martes, 14 de febrero de 2017

El único gobierno de la delincuencia organizada en el mundo


Es oportuno regresar a la lectura del libro BUMERÁN CHÁVEZ, escrito por el periodista Emili Blasco, publicado en 2015. En el prólogo intitulado BAJAR AL BÚNKER leemos: “Era la Semana Santa de 2007 cuando el joven oficial (Leamsy Salazar, entonces escolta de Chávez) fue testigo de cómo Chávez en persona negociaba con los cabecillas de las FARC la compra de cargamentos de droga”. Añade: “Chávez se recluyó esos días santos en una finca de Barinas, en compañía de Rafael Ramírez y Ramón Rodríguez Chacín. Ramírez ponía el sistema de lavado de dinero a través de la petrolera nacional. Rodríguez Chacín, en permanente contacto con las FARC, se ocupaba de ir a buscar a los jefes guerrilleros y de devolverlos a su campamento.” En la última reunión se le permitió al Capitán Salazar entrar y salir para servir agua y café. Así pudo escuchar varias de las órdenes de Chávez: --Rafael, cómprales a las FARC  toda la mercancía que poducen. Págales un primer plazo de 500 millones de dólares”.
Con esta descripción nos adelanta que el organizador de la Narco-Tiranía de la Delincuencia Organizada fue el propio Chávez, justificando la organización criminal con una excusa geopolítica: la cocaína es el arma de la guerra asimétrica contra Estados Unidos. Al darle a la actividad criminal una justificación geopolítica autorizó a todos dentro del gobierno, civiles y militares, a convertirse en narcotraficantes. Todo el gobierno de Venezuela pasó a ser delincuencia organizada, la única en el mundo con poder político. Lo evidencia el relato del Capitán Salazar de su experiencia después al servicio del máximo jerarca de otro poder público, lo acompaña a la península de Paraguaná donde ocurre lo que narra: “Ya era medianoche. En la playa había un nutrido grupo de hombres con la cara cubierta, equipados con armas largas, que dejaron avanzar el vehículo. Este se detuvo a la vista de cuatro lanchas deportivas de alta potencia.” Allí su nuevo jefe dio esta orden: “¿Están listas las hallacas? Pues que las partan de una vez, una detrás de otra. Era evidente que aquellas no eran hallacas, pero de esa manera llamaban a los paquetes o panelas de droga para despistar. Las lanchas con su cargamento de coca-varias toneladas-salieron de inmediato, comandadas por operadores que llevaban instrumental de visión nocturna. Quienes estaban en la playa no eran militares, más bien parecía el despliegue de una de las mafias de la droga, con la que se estaban coordinando las más altas esferas del Estado.”
Continúa el testigo contando: “En el viaje de regreso (su nuevo jefe) le dice al que iba sentado a su lado: -Estate pendiente porque Fulano (el nombre está en el libro) va a enviar una plata en efectivo en uno de esos camiones. Que pase por donde Zutano (el nombre que aparece en el libro está de moda ahora), que se quede con su parte, y siga para la oficina….Cinco días después llegó un camión del SENIAT a una vivienda de Fuerte Tiuna (que el testigo identifica). Era de suponer que, de acuerdo con las instrucciones recibidas, el convoy había pasado antes (por donde se le había ordenado)”.
Cuenta el testigo que, cuando descargaban el camión, “vio las puertas traseras abiertas y el espacio interior repleto de maletas, todas iguales y cerradas con candados. Se armó de valor para investigar un poco y vio dentro de una maleta abierta por casualidad que había amontonados fajos de billetes de cien dólares. Aunque estaban amarrados con film plástico, despedían olor a billete nuevo. El dinero iba destinado a una gran caja fuerte de tres metros por cuatro con un fondo de metro y medio….Pero por grande que fuera la caja fuerte…allí no cabía el contenido de todas las maletas recibidas.”
Así el autor del libro nos adelanta lo que demostrará en los capítulos siguientes: 1) Que Venezuela está bajo la tiranía de la delincuencia organizada; 2) Que fue Chávez el que organizó su gobierno como tal; 3) Que al narcotráfico le dio una justificación geopolítica: la droga es el arma para derrotar a Estados Unidos dañando a su población; y, 4) Que con esta justificación los altos funcionarios están autorizados para participar en el narcotráfico enriqueciéndose.
Desde luego, si la droga se usa para derrotar a Estados Unidos, dañando a su población, era de suponer que el gobierno de este país terminaría reaccionando como lo está haciendo ahora.

NARCOTIRANÍA (21) 

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