lunes, 5 de septiembre de 2011

La globalización de la democracia

Compatriotas: El mundo ha entrado de lleno en la globalización de la sociedad del conocimiento o de la información, con una velocidad vertiginosa debido a la revolución que han significado internet y en general la tecnología informática en constante renovación. Hay un sacudón mundial por la crisis de transformación del capitalismo, que pasa a una etapa más avanzada. Tendrá su impacto en Venezuela. Al igual que en los países árabes, corresponde a la sociedad civil, principalmente a los universitarios, tomar la iniciativa.

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Con la caída del imperio soviético, por implosión, quedó demostrado que el comunismo es un sistema político-económico inservible. Ante esta realidad el partido comunista chino, dirigido por gente inteligente y culta, dio un viraje y adoptó el capitalismo, creando una prosperidad en continuo ascenso a consecuencia de la globalización. Su ideólogo, Deng Xiao Ping, justificó el abandono del comunismo, que había sumido el país en la mayor pobreza durante cuarenta años, con estas palabras: “enriquecerse es magnífico.” Así dio a los chinos puerta abierta para hacerse ricos, desde luego estudiando y sobre todo trabajando duro.

Por aquella época llegó El Tirano al poder aquí. Por venir directamente de un cuartel, escaso de lecturas, no se había enterado del fracaso del comunismo, ni del viraje chino. Cayó por este motivo bajo el embrujo del dinosaurio comunista que sobrevivía, Fidel Castro. Y se rodeó de todo un parque jurásico que consiguió en una izquierda atrasada, cuyo pensamiento y lenguaje se han fosilizado a tal extremo que parecen piezas de un museo de la política antediluviana. A consecuencia de ello, en lugar de insertar a Venezuela en la globalización capitalista, optó por conducirla al mayor atraso económico-social adoptando un comunismo obsoleto que la condena a la ruina. Por su culpa somos, junto con Cuba, un país empobrecido y endeudado, cuando todos los demás países de América crecen y prosperan. Nuestro atraso es impresionante, a pesar de que todo nos fue dado para el éxito. Sin el petróleo seríamos los mendigos del continente.

La consecuencia natural de la globalización del capitalismo viene siendo la globalización de la democracia. El desarrollo capitalista va unido a la libertad económica, cuya pareja es la libertad política. No es por casualidad que las grandes potencias capitalistas son democracias. Y también las potencias emergentes, con excepción de China. Pero ésta última ya siente los embates de la democracia en sus murallas de defensa. La contradicción en su seno entre el sistema político comunista (tiranía de una oligarquía) y el sistema económico capitalista, que a mayor riqueza demanda más libertad y poder ciudadano, se resolverá dialécticamente a favor de la democracia.

La globalización de la democracia se ha acelerado por la transformación del capitalismo que va pasando de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento o de la información con la velocidad vertiginosa de los cambios tecnológicos. Una revolución capitalista está en marcha. El mundo se está transformando radical e irreversiblemente. Los muros se derrumban en todas partes. Caen las tiranías del Tercer Mundo, incluyendo las petroleras, hasta ahora regidas por la ley de la petropolítica, enunciada por Thomas Friedmam: “el petróleo genera tiranía en los países atrasados y a mayor riqueza petrolera, más tiranía.”

Fue Venezuela la avanzada de la democracia antes de la globalización. Nuestro país estaba preparado para aprovecharla y elevarse a la magnitud del primer mundo. Entonces vino la desgracia de que, por el túnel del tiempo, nos llegara del más lejano pasado un gobernante intelectualmente caduco, tan atrasado que funciona con cerebro prestado por la decrépita monarquía comunista cubana. Y, para colmo, rodeado de una corte de bufones perdidos en un mundo extraño para ellos. Serán barridos por el huracán de la globalización. Este huracán se gesta como una depresión tropical que se manifiesta en protestas constantes, aunque aisladas; pasará  a tormenta tropical cuando surja un liderazgo que las una; y se convertirá en huracán cuando este liderazgo la conduzca a la rebelión popular. Las aguas cálidas que le darán fuerza están en la sociedad civil, a la cabeza los universitarios, que son las víctimas principales de la tiranía y serán los mayores beneficiarios de la sociedad del conocimiento o de la información.

1 comentario:

  1. Bueno está bien, pero... serán los "universitarios" con otro tipo de mentalidad. No creo que con universitarios que todo lo quieren gratis sea ese cambio...

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