viernes, 3 de febrero de 2017

UN CONSEJO SUPERIOR DE LA MAGISTRATURA PARA IMPEDIR LA REPETICIÓN DE ESTA VERGÜENZA


Es unánime la opinión de que el peor de los poderes públicos es el Judicial. Y al serlo no existe el Estado de Derecho, ni Liberal ni Democrático y Social. Sólo existirá cuando tengamos un Poder Judicial verdaderamente independiente. Lo tendremos cuando sea reestructurado radicalmente, lo cual es ineludible y de extrema urgencia. Con la licencia del lector voy a citarme: “La democracia que sirvió de modelo a la generación libertadora, la de Estados Unidos de América, debe en gran medida su existencia prolongada, que ha pasado de los dos siglos, al funcionamiento efectivo de algunas instituciones. Entre ellas se destaca el Poder Judicial que ha sido freno de los abusos de los gobernantes y garantía para los ciudadanos”(Estudios sobre la Constitución, Tomo IV, Caracas 1979). En la Venezuela actual ocurre lo contrario: es el instrumento de los gobernantes para ejercer la tiranía y el azote de los ciudadanos, servil al gobierno títere de Cuba para oprobio de la República.
El primer paso será establecer el autogobierno, asimilando las experiencias del pasado y del presente, así como las extranjeras, en la nueva Constitución que habrá de promulgarse después de la toma del poder. La experiencia del pasado fue el error en el diseño del órgano de gobierno del Poder Judicial en la Constitución de 1961, por lo cual derivó en fracaso mientras los modelos que lo inspiraron (Francia e Italia) han sido exitosos. La experiencia del presente es la vergonzosa sumisión del TSJ al Ejecutivo, que ha significado el mayor retroceso institucional. De allí que la primera conclusión sea descartar al TSJ como órgano de gobierno del Poder Judicial y retomar los exitosos modelos francés e italiano como fuente de inspiración, como lo han sido  para varios países de América Latina.
Tanto en Francia como en Italia el gobierno del Poder Judicial lo ejerce un órgano propio denominado Consejo Superior de la Magistratura, el cual nombra y disciplina a magistrados y jueces de todas las categorías, incluyendo a los del Supremo y los de Casación. Estos acceden a los más altos cargos como culminación de una carrera judicial meritoria. Y no por reparto entre partidos en el Congreso o Asamblea Nacional. Ni mucho menos por una maniobra política ejecutada con premura como hizo en diciembre de 2015 la AN con mayoría comunista antes de que asumieran sus cargos los 112 diputados de oposición que habían sido electos.
Esto no se debe repetir nunca más, porque es la negación del Estado Democrático y Social de Derecho. Y para que no se repita hay que crear el Consejo Superior de la Magistratura atribuyéndole el gobierno del Poder Judicial.   


REFORMA JUDICIAL 1                     03-02-17

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