En 1999, cuando Chávez asumió la
presidencia los grandes partidos nacionales (AD y COPEI) estaban sumidos en una
grave crisis. Entonces el estratega genial que fue Fidel Castro le enseñó cómo
liquidarlos o debilitarlos al extremo de que no tuvieran fuerzas para
oponérsele, para lo cual debían estimular el surgimiento de políticos y
partidos colaboracionistas.
La primera medida en este sentido
fue suprimir el financiamiento legal de los partidos nacionales con cargo al
presupuesto nacional. Se les sometió a una asfixia financiera. No podían
disponer de recursos que le permitiera sobrevivir en su seno a una dirección
verdaderamente opositora. Tenían que depender de la financiación ilegal de
empresarios a los cuales el gobierno le encargara la tarea. Desde luego, la
condición de esta financiación era convertirse en colaboracionista.
La segunda fue estimular la
aparición de partidos regionales que tuvieran por jefes a gobernadores (Primero
Justicia en Miranda-UNT en Zulia- PV en Carabobo-AP en Lara-Morel en Margarita).
Estos debilitaron aún más a los partidos nacionales dividiéndolos al contar con
la financiación ilegal sustraída del presupuesto del Estado respectivo mediante
malversación. Como todos los Estados dependen exclusivamente del situado
constitucional que administra el Presidente de la República, se estableció este
mecanismo cubano de dominación: 1) El gobernador recibe los dozavos si es
colaboracionista; de lo contrario, se le suspende asfixiándolo. 2) El
gobernador colaboracionista desvía los recursos suficientes para sostener a los
activistas del partido, repartir dádivas entre electores y contratos entre
financistas (clientelismo); y por ser el único que puede disponer de esos
recursos en el Estado, impide la competencia de otro partido (competencia desleal
del gobernador) asegurando el ventajismo y el continuismo. 3) Pero la
financiación ilegal lo somete aún más como colaboracionista: si se rebela
contra la tiranía, lo enjuician y encarcelan por corrupción. Tiene esta amenaza
permanente. 4) Finalmente para evitar alteraciones en este mecanismo perverso,
el gobierno títere de Cuba premió a los gobernadores con la reelección
indefinida creando el CACICAZGO REGIONAL. Serán gobernadores vitalicios siempre
que sean colaboracionistas. Y les permitió conservar el cargo de gobernador
después de servirle de comparsa en la elección presidencial aceptando el fraude
y también practicar descaradamente el nepotismo (sucesión por hijos,
esposas/esposos, hermanos, etc.) que desde la muerte de Gómez había sido
prohibido por la Constitución. 5) Por último, para asegurarse de que los
partidos creados por los gobernadores no dejen de ser colaboracionistas, se les
exime del riego de cambiar directiva. No hacen elecciones internas. Son jefes
eternos de su montonera, llamada así porque no hay disidentes. El que disienta
no tiene cargo.
Así Cuba reclutó a los
colaboracionistas creándose la casta de politicastros (políticos al servicio de
los Castro de Cuba), integrada por títeres y colaboracionistas, que son el
azote del país y la causa de su decadencia y ruina, cuya permanencia vitalicia
en el poder, mediante la reelección indefinida, se la aseguran ellos mismos con
beneficio recíproco.
Cuando volvamos a la democracia
habrá que establecer la NO-REELECCIÓN ABSOLUTA de gobernadores, eliminando así
el cacicazgo sostenido en el continuismo y el ventajismo, y también restablecer
la prohibición del nepotismo para que cónyuge y parientes no puedan sucederle
en el cargo.
REFLEXIONES 116 20-08-17
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