas: No hay otra opción para salir de abajo que el cambio radical y profundo que nos inserte en la sociedad del conocimiento, o tercera ola, adecuando el sistema político-económico a la realidad de un mundo distinto, el de un capitalismo globalizado inmerso en una revolución tecnológica. Romper con este presente desastroso y el pasado que lo engendró es absolutamente necesario para ascender al primer mundo.

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En 1.989 el mundo cambió. Cayó el muro de Berlín y desapareció el imperio soviético. El comunismo fue derrotado políticamente por la democracia y económicamente por el capitalismo. Se inició el fenómeno de la globalización, en cuyo desarrollo el capitalismo ha ido transformándose. Se inició la transición a la sociedad del conocimiento sustentada en la tecnología de la información. Es la tercera ola que “sustituye los factores tradicionales (tierra, mano de obra y capital) por el conocimiento cada vez más refinado” (Tofler). El conocimiento será el petróleo de la nueva sociedad.

Coincidencialmente aquel año 1.989 estalló en Venezuela la crisis, por agotamiento, del sistema político-económico que venía rigiendo desde 1.958. Estalló el “caracazo”, que fue el preaviso del colapso, tanto de la oligarquía política en que habían degenerado los partidos, como del capitalismo de Estado con su secuela de demagogia, corrupción e ineficacia. Vicios todos que se engloban en la palabra “populismo”. A continuación hubo los levantamientos militares del 92, fracasados a pesar de su popularidad, después de los cuales el bipartidismo AD-COPEI se hizo insostenible. El golpe de gracia se lo dio el derrumbe del sistema financiero, comenzando por el Banco Latino que era el emblemático de una burguesía financiera enriquecida a la sombra del gobierno por la bonanza petrolera, cuyas figuras más representativas fueron los “Doce Apóstoles”. El sistema no daba más. Estaba exhausto.

El único de los políticos que entendió la profundidad de la crisis fue Caldera. Rompió con su partido y así pudo presentarse como el abanderado de un cambio radical y profundo. Con estas palabras resumió su promesa, que interpretó el sentimiento mayoritario de los venezolanos. Lo eligieron para que la hiciese realidad, pero llegado al poder no la cumplió. No cambió nada. Ni el sistema político ni el sistema económico, a pesar del reclamo que se le hizo desde adentro. Se limitó a sobrevivir, cayendo en el inmovilismo. Había hecho el diagnóstico correcto durante la campaña, pero no  aplicó desde el gobierno el tratamiento adecuado. Fueron cinco años de agonía de un sistema ya moribundo. Por ello terminó su mandato con el país sumido en una gran decepción.

La decepción nos trajo a El Tirano. Tomó la bandera del cambio radical y profundo de donde yacía abandonada. Y sacudió al país inmerso en un clima de arrechera colectiva contra los políticos y la burguesía financiera. Ganó y al jurar el cargo dijo que la Constitución estaba moribunda. No era la Constitución. Era el sistema político-económico. Pero se dirigió contra ella porque su propósito, como quedó claro después, no era modernizar al país insertándolo en la tercera ola de la sociedad tecnológica o del conocimiento, que emergía de la globalización capitalista, sino hacerlo retroceder a los años anteriores a 1.989, exhumando el cadáver del comunismo que ya estaba putrefacto. Diez años después de enterrado el comunismo El Tirano lo sacó de la tumba para abrazarse apasionadamente a él en un asombroso acto de necrofilia ideológica, que ha puesto al país en un estado de descomposición general. Un sistema político putrefacto, una economía putrefacta y una sociedad putrefacta sumida en la degeneración moral. Doce años abrazado a un cadáver ha hecho que el país sea un pudridero.

Estamos viviendo en un mundo ya desaparecido: el del comunismo. Hemos retrocedido a un tiempo tan lejano del cual habíamos perdido la memoria: el del colonialismo. Somos un país excéntrico: una colonia comunista de Cuba en pleno siglo XXI, pasados doscientos años del fin del colonialismo en América y veintidós del fin del comunismo. No hay nada más excéntrico. Es como para exhibirnos en un museo de antigüedades.

Sacarnos de allí, del museo de antigüedades, y montarnos en la tercera ola, o sociedad del conocimiento, es la tarea que tenemos por delante. Para ejecutarla debemos hacer el cambio radical y profundo que nos prometimos hace ya casi veinte años. Para hacerlo tenemos que romper con este presente y con el pasado que lo engendró. Necesitamos avanzar a marcha forzada, lo que sólo podremos hacer asumiendo el cambio como radical y profundo, por lo cual no caben conciliación, ni evolución. Sólo procede la ruptura.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Hoja de Ruta: 3/Aprovechar el vacío de poder


Compatriotas: No es sólo El Tirano el que está en el ocaso. Es también su proyecto comunista el que se encuentra en vísperas del colapso. Ambos están condenados a desaparecer. El tiempo corre velozmente en su contra. Un inmenso vacío de poder se va formando. Es la ocasión. Hay que aprovecharla.

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Todo estaba planeado hasta el 2031. Pero surgió el imprevisto de la enfermedad mortal que ha frustrado el plan original. Lo sorprende cuando no ha preparado la sucesión, prevista para aquella fecha lejana. Ahora hay que inventar por instrucciones del padre anciano, a quien él hizo rey sin corona de Venezuela. Primero simular con el fin de detener las querellas intestinas entre los aspirantes a la herencia. Y, para simular, hay que guapear. Pero el cuerpo lo traiciona. Trota para que los militares crean el cuento de su curación. Pero las fuerzas le fallan, dejando en evidencia lo que su rostro deforme revela, que el mal avanza inexorable. Ya no es el mismo. Es otro. Apenas le queda el alma, con la carga de odio y rencor que no se fue con la figura perdida.

Su padre, no el biológico sino el político, le exige aguantar. Si es posible hasta las elecciones, mejor. Si se ve que no llega, tendrá que elegir el sucesor. El seleccionado por su padre, desde luego, porque debe ser alguien de la confianza de los cubanos, quienes ejercerán la tutela para asegurar la dominación colonial y salvar el proyecto elaborado por Cuba para su colonia venezolana. Por este solo hecho el escogido sería ilegítimo. El engendro de una bastardía por su origen, que justificaría la rebelión de los indignados, entre los cuales habrían muchos de los suyos. Con el lema “abajo el príncipe cubano” podría incendiarse el país de un extremo a otro.

