Liberación Nacional y No-Reelección (30)
Apremiamos a Capriles para que no
se quedara con la pelota en la mano y pusiera out a El Ilegítimo. Y lo que hizo
fue tirarla a las gradas llamando a participar en las municipales sin que nada
esté resuelto. El Ilegítimo está embasado y a punto de robarse el home.
Tremendo embarque.
-----------------------------------------------------------------
El objetivo fundamental de
nuestra lucha, la lucha de los patriotas venezolanos, es liberar a Venezuela
del dominio de Cuba, representada aquí por sus títeres constituidos en gobierno
comunista ilegítimo, proveniente del fraude electoral (ilegitimidad de
origen). Este es el objetivo primario:
liberarnos de Cuba, lo que implica hacer la segunda guerra de independencia,
pero esta vez sin armas por ahora. Dicho esto comparemos la oposición que nos independizó de España
con la oposición que no nos ha independizado de Cuba, para entender el porqué
del éxito de aquélla y del fracaso de ésta.
En 1.808 España convocó un
Congreso Constituyente dándole representación minoritaria a sus colonias
americanas. Estaban en pleno proceso electoral cuando la oposición, en vez de
participar con el pretexto de “ganar espacios”, decidió asumir el gobierno
directamente. Fue lo que sucedió el 19-Abril-1810. En 2002 empresarios y
trabajadores unidos decidieron independizar a Venezuela de Cuba, deponiendo al
peor Emparam, por traidor, que lo fue el difunto. ¿Cómo lo hizo? Igual que en
1.810: con el pueblo en la calle. En ambas ocasiones hubo una rebelión exitosa.
La de 1.810 pudo llegar hasta la declaración de independencia. La de 2.002 fue
víctima de la deslealtad de los ricos de Caracas, que asumieron el poder en exclusividad dejando fuera a los
trabajadores (Carlos Ortega).
Vino el desastre de 1.812, con el
cual terminó la Primera República. ¿Qué hicieron los patriotas, con Bolívar a
la cabeza? No abjuraron de la independencia, ni dijeron que este radicalismo
los había llevado a la derrota, ni cambiaron de estrategia para “aprovechar los
espacios” que ofrecía la nueva Constitución española (la Pepa). Su estrategia
de confrontación los condujo a la victoria en la Campaña Admirable y luego con
suerte diversa hasta concluir en Carabobo.
Aquí ocurrió lo contrario. Después que los ricos de Caracas se
apoderaran de la insurrección de 2002 llevándola al desastre, los trabajadores
intentaron salvar la situación (huelga petrolera) pero fueron neutralizados por
un pacifismo enfermizo. Ocurrió un viraje estratégico. En lugar de seguir con
la oposición de calle, se concilió conviniéndose en la vía electoral que pasó a
control del enemigo. Desde entonces no ha habido oposición de calle. La
sustituyó la electorera, con el cuento de los “espacios” que debemos ganar y
conservar. Ver Globovisión, cacerolear e ir a votar. Esta es toda la
participación del pueblo en la oposición al gobierno. Nada de calle. Y el que
la proponga es un radical extremista, execrado de la oposición y censurado en
prensa, radio y tv.
En 1.813 los patriotas tomaron el
poder de nuevo, volvieron a ser derrotados pero a los 7 años triunfaron definitivamente.
Aquí no ha pasado nada de eso. Desde 2.002 la oposición ha insistido tercamente
en participar en elecciones fraudulentas, descartando las otras formas de
lucha. Van 11 años de derrotas sucesivas, sin rectificación de estrategia. De
pronto surge una esperanza: Capriles
convoca a la calle, acusando a El Ilegítimo de títere de Cuba y denunciando el
fraude descarado y masivo. Pero enseguida viene la contraorden: suspendida la
movilización popular. Nada de calle. Recurre al TSJ y luego se desmiente a sí
mismo, contradiciéndose ante nacionales y extranjeros con su llamado a votar en
las municipales dejando de lado el resultado fraudulento de la presidencial.
Imaginemos que en 1.812 Bolívar,
acomplejado por la acusación de golpista, en lugar de continuar la guerra,
hubiese recurrido a la Real Audiencia para demandar a Monteverde por el fraude
a lo pactado con Miranda. Y después en el Manifiesto de Cartagena hubiera
dejado la cosa así llamando a participar en la elección de los Cabildos, con el
cuento de que no se podían perder los espacios. ¿Qué habría pasado? Bolívar no
sería El Libertador que reverenciamos. Venezuela no sería independiente de
España. Pero, eso sí, nuestra clase política estaría contentísima con sus
gobernaciones de provincia y sus alcaldías dentro del imperio español. Tal como
ahora compite para ser funcionario del imperio cubano. Pues eso exactamente es
lo que serán en adelante los electos: gobernadores y alcaldes del imperio
cubano en su colonia de Venezuela, con El Ilegítimo como Capitán General.
http://jesuspetitdacosta.blogspot.com
jpetitdacosta@hotmail.com
@petitdacosta
No hay comentarios:
Publicar un comentario