La ingeniera María Corina Machado, que ha hecho un
inmenso y encomiable esfuerzo por conseguir apoyo internacional a la lucha de
los venezolanos por la democracia, ha expresado con desilusión: “Los demócratas
de América Latina nos han traicionado.” Se refiere al reconocimiento de Maduro
como Presidente de la República y a la falta de solidaridad con los demócratas,
a diferencia del apoyo decidido que recibieron de los venezolanos cuando en sus
países estaban bajo dictaduras militares. Sus declaraciones me dan pie para
unas consideraciones.
1.- América del Sur está dominada por la
Internacional Comunista (Foro de Sao Paulo). Son miembros de esta Internacional
los presidentes de Brasil, Argentina, Uruguay, Perú, Ecuador y Venezuela. No lo
son únicamente los presidentes de Chile, Colombia y Paraguay.
La Internacional Comunista (Foro de Sao Paulo)
funciona como un sindicato que defiende a sus miembros, cualquiera sea la
situación, considerándolos inamovibles como presidentes así violen la
Constitución. Lo demostraron en Honduras y Paraguay. Debemos estar preparados
porque harán lo mismo en Venezuela si salimos de Maduro. Y entonces deberemos
tener la misma firmeza y valor que tuvieron los demócratas de aquellos países
pobres, que son ejemplos para nosotros.
No podemos esperar solidaridad por parte de los
miembros de la Internacional Comunista (Foro de Sao Paulo). Todos ellos están
interesados en que Maduro se consolide en la presidencia de Venezuela. Ellos
funcionan y actúan con el mismo espíritu de cuerpo como actuaron las dictaduras
militares en el pasado. A la “Internacional de las Espadas” de antes le ha
sucedido la “Internacional Comunista”.
¿Qué hacer entonces? Establecer relaciones con los
partidos democráticos de América del Sur con vista a fundar la Internacional
Democrática (Foro de Caracas), que enfrente a la comunista actuando con
solidaridad militante. Echar las bases desde ahora y fundarla apenas
restablezcamos la democracia en Venezuela.
2.- No hay en Sur América un liderazgo democrático
con vocación continental. Piñera de Chile y Santos de Colombia han demostrado no
tener la estatura de estadistas para esta tarea, ni voluntad y valor para
emprenderla. Además el primero está sometido al asedio de partidos adscritos al
Foro de Sao Paulo (socialistas y comunistas), que usan como punta de lanza a
estudiantes radicales. Por su parte, Santos se ha atado de manos con las
negociaciones de paz, sometiéndose al chantaje de las FARC y de Maduro. No se
puede esperar solidaridad de quienes no tienen condiciones, ni voluntad, para
asumir un liderazgo continental.
Hay líderes suramericanos de dimensión continental
con los cuales debemos establecer una estrecha alianza, con vista a la
fundación de la Internacional Democrática. Ejemplos: Álvaro Uribe Vélez de
Colombia, Alejandro Toledo de Perú, Henrique Fernando Cardoso de Brasil, Julio
Sanguinetti de Uruguay. No debemos ceder al chantaje de la Internacional
Comunista que, con la finalidad de impedir la unión con ellos, sataniza
cualquier contacto. Es el caso de Uribe. Hay que demostrarle a los amigos de la
causa que somos solidarios en las buenas y en las malas. Y Uribe es un amigo
probado.
3.- Los únicos suramericanos que han desafiado a la
Internacional Comunista (Foro de Sao Paulo) han sido los paraguayos. Han sido
los únicos solidarios con los demócratas venezolanos. Pero los políticos de la
MUD los han traicionado. Traicionaron a los paraguayos cuando abogaron por el
ingreso de la Venezuela comunista, la del difunto y la de Maduro, al MERCOSUR,
a los cual se oponían los paraguayos por solidaridad con los demócratas
venezolanos y, no conformes con esta canallada, celebraron el ingreso de la tiranía comunista
venezolana al MERCOSUR pasando por encima de Paraguay, que fue suspendido. La
traición de la MUD a Paraguay sirvió de lección para todos los demócratas de
América. ¿Cómo se puede pedir solidaridad cuando se traiciona al único amigo
que se la jugó por nosotros? Después de lo que le hizo a los paraguayos la
MUD no puede esperar solidaridad de nadie ni tiene autoridad moral para
reclamarla. Si yo fuera paraguayo, no los saludaría siquiera. Hacerle lo que se le hizo a Paraguay merece, como
castigo, que nos hagan lo mismo a nosotros.
Estamos obligados a
ser solidarios a toda prueba para tener derecho a recibir solidaridad. Es la enseñanza que nos dejaron los viejos líderes democráticos.
REFLEXIONES 11
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