Por si acaso llega a suceder esta previsible reacción contra el príncipe cubano, espera, sacando fuerzas de donde no le queda, la elección primaria de la oposición. Quiere que de allí salga uno ganado para la conciliación. ¿Cómo es eso de la conciliación? Sencillo. Salvar el proyecto del naufragio. No cambiar la Constitución. Aceptar que esta Asamblea Nacional siga hasta el 2015, con lo cual no se podrán derogar las leyes comunistas ni se podrá hacer nada para desmontar el comunismo. Aceptar que todos los poderes públicos sigan hasta el vencimiento de su período, dándole tiempo para asegurar su continuación. Aceptar que nadie sea enjuiciado por corrupción, quedando impune el saqueo al Tesoro Nacional. Aceptar que siga mandando la misma camarilla militar. Y así por consiguiente. La conciliación es el nombre bonito que le han puesto a la capitulación de los opositores. Y de la capitulación hay un recuerdo amargo. El de Miranda. Creyó en las garantías prometidas por Monteverde, olvidando que el tramposo no cumple palabra porque no tiene honor.

Para obligar a la capitulación los cubanos están moviendo sus fichas militares. Y dejan correr los rumores. Primero varios generales en jefe, los más elevados de la cúpula, advierten que no aceptarán la derrota electoral, si acaso falla el fraude. Traducido al lenguaje político significa: sin capitulación no habrá entrega. Capitula primero y después puede ser que te permitamos asumir el cargo. Luego dejan correr el chisme de cónclaves militares en los cuales se ratifica la decisión de no aceptar en la presidencia a ningún extraño al proyecto. Crean así el miedo a un golpe para influir en los cobardes. Quieren uno que pacte la capitulación. Uno que sea la reencarnación de Germán Suárez Flammerich, un abogado de antecedentes democráticos que aceptó ser presidente sin poder. Un pelele de los militares para cubrir las apariencias. Es lo que andan buscando ellos ahora, en un por si acaso. Y para lograrlo usan el partido militar que da una roncada a tiempo y esparce el rumor de que el golpe viene si El Tirano desaparece antes de las elecciones, como ellos creen que puede suceder por como lo ven, y en todo caso si por casualidad no gana el príncipe cubano designado sucesor.

¿Qué demuestra esto? Que tienen miedo de lo que pueda suceder. Sienten que el vacío de poder se aproxima, girando en remolinos como los huracanes de rumbo incierto. Temen que los arrase. Para impedirlo sólo se les ocurre repetir la estupidez de los generales soviéticos que intentaron el golpe para mantener el comunismo. El pueblo en la calle los derrotó. Y hasta uno de los suyos, Boris Yeltsin, se les volteó pasándose al bando opuesto.

El vacío de poder es la mayor amenaza para los comunistas. Y la mejor oportunidad para los demócratas. Aprovecharlo al máximo es la consigna, porque será el momento de los indignados, vale decir de los arrechos. Nada de conciliación. El tiempo corre a nuestro favor.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Hoja de Ruta: 2/El Plan B

Compatriotas: En la Venezuela de Pérez Jiménez, en el Perú de Fujimori, en el Túnez de Ben Alí y en el Egipto de Mubarak fue el pueblo en la calle el que puso fin a la tiranía. Lo hizo con una masiva desobediencia civil. Es éste el Plan B, que ahora, usando una palabra de moda, podemos llamar la rebelión de los indignados, indispensable aquí para tomar el poder.

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Para ponerle fin a una tiranía comunista, como la que padecemos, y tomar el poder, los demócratas deben tener un Plan B. Si no lo tienen están perdidos. Y no sólo deben tenerlo, sino algo más importante: ponerlo en práctica. No excluye la participación electoral, pero si la condiciona hasta convertirla en ocasión para el desenlace. La usa para crear el clima que lo provoque y para que sirva de detonante.

El Plan B consiste en motivar, organizar, unir y dirigir la rebelión de los indignados contra la tiranía comunista.  ¿Quiénes son los indignados? Son las víctimas reales o potenciales del régimen, que organizadas y dirigidas como una fuerza, no sólo ejercerían la legítima defensa de sus derechos, sino pondrían fin a la tiranía. Son, pues, la totalidad de los venezolanos excluyendo únicamente a la oligarquía comunista a la cual hay que desalojar del poder.

¿Cómo se convertiría a los indignados en el factor determinante de la caída de la tiranía comunista? Poniendo el acento en la lucha social de manera tal que la participación electoral sea uno de los escenarios de ésta. Para medir la dimensión de la masa de indignados, hagamos esta clasificación tentativa:

1) Los desposeídos. Son las miles de familias afectadas por el despojo de sus propiedades mediante invasiones, ocupaciones y confiscaciones mal llamadas expropiaciones. Los que han perdido terrenos, casas, apartamentos, edificios, empresas, haciendas, hatos, sin procedimiento judicial y sin recibir indemnización alguna.

2) Los amenazados. Son los millones de venezolanos, con sus respectivas familias, víctimas potenciales de la tiranía comunista porque tienen un terreno para construir, una vivienda en alquiler, una pensión o posada, un apartamento vacacional, un cuarto sin habitar porque el hijo creció y se casó, una hacienda en producción, un negocio en funcionamiento, un empleo decente y, en fin, porque tienen algo que motiva la envidia de los comunistas. Están también los que tienen un empleo decente en cualquiera de las propiedades en peligro.

3) Los desempleados.  Según el régimen, el 9,5% de los trabajadores están en desempleo abierto, sin ningún trabajo. Se calcula en 1.300.000. Los sub-empleados o informales, no menos del 45% de la fuerza de trabajo, que son unos 6 millones. En total, 7 millones de trabajadores desempleados o sin empleo decente.

4) Los frustrados. Son, por una parte, los trabajadores de las empresas confiscadas que fueron utilizados para pedir el despojo del empresario, creyendo en el cuento de que sería para el pueblo, y han visto que en su lugar hay una camarilla rapaz e inepta que se ha apoderado de la dirección de la empresa. Y, por la otra, los que celebraron la intervención en las viviendas en construcción, confiados en que les aceleraría la entrega de la suya, y han visto que ha sido peor el remedio que la enfermedad.

5) Los desamparados. Son los millones de víctimas de las bandas de delincuentes, convertidas en instrumentos del régimen comunista para saquear y amedrentar al ciudadano común y crearle una psicosis que lo lleve a huir del país. Incluye a las familias de los secuestrados, heridos, asesinados, atracados, golpeados y robados.

6) Los sacrificados. Son los millones de venezolanos víctimas del saqueo de la Nación por la oligarquía comunista, al cual se debe la depreciación indetenible de la moneda, la inestabilidad de los precios, la inflación galopante y la escasez de alimentos. Los sacrificados somos todos los que tenemos que ganarnos el pan con el sudor de la frente, mientras la oligarquía comunista se enriquece groseramente robando.

6) Los desesperanzados. Son los centenares de miles de profesionales, técnicos y estudiantes sin futuro por culpa del comunismo.

7) Los traicionados. Somos todos los venezolanos porque el régimen comunista ha convertido a Venezuela en colonia de Cuba, ha entregado la frontera occidental a los colombianos con los guerrilleros, ha regalado el Esequibo a Guyana y ha hipotecado la riqueza nacional con los chinos.

