Alex Vallenilla, a quien no
conozco, es uno de los mejores analistas de la economía. Es preciso y conciso.
Voy a reproducir y comentar lo último que le he leído, con el título: “LA
CRISIS ESTALLA: sin alimentos, sin dinero y sin gasolina.” Y este subtítulo:
“La depresión económica, que no ha sido atendida por la administración Maduro
ocupada en no perder el poder, hunde a Venezuela en el colapso general. La
población no tiene alimentos, el dinero efectivo se esfuma porque la inflación
se lo traga, se le suma la escasez de gasolina y gas doméstico en gran parte
del país. El conjunto configura un peligroso ^cóctel explosivo^ de orden
social.”
Inicia su artículo con estas
frases: “factores fundamentales para el desempeño de la sociedad están en pleno
colapso y amenazan con empeorar la crisis, mientras la Administración Maduro
luce paralizada ante lo que está latente, en materia alimentaria, en cuanto al
dinero en efectivo y ahora con la escasez de gasolina.” No sólo la tiranía no hace nada. Tampoco la
MUD que, por colaboracionista, no la ha aprovechado para la agitación social,
que es el papel propio de una oposición en una crisis socio-económica de esta
magnitud. Cuando estamos en pleno colapso la MUD concentra sus esfuerzos en la
elección de gobernadores, que en nada influirá para solucionarla ni para
mejorar las condiciones de vida de los venezolanos. Estamos ante un caso, sin
antecedentes en la historia nacional, de desconexión total con la realidad.
Inexplicable e injustificada en el partido AD cuyo fundador (Betancourt) fue un
agitador de masas, que para serlo en propiedad se esmeró en estudiar la
economía venezolana al extremo de plasmar su análisis en el libro “Venezuela,
política y petróleo”, escrito que lo consagró como un verdadero líder con
visión de estadista. Inexplicable e injustificado también en los demócratas
cristianos de COPEI y los que fuera del país dicen serlo aunque aquí lo niegan
como Primero Justicia, cuando fueron los pioneros de esa doctrina (Caldera y
Calvani) los que convirtieron la “cuestión social”, o pobreza y miseria del
pueblo, en el tema fundamental de su vida política e intelectual, coincidente
con la Doctrina Social de la Iglesia, sólo reivindicada ahora por los Obispos,
por cierto con valentía. En la actualidad los políticos representativos de
ambas tendencias y posturas son Antonio Ledezma y María Corina Machado, pero
marginados.
Continúo. Respecto a los
alimentos Vallenilla informa: “las empresas venezolanas apenas producen 2 mil
millones de dólares en rubros alimenticios al año, lo que no es suficiente para
el consumo de comida de todo el país PARA UN MES.” Los “bachaqueros” vienen
cubriendo este déficit con alimentos importados: “estos vendedores informales
son los principales surtidores de harina de maíz y de trigo, azúcar, aceite,
leche en polvo, pastas alimenticias, productos de aseo personal, que no se
producen en Venezuela en cantidad suficiente para cubrir la demanda interna.”
Pero lo hacen comprándolo afuera, especialmente en Colombia, a dólar libre o
paralelo, que “por haber tenido una subida súbita ha hecho que el precio de los
alimentos se vean afectados al alza, sumándose a la inflación.”
Detengámonos aquí por hoy dejando
esta conclusión: Escasez e hiperinflación en materia de alimentos es la
condición objetiva por excelencia para la rebelión popular. El ejemplo clásico:
la toma de la Bastilla. Y en nuestro país la caída del liberalismo amarillo si
aceptamos, como entonces dijeron algunos, que la rebelión de las masas era
encabezada por el General Hambre. Lo de ahora es hambruna, gente de todas las
edades abriendo bolsas de basura para buscar comida, al extremo de que cerca de
nuestra residencia mi esposa presenció cuando asaltaron a un camión de basura
para abrir las bolsas.
Creada la condición objetiva por
excelencia (escasez e hiperinflación de los alimentos) para la rebelión popular
estamos ante esta alternativa: estallido anárquico o asumir el liderazgo
mediante la agitación social para conducir al pueblo a la toma del poder sin
más demora.
Sólo falta la chispa de la
agitación para la rebelión popular.
(Mañana seguiré glosando a
Vallenilla).
REFLEXIONES 117 21-08-17
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