Repito lo dicho: Sólo saldremos
de Maduro, títere de Cuba, y su narcotiranía por una de estas tres vías: 1)
Rebelión cívico-militar dentro del territorio nacional; 2) Invasión de ejército
expedicionario organizado con venezolanos y voluntarios de otras nacionalidades
en el extranjero; y, 3) Intervención militar extranjera que sólo se daría si el
interventor considera en peligro la seguridad nacional de su país. No hay otra
salida. Está descartada la electoral y pacífica. El que insista en ella es
colaboracionista. El que hable de elecciones y paz es colaboracionista. Así se
vista de opositor. El colaboracionista es un hermafrodita: parece opositor pero
tiene los atributos del otro sexo.
Con la renuncia de JJ Rendón,
aceptada por Guaidó, quien seguramente se la exigió, queda cerrada por ahora la
segunda vía por tres motivos: 1) Guaidó ha confirmado con su reacción que está
bajo el control absoluto de los colaboracionistas de la MUD-G4 y sometido al
chantaje de los ultracolaboracionistas de la Mesita. Accedió a escondidas a la
propuesta de Rendón de organizar un ejército expedicionario para invadir a
Venezuela y derrocar a Maduro, destinando a este fin recursos provenientes del
dinero que ingresa a la Encargaduría de la Presidencia de la República, pero al
ser descubierto el proyecto por el fracaso al ser infiltrado, Guaidó se rebajó
ante colaboracionistas y ultracolaboracionistas aceptando que lo amenazaran con
la destitución y lo regañaran como si fuera subalterno. Ha debido desafiarlos
así como desafió a Maduro para que lo destituya. No se hubieran atrevido. Saben
que pierden más ellos, porque no pueden cambiar de caballo a mitad del río. Se
les cae el negoción que tienen montado. 2) La MUD-G4 tiene destinado para el
reparto entre ellos el dinero que ingrese a la Encargaduría (CITGO, Monómeros,
etc.). Todo se divide en 4 partes, una para cada partido. Por ello forman la
banda G4. Está prohibido usar ese dinero para conspirar contra Maduro, porque
es para su lucro personal. No se puede contar con ese dinero para financiar una
conspiración y mucho menos un ejército expedicionario. 3) No puede haber
conspiración sin secreto. Pero está visto que el secreto, vital cuando se trata
de un ejército expedicionario, es prácticamente imposible porque la
narcotiranía, además de sus servicios de inteligencia, cuenta con los
colaboracionistas y ultracolaboracionistas como sus soplones que, a cambio de
negociados, han pactado con ella la celebración de elecciones como única
alternativa. Y por si fuera poco, hay una legión de periodistas que compiten
por dar el “tubazo” sobre la conspiración. Desde luego, el “tubazo” se lo dan a
la conspiración en la cabeza tumbándola.
Quedan, pues, las otras dos vías,
que están conectadas, como lo explicaré luego, después de haberle tomado la medida
a Guaidó con este incidente.
Jesús Antonio Petit Da Costa
ENCARGADURÍA 27 11-05-20
ALEGORÍA ABSURDA ATADA A LA AMBICIÓN ANCLADA AL ATAJO ALEVOSO
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