8) Los arrechos. Somos todos porque no aguantamos más las condiciones en que estamos viviendo: apagones, suciedad, malandros, vulgaridad, huecos en calles y carreteras, dificultad para todo, servicios públicos inservibles, metro que no anda, tren que choca, aviones que se caen, aeropuertos sin baño y, por si fuera poco, unos comunistas arrogantes, retrecheros y malhablados.

Conclusión: la rebelión de los indignados es el Plan B.

martes, 1 de noviembre de 2011

Hoja de ruta: 1- Tomar el poder

Compatriotas: La reversión del comunismo a la democracia para retomar el sendero que nos llevará a la inserción de Venezuela en la sociedad del conocimiento o de la información, superando el atraso político, económico, social y cultural que padecemos, exige convenir en una hoja de ruta, que sirva de base para un pacto nacional a largo plazo. Pensemos en una hoja de ruta que el país nacional debe imponerle a los políticos.

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Distingamos entre el acceso al poder y la toma del poder. Se accede al poder por la vía electoral. Se toma el poder por cualquier vía, no necesariamente violenta. En una democracia se accede al poder, puesto que rige el principio de alternabilidad que se hace efectivo con elecciones justas y transparentes. No se justifica otra vía. En una tiranía comunista, por añadidura copiada de la cubana, no hay posibilidad de acceso al poder de la oposición demócrata porque no hay alternabilidad, sino reelección indefinida legitimada con una farsa electoral. Por ello los demócratas deben apelar a todas las formas de lucha de acuerdo con las circunstancias, principalmente la rebelión popular no necesariamente armada.

En una tiranía comunista sólo hay una vía para la oposición demócrata: tomar el poder. No significa renunciar a la participación electoral, sino insertarla dentro de la estrategia para la toma del poder. ¿Cómo? Veamos estos dos casos a título de ejemplo. Primero el caso venezolano, o el tránsito de una democracia a una tiranía, que igual puede darse a la inversa: se accede al poder por elecciones y luego se toma el poder desde adentro barriendo el sistema imperante. El segundo caso es el peruano, o el tránsito de una tiranía a una democracia: se asegura la candidatura única de oposición y después de asegurada, se condiciona la participación en las elecciones mientras se va creando el clima de rebelión contra la tiranía con la movilización popular que alcanza su clímax en el desafío de la abstención militante o el desconocimiento del resultado electoral. Así deslegitimó Toledo la segunda reelección de Fujimori, quien a los cuatro meses era un fugitivo.

En Venezuela no está planteado un simple cambio de gobierno, eligiendo un nuevo presidente. Está planteado un cambio de sistema, por lo cual hay que tomar el poder. Pero no sólo para hacer un cambio de sistema político, de dictadura militar a democracia civil, como sucedió en Chile después de Pinochet y en España después de Franco. Es algo distinto y de mayor entidad. Hay que cambiar el sistema comunista a la cubana, que ha desarticulado la economía y generado la descomposición social. Es, pues, un cambio, no sólo político, sino económico, de una economía comunista al estilo cubano, a medio construir, a una economía de mercado, como la existente en Estados Unidos, en Europa y en todo el mundo globalizado. Lo planteado es todavía más: un cambio cultural del parasitismo clientelar y de la inversión de valores a un paradigma de superación mediante el estudio y el trabajo como valores superiores de la sociedad venezolana. Este es el verdadero desafío a enfrentar para poder construir una nueva democracia sobre bases sólidas, una nueva economía adecuada al avance vertiginoso de la sociedad del conocimiento o de la información y una nueva sociedad sustentada en principios y valores.

El cambio de sistema asume entre nosotros un carácter que no tiene antecedente en doscientos años de historia republicana. Es la liberación del yugo colonial cubano, algo insólito e inconcebible hasta ayer no más. Cambiar de sistema implica forzosamente romper con la Cuba comunista y ponerle fin a la sujeción ignominiosa a que estamos sometidos. Entonces no sólo se debe hacer el cambio del sistema político, del sistema económico y de la cultura que los sustenta, sino también la liberación de la dominación colonial, evidente con la servidumbre a la monarquía comunista cubana que mantiene una presencia masiva de agentes suyos en la administración civil, en la fuerza armada y en los ejércitos irregulares llamados milicias, así como en la captación y dotación de las bandas armadas de delincuentes.

Es utópico repetir en sentido inverso la estrategia de toma del poder practicada por El Tirano: ganar elecciones y luego acabar con el sistema, porque los tiranos no son ingenuos como los demócratas. Los demócratas venezolanos sólo tenemos la alternativa de tomar el poder desde la calle aprovechando tres circunstancias: agitación electoral, descontento general y decadencia física de El Tirano por la enfermedad.  No hay otra.

martes, 25 de octubre de 2011

El fin de El Tirano está decretado, y…?


Compatriotas: El doctor Salvador Navarrete ha cumplido el deber patriótico de informarle públicamente al pueblo venezolano lo que todos los médicos nos dicen en privado: el fin de El Tirano está decretado, será en 2012 o a más tardar en 2013. Esto se llama responsabilidad social, correlativa con la doctrina jurídica de que los gobernantes no gozan del derecho a la intimidad que tenemos los particulares, porque su intimidad es de interés general, con mayor razón si de ella se derivan consecuencias para todos. Pensemos ahora en lo que viene.

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 Veamos los escenarios posibles. Tomemos el primero. El Tirano sigue fingiendo que se ha curado para lo cual oculta a los médicos tratantes e impide que comuniquen su diagnóstico y pronóstico al pueblo. Así llega al 2012 manteniendo unidos a sus seguidores en torno suyo. En este año los cubanos harán una evaluación definitiva para ver si puede durar hasta las elecciones. Si el avance de la enfermedad no se lo permite, El Tirano postulará al sucesor, desde luego uno de confianza de los cubanos. Y le hará campaña, con el dramatismo del enfermo postrado apelando a la conmiseración, tal como lo viene haciendo. 

El escenario anterior podría completarse celebrando un pacto con el candidato oficial de oposición. Sería de cohabitación. Si gana el candidato de El Tirano le respetaría las cuotas de poder (alcaldías y gobernaciones) a la oposición. Si sucede el milagro de que gane el candidato de oposición, éste se comprometería a respetar las cuotas de poder de los comunistas (asambleas, tribunales, cne, fiscalía), así como los mandos militares, dejando a sus titulares en los cargos hasta el vencimiento de sus respectivos períodos. El Tirano garantizaría de este modo a sus colaboradores que no habrá persecución ni por corrupción ni por abuso de poder y sobretodo que el nuevo presidente será un prisionero suyo, el cual sólo llegaría al final del período si respeta el pacto.

