Atendiendo a la invitación
pública de un ministro de Maduro de dedicar a la lectura el tiempo que
destinábamos a la tv, he tomado de mi biblioteca el libro BUMERÁN CHÁVEZ, un
clásico del periodismo investigativo que servirá de fuente para la historia contemporánea
de Venezuela. Reinicio su lectura cuando se acercan los tanqueros enviados por
Irán a Venezuela en abierto desafío a Estados Unidos y sus aliados. Lo hago en
el Capítulo 7 con el título NICOLÁS EN LA GUARIDA DE HEZBOLÁ- Vinculaciones con
el extremismo islamista”. Reproduzco el texto: “Móntate en un avión, que nos
vamos a Irán. Era la voz imperativa de Chávez cuando en 2007 llamó a Rafael
Isea (viceministro de Finanzas y presidente de BANDES) para incorporarlo a la
visita oficial a Teherán. A Isea le dieron un pasaje de avión con escala en
Damasco (Siria). Era la ruta que cubría una semana Conviasa y la siguiente lo
hacía Iran Air. La línea, inaugurada en marzo de 2007, no se abrió porque
hubiera demanda real sino porque facilitaba un transporte rápido de personas y
de carga entre la Venezuela de Chávez y el Irán de Ahmadineyad sin que hubiera
que dar explicaciones a terceros países…. Esa directa conectividad con Oriente
Medio sirvió para poner al Caribe más al alcance de Hezbolá y para facilitar el
tráfico de cocaína y armas. …Rafael Isea se llevó un sobresalto en Damasco
cuando el avión aterrizó en una base militar y de pronto un oficial de
seguridad sirio subió al aparato y le pidió que lo acompañara. Tiene que
bajarse aquí, le dijo; tiene una reunión, lo está esperando un funcionario de
su país. Fue conducido en coche oficial del gobierno de Bashad al Assad hasta
un hotel. Una vez llegado a la habitación que se le asignó, Isea recibió una
llamada. Era Nicolás Maduro, entonces canciller, que le pedía que fuera a la
habitación donde se encontraba. Cuando Isea entró a la estancia adonde lo había
convocado, encontró allí a Maduro con Hasan Nasralá, el jefe de Hezbolá, uno de
los hombres más buscados por Estados Unidos. Con ellos había un traductor. Según
ciertas informaciones, se acordó en esa habitación dar espacio a Hezbolá en
Venezuela, en negocios como el narcotráfico. También el transporte de armas al
Líbano, así como el acceso de Hezbolá a pasaportes venezolanos para facilitar
el desplazamiento de sus militantes. Isea informó de esa reunión a Estados
Unidos.”
Añade Blasco: “Documentos que
pude examinar confirman la celebración el 22-08-2010 de una cumbre de
dirigentes del extremismo islámico. En la sede de la inteligencia militar
venezolana se reunieron mandos de Hezbolá, Hamas y otros agentes de la Yihad.
En la cita estuvieron implicados los embajadores de Siria e Irán. Precisamente
el número 2 de la diplomacia chavista en Damasco, el libanés naturalizado
venezolano Ghazi Nassereddine era la persona más prominente de Hezbolá en
Venezuela.”
Como vemos Chávez antes y Maduro
después, obnubilados contra Estados Unidos, cayeron enfermos de “infantilismo
de izquierda”, como llamó Lenin al aventurerismo, al importar el extremismo
islámico a Venezuela exponiendo el país a un conflicto contra una superpotencia
que puede degenerar en guerra desastrosa para nuestro pueblo.
Lo más grave del “infantilismo de
izquierda” entre nosotros es que al extenderse como una epidemia a los altos
mandos militares, deja a Venezuela sin los médicos que podrían impedir los
efectos de esta demencia.
Jesús Antonio Petit Da Costa
BLASCO 1 20-05-20
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