Está demostrado que sólo
saldremos de Maduro, títere de Cuba, y su narcotiranía por una de estas tres
vías: 1) Rebelión cívico-militar dentro del territorio nacional; 2) Invasión de
ejército expedicionario organizado con venezolanos y voluntarios de otras
nacionalidades en el extranjero; y, 3) Intervención militar extranjera que sólo
se daría si el interventor considera en peligro la seguridad nacional de su
país. No hay otra salida. Está descartada la electoralista y pacifista. El que
insista en ella es colaboracionista. El que hable de elecciones y paz es
colaboracionista. Así se vista de opositor. El colaboracionista es un
hermafrodita: parece opositor pero tiene los atributos del otro sexo.
Los hechos nos demuestran que
Guaidó intentó la primera vía. Pero no le funcionó. El 30-A-2019 resultó en
fracaso porque cometió el error de dejarla en manos del jefe de su partido. Él
ha debido asumir la jefatura de la rebelión por ser el Presidente Legítimo de
la República. Y entre los militares tiene más importancia que entre los civiles
ejercer la jefatura. El Presidente de la República que acepta ser subalterno de
otro es un pendejo para todo el mundo. El jefe jefea o se rebaja. Y ni civiles
ni mucho menos los militares aceptan de jefe a un pendejo. Ya lo sabe, Guaidó,
se sacude al jefe de su partido poniéndolo en su sitio o usted no llegará a
Comandante en Jefe de la FAN y si llega le faltarán el respeto porque lo
tratarán como a los presidentes civiles puesto por el general Gómez a los
cuales en la pared de su casa escribían: aquí vive el presidente, pero el que
manda vive enfrente. Así que sacúdase al jefe de su partido. Y, de ser posible,
pídale a España que se lo lleve para que entre ustedes se repita lo sucedido
entre Leoni y Betancourt, quien se fue a Suiza precisamente para cuidar que al
presidente Leoni no lo tuvieran como payaso suyo.
Guaidó acaba intentar la segunda
vía: invasión con un ejército expedicionario. Y ha resultado en fracaso, porque
la jefatura y la organización la ha
dejado en manos de terceros. Todos los ejércitos expedicionarios de nuestra
historia fueron comandados por sus jefes. Desde Miranda y Bolívar hasta Delgado
Chalbaud, los ejércitos expedicionarios eran
comandados por el jefe que asumiría la presidencia de la República. Como
Guaidó no es militar, cómo debió resolver el problema de la jefatura? Nombrando
Ministro de Defensa, que no tiene hasta ahora, a uno de los generales exiliados.
Con este nombramiento revistiría de la mayor legalidad a la operación. Error
mayúsculo fue contratar a un mercenario para jefe del Ejército Expedicionario.
Error por ser un extranjero, con lo cual le regalaba a Maduro un elemento
propagandístico. Error porque los mercenarios trabajan por dinero y, por
consiguiente, pueden venderse al mejor postor. A los mercenarios se los recluta
para ponerlos bajo la jefatura de un patriota comprometido con la causa. Ha
debido aprender de la experiencia de Miranda: trajo mercenarios en su
expedición de 1806 y tuvo problemas con ellos que se le amotinaron porque no
recibieron el pago prometido. Ni Bolívar, Falcón, Zamora, Guzmán, Cipriano o
Delgado Chalbaud pusieron a mercenario de jefe. Los jefes de sus ejércitos expedicionarios
fueron ellos. Y los mercenarios, cuando los hubo, estaban bajo su mando,
sabiendo que si traicionaban serían ejecutados sin fórmula de juicio.
¿Debemos descartar las dos
primeras vías por los fracasos? No, en absoluto. Hay que insistir en ellas no
repitiendo los errores. La corrección de la primera vía está en poner el acento
en los civiles para que se sumen los militares, tarea para la cual debe
designar el Vicepresidente Ejecutivo, lo que no ha hecho. La corrección de la
segunda vía comenzaría por nombrar Ministro de Defensa a un general exiliado,
el que recomendará, si lo cree conveniente, la formación de una Junta de Estado
Mayor con otros generales exiliados.
Y, finalmente, plantear ante el
TIAR: estamos desesperados, si ustedes no actúan dénnos las armas para ser
nosotros mismos los que libertemos a Venezuela.
Consejo a Guaidó: ya que lo
intentó, insista. No se devuelva aunque hasta su partido VP lo haya dejado
solo. No se devuelva, atienda el dicho sabio de mi tierra coriana: chivo que se
devuelve se desnuca. En su caso, desnucarse es perder la Presidencia Legítima
devorado por la jauría de colaboracionistas que lo rodea.
Jesús Antonio Petit Da Costa
ENCARGADURÍA 26 08-05-20
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