El tercer escenario sería que El Tirano no escoja sucesor ni pacte con la oposición oficial, sino mantenga la línea dura hasta el final. En este caso jugará un papel decisivo la camarilla que lo rodea, la que ha visto en Gadafi lo que le espera sino abre una puerta de salida. La irresponsabilidad de El Tirano se explicaría porque está condenado, pero los sobrevivientes deben cuidar su pellejo, porque como le dijo Llovera a Pérez Jiménez: “pescuezo no retoña”. Cabe esperar entonces que en este escenario El Tirano sea depuesto por sus partidarios cuando ya esté muy debilitado física y políticamente. Hay muchos modos de hacerlo. Basta con revisar la historia.

El cuarto escenario se presentaría si se produce la falta absoluta de El Tirano en 2012 antes de las elecciones. Al respecto, Navarrete nos da un mensaje: “los militares tendrán que tomar el poder por un tiempo”. Ya sabemos entonces lo que tienen planeado los altos mandos militares. ¿Cómo podría darse este golpe? Hay un modo fácil: el vice-presidente renuncia y la asamblea dócil lo sustituye por uno de los generales en jefe que pasa a retiro para cubrir las apariencias y ya en el cargo maniobrará para suspender y posponer las elecciones.

El último escenario previsible sería que El Tirano llegue hasta las elecciones y las gane. ¿Qué objeto tendría hacer esto si el plazo máximo de vida vence en 2013? Su finalidad sería arrasar en las elecciones regionales y municipales para dejar inconmovible el piso político del comunismo. Tengamos presente que El Tirano es un juguete en manos de la monarquía comunista cubana, en la cual no hay sentimientos sino cálculo. En esta colonia de Cuba mandan los cubanos. Como lo dice Navarrete, que lo conoce muy bien, El Tirano no confía en nadie en Venezuela, sólo en los cubanos. Y nos da esta prueba: “De hecho, en el Hospital Militar hay un piso preparado por si le pasa algo y todo el personal es absolutamente cubano. Ni siquiera los camilleros son venezolanos.” Conclusión: El Tirano es nuestro Emparam cubano. 

Es nuestro deber patriótico y de responsabilidad social debatir públicamente sobre las consecuencias de la enfermedad mortal de El Tirano, a fin de crear conciencia de la situación y tomar las previsiones políticas. En cumplimiento de este deber hablemos claro. Es lo que he pretendido hacer hoy aquí. Invito a todos los venezolanos a que abordemos el tema sin más dilación. Agradeceré la opinión de quienes me escriban.

miércoles, 19 de octubre de 2011

La línea divisoria

Compatriotas: la reelección de los gobernantes ha sido una maldición para el pueblo venezolano, porque de ella se han derivado las tiranías y las oligarquías que acaparan puestos y contratos, causando la frustración de generaciones valiosas que han optado por emigrar. La prueba está a la vista con El Tirano. Neguemos nuestro apoyo y nuestro voto a los candidatos reeleccionistas, así se pongan la piel de cordero declarándose demócratas. Pongamos una línea divisoria entre ellos y nosotros, declarándonos en campaña contra la reelección.

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Los padres fundadores de la patria vieron el peligro de la reelección en un país colonizado por una monarquía, acostumbrado por ello a los gobernantes vitalicios. Pensaron, con razón, que sería entronizar reyezuelos. Por ello establecieron la no-reelección en la Constitución de 1811. Su prevención llegó a tanto, que crearon un ejecutivo colegiado con un presidente rotatorio. Por desgracia, vino la guerra. Y acabó con este ensayo. Pero quedó sembrada la idea. Cuando Bolívar se declaró dictador, al final de su carrera, pretendiendo perpetuarse en el cargo, surgió un movimiento en contra suya que determinó su caída y motivó que se llegara al extremo de negarle el ingreso al país.

Consciente Páez del rechazo a la reelección, fomentado por la clase dirigente, estableció la no-reelección inmediata en la Constitución de 1830. Era desde entonces una regla fundamental de nuestro sistema político, mantenida durante 168 años aunque con tres paréntesis que se consideraban aberraciones. Fueron las constituciones hechas aprobar por Monagas, Gómez y Pérez Jiménez, que consagraron la reelección indefinida. A la muerte de Gómez, el rechazo a esta fórmula extraña a nuestra tradición constitucional hizo que su sucesor López Contreras, en un gesto raro que lo enaltece, tomara una decisión histórica: restablecer la no-reelección inmediata y recortar su período de gobierno de siete a cinco años. Lo que asombra más de esta decisión es que la tomó un militar, todo un señor general en jefe, probado en la guerra y en la paz. Y que la haya acatado su sucesor, el general Medina Angarita, que no pretendió perpetuarse en el poder; por el contrario, propuso a un civil para el período inmediato siguiente. Derrocado su gobierno por una rebelión cívico-militar, asumió una junta presidida por Betancourt. Esta junta, respetuosa de la tradición constitucional, prohibió la reelección de sus miembros y mantuvo la no-reelección inmediata en la Constitución de 1947. Para valorar esta decisión debe tomarse en cuenta que todos estos señores eran tan jóvenes que Betancourt sólo tenía 38 años y estaba gobernando con poderes plenos. Debería servir de ejemplo a los pretendientes de ahora.

En el derrocamiento de Pérez Jiménez (1958) influyó el hacerse reelegir valiéndose de un plebiscito amañado. Convocadas elecciones libres, resultó electo Betancourt. Y bajo su gobierno se aprobó la Constitución del 61 que descartó la no-reelección absoluta propuesta por Uslar Pietri, pero por lo menos restableció la tradición constitucional de la no-reelección inmediata. Así se mantuvo hasta 1989, cuando se acordó algo de consecuencias funestas para la democracia. Fue, no la elección de gobernadores, lo que está muy bien, sino su reelección inmediata, violando el principio de la alternabilidad en el poder tal como estaba concebido e interpretado desde la primera Constitución. Vino el retroceso institucional. Alcaldes y gobernadores se encargaron de hacer cambiar la mentalidad anti-reeleccionista del pueblo venezolano para justificar su ambición de poder y su perpetuación en el cargo. Le hicieron así el trabajo a El Tirano que tenemos, quien la aprovechó estableciendo la reelección, primero como inmediata y luego como indefinida al estilo de Monagas, Gómez y Pérez Jiménez. El Tirano premió, por el trabajo de ablandamiento de la conciencia institucional del pueblo, a gobernadores y alcaldes extendiéndoles a su favor esta aberración. Ahora el que llega a un puesto se queda ahí hasta la muerte. Sólo Dios nos libra de él.

Ha llegado el momento de trazar una línea divisoria entre reeleccionistas, o falsos demócratas, y no-reeleccionistas, o verdaderos demócratas. En este sentido respaldo la iniciativa de Antonio Ledezma, el único que se ha pronunciado contra la reelección presidencial. Pero voy más allá: los anti-reeleccionistas debemos declararnos en campaña a favor de la no-reelección, exigiendo que todo candidato, que se diga demócrata, se comprometa a la reforma de la Constitución para restablecer la no-reelección y, en todo caso, jure ante el país, mediante documento notariado, que no pretenderá la reelección así lo permita la Constitución vigente para el momento.

martes, 18 de octubre de 2011

Cuba vendió el Esequibo

Compatriotas: Así como España entregó a Inglaterra la isla de Trinidad, que pertenecía a su colonia venezolana, Cuba ha vendido a Guyana el Esequibo de su colonia venezolana. ¿Saben porqué? Se los diré.

