1.- Había, pues, en 1945 una contradicción insalvable en el seno de la FAN entre el Alto Mando Militar y la joven oficialidad. Era la contradicción dialéctica entre el establecimiento (tesis) y el cambio o modernización (antítesis). Entre el viejo tiempo que se negaba a morir y el nuevo tiempo que no había podido nacer. Entre un ejército improvisado para la guerra civil, representado por los generales “chopos de piedra” (frase descriptiva de su primitivismo en el arte de la guerra), quienes integraban la oligarquía gobernante desde 1899, y un ejército profesional de formación académica para el cual se había educado la oficialidad joven y, por consiguiente, era el que quería tener. Esta contradicción no podía resolverse pacíficamente porque nunca en Venezuela se ha resuelto así. Cuando no existía la FAN se resolvía en una guerra civil. Creada la FAN se resuelve con la rebelión de la oficialidad joven.
2.- Coincidentemente había una crisis política. Se debía a otra contradicción. Era entre la oligarquía gobernante desde 1899 que pretendía perpetuarse en el poder y los excluidos durante ese tiempo que exigían la alternancia en el poder. Era también la contradicción dialéctica entre oligarquía (tesis) y democracia (antítesis). Esta contradicción tampoco podía resolverse pacíficamente porque nunca en Venezuela se ha resuelto así. La solución pacífica de la crisis política fue descartada. Era reformar la Constitución para establecer el voto directo, universal y secreto para Presidente de la República, que no existía. Negada la oligarquía a esta solución, porque no aceptaba ceder el poder, y fracasada la posibilidad de una transición con una figura de consenso, no había salida electoral.
3.- La oligarquía no entendió que se estaba ante un final de época. Que la etapa histórica iniciada en 1899 agonizaba, necesitando de que se la ayudara a bien morir, porque no había posibilidad alguna de prolongarla. Cometió la oligarquía el error, que han cometido todos los que han estado en la misma situación, de cerrar las puertas al cambio, no dejando otra opción que la rebelión, que es la respuesta natural y lógica de la sociedad cuando se le impide el paso a una nueva etapa.
4.- No había, pues, otra salida que la rebelión. Lo tuvieron claro los militares antes que los políticos. Estos no se atrevieron a tomar la iniciativa. Estuvieron dispuestos a esperar, creyendo en la promesa que le hizo la oligarquía de que la reforma constitucional se haría en el período siguiente. Fueron los militares los que los convencieron de sumarse a la rebelión que tenían lista. Tuvieron el acierto de contactar a los que por su trayectoria habían demostrado valor personal y temple, así como capacitación para gobernar. Así la que iba a ser rebelión militar se transformó en rebelión cívico-militar, que por ello dio origen a una nueva etapa histórica. La que terminó en 1998.
5.- Betancourt, Leoni, Prieto y Barrios, que fueron los 4 que participaron en la rebelión de 1945, enseñaron a los políticos cómo deben comportarse en circunstancias semejantes. Sumarse para encauzar. Agreguemos que también Caldera se unió a la rebelión, por lo cual fue el Procurador General de la Nación con la Junta Revolucionaria de Gobierno.
De la rebelión del 45 emergieron los líderes de la nueva etapa histórica. De no haber participado, no habrían pasado de segundones. Porque con pendejos el pueblo no va ni a misa.
6.- La enseñanza del 45 les sirvió para entender que derrocar a una oligarquía y más aún a una tiranía sólo puede lograrse con una rebelión cívico-militar. Y por ello, aprendida la lección, fueron los civiles los que en 1958 tomaron la iniciativa de contactar a los militares.
REFLEXIONES 102 17-10-16
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