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Hace doscientos años había una colonia de España llamada Venezuela que incluía en su territorio la isla de Trinidad, la cual, por su posición estratégica, controla la navegación por el Orinoco. Como en toda colonia, las relaciones internacionales eran manejadas directamente por el Rey desde Madrid. Y sucedió que el Rey, en función de los intereses de España, y no de Venezuela, cedió la isla de Trinidad a Inglaterra. Era de suponerse lo que después ocurrió. Los ingleses usaron a Trinidad como base de operaciones para adentrarse en el Esequibo, territorio selvático que pertenecía a la provincia de Guayana, con cuya ocupación cerrarían totalmente la salida de Venezuela al Atlántico. ¿Qué hay en el Esequibo? Lo mismo que en Guayana: oro y toda clase de minerales valiosos.

Dice la historia sobre aquella época: “El comercio de Venezuela era muy codiciado pues su cacao gozaba de la mejor reputación en los mercados mundiales. Por su precio se colocó en el tercer lugar después del oro y de la plata” (Arcila). Entonces el Rey de España decidió centralizar este comercio y, al efecto, contrató a la Compañía Guipuzcoana, que le pagaba los beneficios. Era la Guipuzcoana la que vendía el cacao en el Caribe.

Doscientos años después Venezuela se hizo colonia de Cuba, con una diferencia en la conquista: mientras los españoles debieron pelear para vencer la resistencia indígena, los cubanos se apoderaron de la colonia sin disparar un tiro. Contra los cubanos no hubo resistencia indígena. ¿Porqué? Porque las puertas se las abrieron unos cipayos, pertenecientes a la tribu de los comunistas que estaba infiltrada esperando la señal del invasor. Entonces el Rey Fidel asumió las relaciones internacionales de la colonia. Trasladó la Cancillería a La Habana. A lo que quedó en Caracas, por no tener función alguna, la convirtió en refugio de damnificados. Para guardar las apariencias hay un ministro. Así en La Habana está la Cancillería, que decide en función de los intereses de Cuba, mientras en Caracas está el encargado de ejecutar estas decisiones, por lo cual no importa que sea un ignorante en la materia. Y hasta mejor es.

El Rey Fidel revivió la Guipuzcoana. Dijo: no es bueno que el petróleo sea manejado por la colonia sin control de la metrópoli. Hagamos lo siguiente: véndase directamente sólo a los gringos, y eso porque no aceptan comprarlo a la metrópoli, pero ya se sabe que de esta venta debe la colonia pagarnos tributo. Es un tributo llamado alcabala, porque en cada oficina Cuba tiene montada una alcabala que vigila para que los súbditos no le jueguen sucio. Agregó el Rey Fidel: del petróleo para el Caribe me encargo yo. Constitúyase Petro-Caribe, mi Guipuzcoana. Entrégueme la colonia su petróleo por esta vía, que yo me encargo de venderlo como hacía España con el cacao, quedándome con la parte del león.

Astuto como es el Rey Fidel se habrá dicho: el pueblo de mi colonia Venezuela fue en el pasado un “bravo pueblo”, y aunque ahora se ha vuelto un pueblo pendejo, debo tomar precauciones porque el Capitán General se ha enfermado y como ni siquiera él sabe el tiempo que le queda, y yo sí, puede ocurrir que, cuando falte, los venezolanos se alcen echando a mis cubanos y sus cipayos. Entonces el Rey Fidel llamó a los españoles de Repsol y les encargó buscar petróleo en el mar territorial de Cuba, por los lados del Golfo de México. Fracasado el primer intento, Repsol amenazó con no seguir. Cuba no tiene dinero, pero sí a un Rey inteligente al que se le ocurrió una idea genial. Hay un mar territorial que parece rico en petróleo. Es el mar del Esequibo. Díjole el Rey a Repsol: yo te doy el mar del Esequibo y tú sigues perforando en el de Cuba. Hecho el trato el Rey Fidel, en ejercicio de su poder soberano sobre la colonia, y sin consultar con sus súbditos, decidió que el Esequibo sea definitivamente de Guyana. Diabólico como es montó la trampa: Guyana le envía una carta a mi colonia diciéndole que el mar territorial del Esequibo es suyo, pero a esta carta la esconderemos para que se interprete como aceptación. Y, a cambio, Guyana le da las concesiones petroleras en este mar territorial a Repsol, como efectivamente ha sucedido.

En este relato no aparecen los jefes militares porque estaban en otro teatro echándoselas de machotes ante la oposición.

martes, 4 de octubre de 2011

Vacío de poder + vacío político = Venezuela perece

Compatriotas: Desde junio ha venido produciéndose un vacío de poder intermitente por las ausencias sucesivas de El Tirano. Estamos ahora en la inminencia de un vacío de poder progresivo, hasta que se haga absoluto, debido a su inevitable decadencia física y mental por la enfermedad, que va limitando su capacidad y dedicación al cargo. Por desgracia, el vacío de poder se ha convertido en un vacío político por la inexistencia de una clase dirigente que tome la iniciativa de resolver una situación que no puede esperar el 2013. Ha llegado la hora de los patriotas.
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 Érase una colonia de España llamada Venezuela. Sucedió que las tropas francesas ocuparon el territorio español apresando al Rey. Se produjo el vacío de poder. Ante este hecho, la clase dirigente tomó la decisión de asumir el gobierno de la colonia. Lo hizo primero en forma de sucesión, constituyéndose en Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII. Sólo era un subterfugio mientras aseguraba el control del país para dar el paso definitivo declarando la independencia. Hubo entonces vacío de poder, pero no vacío político. Y el vacío de poder fue aprovechado por la clase dirigente para cambiar el sistema, produciendo la ruptura con España.

Érase una colonia de Cuba llamada Venezuela. Sucedió que el Capitán General cayó enfermo. Fuese adonde el Rey ya decrépito, quien lo hizo examinar, en su residencia de La Habana, reservándose diagnóstico y pronóstico. A los súbditos se los dejó en la ignorancia. Se produjo el vacío de poder, que se fue administrando por dosis. Ausencias temporales mientras se va arreglando la sucesión con el aseguramiento de los tributos de la colonia a la metrópoli, lo que vienen haciendo sin obstáculos porque no hay una clase dirigente como aquélla que nos independizó de España. Venezuela es un país descerebrado y, a causa de ello, hundido en un inmenso vacío político, mientras se cae a pedazos y pierde, no sólo sus riquezas, sino hasta su mar territorial.

El cuadro de este país da vergüenza. Un enfermo encerrado en su cuarto, desde el cual se comunica por teléfono y del cual sale para la quimioterapia o para exhibirse cuando corre el rumor de que se está muriendo. Entonces alardea de una salud que el cuerpo desmiente. Con el traje deportivo pretende ocultar su estado, pero cara, manos y barrigas delatan que la procesión anda por dentro. Se lo supone desahuciado porque los médicos tratantes se esconden. Ninguno da la cara para decir la verdad. El Rey les ha prohibido hablar. ¿Y porqué les ha prohibido hablar? No debe ser porque las noticias son buenas. 

En el recibo de la casa están los presuntos herederos vigilándose entre sí. Cada uno pendiente de los movimientos del otro. Todos se consideran con iguales derechos, pero la herencia es para uno solo. Compiten para hacer mérito, por si acaso el enfermo decide testar. ¿A quién palmeó hoy? Saben que si lo hace será por influencia del Rey. Van y vienen haciéndole carantoñas al viejo chocho, con la esperanza de que recuerde su nombre en uno de esos momentos en que parece estar cuerdo. Es que al viejo le ha pegado duro la enfermedad del hijo que lo sostiene. Le aterra verse desvalido sin la mesada. Ahora está en la disyuntiva: si escoge el heredero del hijo los desheredados pueden alzarse declarando nulo el testamento por ser una imposición cubana y si no lo escoge pueden pelearse todos perdiendo la herencia. Lo mejor es mantener la incertidumbre, mientras se tiene parapeteado al enfermo. Para eso son esas misteriosas sesiones que dicen de quimioterapia. Son para tenerlo parapeteado.

En las afueras de la casa están los que no son de la familia, pasándose las bolas que les llegan del recibo: que está panqueando en el Hospital Militar, que se lo llevaron turulato al de Clínicas, que el cáncer es en la vejiga, no en el colon, tampoco chico, es en el recto, esa hinchazón es por la cortisona que lo ha puesto como un sapo,  que no matricula en diciembre. Rumores van y vienen. Por su parte, los políticos no mueven una hoja. Todos están metidos de cabeza en un jueguito entretenido llamado 2012. Semejan carajitos en el patio de un colegio. El país cayéndose  a pedazos, con aves de rapiña encima de sus restos, y ellos gozando un bolón, pendiente sólo del timbre de la maestra Tibisay.

Somos un país de bolas, pero sin bolas. A este pueblo lo caparon. Hay un vacío de poder, que aprovechan entre otro Cuba llevándose el oro, China cogiéndose el petróleo, Guyana apoderándose del mar territorial y hasta el narcotráfico robándose las avionetas, y nadie hace nada. Políticos y militares están en lo suyo, mientras la República perece.

martes, 27 de septiembre de 2011

Impidamos que El Tirano elija el candidato de la oposición

Compatriotas: Con las primarias abiertas El Tirano tiene la oportunidad de convertirse en el elector del candidato de la oposición, que sería el que se entienda con él. Ya tiene preparada a su gente para decidir la elección. Lo dicen las encuestas: 75% de los oficialistas se proponen votar en este evento.

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Repasemos las condiciones de las primarias. Primero, la intervención del CNE. Cualquiera sea su grado es lo mismo que la intervención de El Tirano en un evento interno de la oposición. Intervención del enemigo equivale a manipulación. Se le ofrece la oportunidad de manipular las primarias, en un sentido u otro, ya encontrará en qué y cómo. Y, desde luego, el CNE saldrá bendecido por la oposición como institución confiable y así será visto por la comunidad internacional. ¿Cómo censurar después su parcialidad en las presidenciales y en las regionales?

Al intervenir el CNE en la votación, se le está haciendo entrega a El Tirano de la lista de votantes. Al recibirla la cruzará con la Lista Tascón para incorporar los nombres de los que no aparecen allí, porque, por ejemplo, hace siete años no tenían edad para votar. A éstos les desgraciará la vida, tal como lo ha hecho con los antiguos en la nómina: perderán empleo si lo tienen, no conseguirán empleo si lo buscan, no recibirán crédito, ni se les dará contrato, ni beca. En fin, pierden todos sus derechos, sufriendo la muerte civil en un gueto de muros invisibles. Allí estamos los judíos de la tiranía comunista, a los cuales sólo nos falta el distintivo en la solapa del paltó. Nos lo pegarán si esto dura más tiempo. De la muerte civil sólo se salvan los políticos, que seguirán siendo alcaldes, gobernadores, diputados y concejales. No así sus electores, víctimas de la exclusión.

Ante la perspectiva de sufrir la muerte civil, por ser incorporado a la Lista Tascón al votar en las primarias, muchos se abstendrán. Primero, los ni-ni. Si no creen en el gobierno y tampoco en la oposición, para qué se van a retratar con ésta y ser fichado por aquél? Segundo, los prudentes. De oposición definida, pero tienen el pendejo lejos. Pensarán: el voto está seguro para las presidenciales, pero mejor no correr riesgo. Y en ello coincidirán con los realistas que dicen: total, si votaré por cualquiera que sea electo en las primarias, para qué voy a delatarme ante el gobierno, me reservo para la elección presidencial confiando en que el voto sea secreto. En resumen, la inmensa mayoría de los posibles sufragantes por el candidato de la oposición, presumiblemente no votará en las primarias.

En estas circunstancias, cuáles son las perspectivas? Por tratarse de primarias abiertas, en las cuales pueden votar los comunistas, El Tirano será el Gran Elector del candidato de oposición. Bastará con dar la orden para que un millón, o menos, de sus seguidores vote por el escogido por él. Ya una encuesta muestra, según la prensa, que “el 75% de los oficialistas se propone votar en las primarias de la oposición.” Si fuere cierto, y no hay porqué dudarlo, la maquinaria comunista ya tiene la orden. Lo único que no sabemos es por quién van a votar, pero podemos presumirlo: por el que haya convenido en reconocer de inmediato los resultados fraudulentos como ocurrió en 2006, sin esperar siquiera las actas. Tengamos claro: el que reciba los votos entubados de los comunistas por orden de El Tirano será el candidato de la oposición. ¿Y saben porqué? Porque, siendo tantos los precandidatos, con pocos votos prestados gana cualquiera. Y el que gane con votos prestados por el enemigo, no sólo cargará una hipoteca sino sale con debilidad extrema: sus electores representan un porcentaje ínfimo de los 17 millones de electores inscritos en el REP.

Mayor desgracia no podría ocurrirnos. ¿Cómo impedirla? Sólo hay un modo: celebrar primarias cerradas. Se llaman así las circunscritas a un grupo de electores, y no a todos los inscritos en el REP. En los partidos de la vieja democracia la elección del candidato presidencial estaba reservada a los militantes. En las actuales circunstancias, cuál sería el colegio electoral? Lo formaríamos exclusivamente los que aparecemos en la Lista Tascón. Somos tres millones de electores cuya lealtad está probada, porque durante siete años hemos soportado la exclusión absoluta. Somos los excluidos que votaríamos por nuestra liberación de la muerte civil, encargándosela a uno probado como nosotros, un candidato insospechable de transacciones secretas con el enemigo, que no acepte ventajismo ni fraude y no descarte ninguna otra forma de lucha distinta a la electoral. Es decir, un cuatriboleado.

martes, 20 de septiembre de 2011

Evitemos actualizar la Lista Tascón

Compatriotas: Aprendamos de los errores. Desde 2004 se ha cometido el error estratégico de apostar todo a la batalla electoral, donde el enemigo tiene todas las ventajas porque controla el CNE. A causa de este error aquel año se le regaló a El Tirano el arma con la cual ha arrasado las filas de oposición, sembrando miedo y desánimo. Se trata de la Lista Tascón, hecha por las propias víctimas que fueron llevadas al matadero con el engaño de que la victoria era segura. Sería trágico repetir este error funesto dando a los comunistas el regalo invalorable de actualizar la Lista Tascón, lo que sucedería con las primarias abiertas. Aún hay tiempo de evitarlo. 

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Todos sabemos que el CNE es un instrumento de El Tirano, cuya misión es asegurarle la perpetuación en el poder mediante la reelección indefinida. A ello se debe que esté integrado con cuatro fichas suyas, en violación descarada de la Constitución redactada por él mismo, la cual exige que sean personas no vinculadas a organizaciones con fines políticos. No basta con que no militen en un partido político. Es necesario que no tengan ataduras políticas. Resulta obvio que están atadas a El Tirano. Tan atadas que saben que su suerte en el cargo está unida a la perpetuación de El Tirano en el poder. ¿Puede haber mayor atadura?

Al ser el CNE el que organice o participe en las elecciones primarias, se está autorizando la intervención de El Tirano en las mismas. Así la elección del candidato de oposición se hará con la intervención de El Tirano por persona interpuesta. No se había visto nunca en la historia nacional que el gobierno interviniera directamente en la elección del candidato de oposición. Si era inadmisible que un gobierno democrático interviniese en un evento electoral interno de la oposición, cómo puede permitirse que una tiranía comunista lo haga? Desde luego, la tiranía comunista aprovechará su intervención para manipular el proceso e influir en el resultado.

Según me han informado la elección será abierta, porque podrán participar todos los inscritos en el Registro Electoral Permanente (REP). Esto significa que se lo acepta tal como está, con sus vicios y errores, en contra de la opinión de los dos grupos especializados en la materia, ESDATA y SÚMATE, que están reclamando auditoria. ¿Con qué autoridad moral se podrá denunciar después la existencia de doble y triple cedulado, de muertos y extranjeros que votan y de fantasmas que han salido a la luz por las investigaciones? Bastaría con que les respondieran: esos mismos votaron en sus primarias.

Lo más grave que observo es que la oposición le estaría dando a El Tirano un regalo invalorable con las elecciones primarias abiertas. Sería la actualización de la Lista Tascón. Ustedes saben que esta lista contiene a los firmantes de la solicitud de referéndum revocatorio de 2004. Tiene por ello siete años de atraso. La tiranía comunista necesita actualizarla. Con mayor razón cuando está censando para averiguarnos la vida privada. La experiencia de los que aparecemos en la Lista Tascón, la que llaman “escualímetro”, es la exclusión absoluta: no hay empleo, no hay contrato, no hay créditos, no hay becas, no hay protección, no hay derecho a nada.

¿Qué va hacer el CNE con la lista de los votantes en las elecciones primarias de la oposición? Lo mismo que hizo con la lista de los firmantes de la solicitud de referéndum revocatorio: pasársela a El Tirano para que la ponga en el sistema y allí la tengan a la mano sus funcionarios y seguidores para aplicar a los nuevos la exclusión absoluta que ya venimos sufriendo los antiguos de la nómina. Los comunistas la cruzarán con el censo. Y entonces le darán uso en la etapa en proceso de la implantación del comunismo, que es la eliminación de la propiedad privada, con la facilidad de saber contra quiénes dirigirla primero. De este modo la oposición prestaría a los comunistas el servicio de actualizarles la Lista Tascón. Se repetiría así la delación colectiva que terminó siendo la firma para el revocatorio, todo por negarse a admitir que no estamos en democracia sino bajo una tiranía comunista y que la salida electoral no es la única, por lo cual hay que estar preparado para cualquiera otra de las formas de lucha.

Evitar la repetición de aquel error trágico, cuyas consecuencias aún padecemos, es un deber moral y una previsión perspicaz de un verdadero líder, que demuestra serlo preservando en el anonimato su ejército de reserva por si acaso pierde la batalla electoral. ¿Qué hacer entonces con las primarias? Realizarlas obviando este peligro. ¿Cómo? Les diré mi opinión la semana entrante.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Curarnos de la enfermedad infantil del electoralismo


Compatriotas: Seguramente ustedes se preguntan: ¿porqué los pueblos árabes, que jamás han conocido la libertad y la democracia, han ido acabando con las tiranías que los oprimían, mientras que el pueblo venezolano, que disfrutó de libertad y democracia durante cuarenta años, no se rebela contra la tiranía comunista que, al maltrato, une la humillación por ser traidora a la patria? He aquí la respuesta: la oposición de partido, que monopoliza el espacio político, sufre la enfermedad infantil del electoralismo. Y se la ha contagiado al pueblo. ¿Tiene cura? Sí, la oposición de pueblo. Pero hay que organizarla.

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Padecen la enfermedad del electoralismo los políticos cuya estrategia se fundamenta exclusivamente en razones electorales. Se la considera infantil cuando se la padece en una tiranía. Es lo que ocurre con la oposición de partido desde 2002. Entonces abandonó la calle, donde había obtenido triunfos contundentes como el 11 de abril. El viraje al electoralismo acabó con la posibilidad de victoria del paro petrolero de 2003, el cual perdió su impacto insurreccional cuando unos muchachos con afán de figuración lo convirtieron en una ridícula solicitud de referéndum consultivo. El viraje al electoralismo llevó a la desmovilización general en 2004, dándose el absurdo de enviar al pueblo a su casa a esperar sentado el referéndum revocatorio porque la victoria era segura. Fue un disparate estratégico, que provocó el reflujo de masas que dura ya siete años.  De este modo el régimen comunista, bajo la dirección de Cuba, tuvo el camino abierto para avanzar sin obstáculos, usando como maniobra de distracción a elecciones sucesivas con resultados previsibles por el fraude y el ventajismo.

El electoralismo persistente e incorregible ha minado la resistencia del país con promesas que nunca se cumplen: seguro ganamos el revocatorio y fue mentira, seguro ganamos las presidenciales de 2006 y fue mentira, seguro ganamos gobernaciones y alcaldías que resultó en otra gran mentira, segurito que ganamos la Asamblea Nacional y así controlamos al gobierno. Otra gran mentira. La oposición de partido vive en una fantasía onírica. Por eso la llamo enfermedad infantil, que lamentablemente ha contagiado a  muchos que prefieren soñar antes que pisar la realidad, ya que soñar no requiere esfuerzo. Basta con cerrar los ojos.

¿Cuál ha sido la consecuencia del electoralismo? Una sola y definitiva: legitimar la  tiranía comunista, dándole la estabilidad necesaria y el tiempo suficiente para ir implantando el comunismo, sin ningún obstáculo, bajo la guía de la monarquía comunista cubana, a la cual sirve como gobierno títere, siempre con las apariencias de una democracia. ¿Qué se ha ganado con el electoralismo? Nada, excepto puestos para burócratas. No se ha ganado espacio para la democracia, sino cargos para los políticos. El electoralismo no ha impedido que el comunismo avance, que los cubanos se apoderen de Venezuela, que la tiranía se endurezca y en general que los problemas se agraven para sufrimiento de todos; por el contrario, el electoralismo ha facilitado que nuestras condiciones de vida empeoren, debido a que el régimen comunista no ve reacción ni resistencia por ninguna parte. Los políticos se la pasan entretenidos jugando el videojuego electoral, uno tras otro, mientras el pueblo está llevando coñazo parejo. 

El videojuego de moda es la elección presidencial de 2012, con el señuelo de que seguro la vamos a ganar. Otra fantasía. Vacunemos al pueblo contra el electoralismo. Tengamos claro que de El Tirano sólo nos librarán Dios y la oposición de pueblo. Dios porque es el dueño de la vida y de la muerte. ¿Y la oposición de pueblo, qué? Hay que organizarla. Todos sabemos cuáles son los problemas que angustian a la gente y por los cuales ya está protestando. Los problemas se amontonan y caen sobre el pueblo como una losa. Pero estos problemas son consecuencia del comunismo importado de Cuba. A la reivindicación démosle un contenido ideológico. Empatar problemas con ideología, he ahí la clave, para ir al punto neurálgico. Y no descartar ninguna forma de lucha. Aprovechar cualquier resquicio para la toma del poder.

Sólo Dios y el pueblo en la calle pueden ponerle fin a la tiranía comunista. Dios sabrá lo que va a hacer. A nosotros nos toca organizar la oposición de pueblo, para trasladar la lucha de lo electoral a lo social, insertando la participación electoral como una más de las formas de lucha.

¿Dentro o fuera de la MUD? Dejo la pregunta en el aire.

lunes, 5 de septiembre de 2011

La globalización de la democracia

Compatriotas: El mundo ha entrado de lleno en la globalización de la sociedad del conocimiento o de la información, con una velocidad vertiginosa debido a la revolución que han significado internet y en general la tecnología informática en constante renovación. Hay un sacudón mundial por la crisis de transformación del capitalismo, que pasa a una etapa más avanzada. Tendrá su impacto en Venezuela. Al igual que en los países árabes, corresponde a la sociedad civil, principalmente a los universitarios, tomar la iniciativa.

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Con la caída del imperio soviético, por implosión, quedó demostrado que el comunismo es un sistema político-económico inservible. Ante esta realidad el partido comunista chino, dirigido por gente inteligente y culta, dio un viraje y adoptó el capitalismo, creando una prosperidad en continuo ascenso a consecuencia de la globalización. Su ideólogo, Deng Xiao Ping, justificó el abandono del comunismo, que había sumido el país en la mayor pobreza durante cuarenta años, con estas palabras: “enriquecerse es magnífico.” Así dio a los chinos puerta abierta para hacerse ricos, desde luego estudiando y sobre todo trabajando duro.

Por aquella época llegó El Tirano al poder aquí. Por venir directamente de un cuartel, escaso de lecturas, no se había enterado del fracaso del comunismo, ni del viraje chino. Cayó por este motivo bajo el embrujo del dinosaurio comunista que sobrevivía, Fidel Castro. Y se rodeó de todo un parque jurásico que consiguió en una izquierda atrasada, cuyo pensamiento y lenguaje se han fosilizado a tal extremo que parecen piezas de un museo de la política antediluviana. A consecuencia de ello, en lugar de insertar a Venezuela en la globalización capitalista, optó por conducirla al mayor atraso económico-social adoptando un comunismo obsoleto que la condena a la ruina. Por su culpa somos, junto con Cuba, un país empobrecido y endeudado, cuando todos los demás países de América crecen y prosperan. Nuestro atraso es impresionante, a pesar de que todo nos fue dado para el éxito. Sin el petróleo seríamos los mendigos del continente.

La consecuencia natural de la globalización del capitalismo viene siendo la globalización de la democracia. El desarrollo capitalista va unido a la libertad económica, cuya pareja es la libertad política. No es por casualidad que las grandes potencias capitalistas son democracias. Y también las potencias emergentes, con excepción de China. Pero ésta última ya siente los embates de la democracia en sus murallas de defensa. La contradicción en su seno entre el sistema político comunista (tiranía de una oligarquía) y el sistema económico capitalista, que a mayor riqueza demanda más libertad y poder ciudadano, se resolverá dialécticamente a favor de la democracia.

La globalización de la democracia se ha acelerado por la transformación del capitalismo que va pasando de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento o de la información con la velocidad vertiginosa de los cambios tecnológicos. Una revolución capitalista está en marcha. El mundo se está transformando radical e irreversiblemente. Los muros se derrumban en todas partes. Caen las tiranías del Tercer Mundo, incluyendo las petroleras, hasta ahora regidas por la ley de la petropolítica, enunciada por Thomas Friedmam: “el petróleo genera tiranía en los países atrasados y a mayor riqueza petrolera, más tiranía.”

Fue Venezuela la avanzada de la democracia antes de la globalización. Nuestro país estaba preparado para aprovecharla y elevarse a la magnitud del primer mundo. Entonces vino la desgracia de que, por el túnel del tiempo, nos llegara del más lejano pasado un gobernante intelectualmente caduco, tan atrasado que funciona con cerebro prestado por la decrépita monarquía comunista cubana. Y, para colmo, rodeado de una corte de bufones perdidos en un mundo extraño para ellos. Serán barridos por el huracán de la globalización. Este huracán se gesta como una depresión tropical que se manifiesta en protestas constantes, aunque aisladas; pasará  a tormenta tropical cuando surja un liderazgo que las una; y se convertirá en huracán cuando este liderazgo la conduzca a la rebelión popular. Las aguas cálidas que le darán fuerza están en la sociedad civil, a la cabeza los universitarios, que son las víctimas principales de la tiranía y serán los mayores beneficiarios de la sociedad del conocimiento o de la información.