martes, 1 de abril de 2014

LA SEGUNDA CUESTIÓN PREVIA:


LA INCONSTITUCIONALIDAD DE LA SUCESIÓN PRESIDENCIAL
                                                                                  
Ya lo dijimos: si la MUD no fuera colaboracionista, que lo es, habría planteado a UNASUR, como cuestión previa a todas las demás, la exigencia de que Maduro pruebe su legitimidad exhibiendo su partida de nacimiento y las de sus padres para establecer con certeza si es venezolano por nacimiento y si lo es exclusivamente. No habérselo exigido desde que asumió la presidencia, ni tampoco haberlo planteado ante UNASUR con motivo del informe de Walter Márquez, prueba una conducta “colaboracionista” de encubrimiento.
Al misterio de la partida de nacimiento de Maduro se une otro misterio: el de la enfermedad y muerte del difunto. Si la MUD no fuera colaboracionista, que lo es, habría aprovechado la oportunidad de sentarse con UNASUR para plantear, como segunda cuestión previa, la exigencia de que Maduro pruebe la constitucionalidad de la sucesión presidencial comenzando por exhibir  el acta de defunción de su antecesor en el cargo, junto con el certificado médico anexo, para establecer con certeza la fecha, lugar y causa de su fallecimiento.
Con la exhibición del acta de defunción y del certificado médico podremos: 1) Conocer con certeza el lugar donde falleció, si fue en Venezuela o en Cuba; 2) Conocer con certeza la fecha de su fallecimiento, si fue efectivamente el 5 de marzo de 2013 o antes; y, 3) Conocer con certeza la causa del fallecimiento y el nombre del médico tratante, ambos guardados en estricto secreto.
Mientras no se exhiba el acta de defunción con el certificado médico, cualquiera de estas suposiciones, que de resultar ciertas viciarían de nulidad la sucesión presidencial y de ilegitimidad al sucesor, tiene fundamento: 1) Que el difunto murió en diciembre y, en consecuencia, todos los actos de gobierno que se le atribuyeron desde entonces son inconstitucionales; 2) Que el difunto murió en Cuba y, en consecuencia, todos los actos de gobierno se le atribuyeron como suyos dados en el Hospital Militar son inconstitucionales; y, 3) Que el difunto fue víctima de mala praxis médica en Cuba o de un magnicidio practicado como eutanasia por los cubanos, visto su estado terminal, posiblemente de muerte cerebral, desde el día de la operación, por lo cual no se le hizo autopsia. 
Recordemos que el difunto, 180 años después de la muerte de Bolívar,  tuvo la sospecha de que lo habían asesinado a pesar del informe del médico tratante y de las experticias posteriores, por cuyo motivo profanó su tumba y exhumó sus restos. En su caso, cuando todo ha sido tan misterioso que no se conocen el nombre y nacionalidad de sus médicos, el desarrollo de su enfermedad, la causa de su muerte, y se duda sobre el lugar y fecha de su fallecimiento, están más que fundadas las sospechas de que el misterio se debe a que se oculta algo sumamente grave, tan grave que viciaría de nulidad absoluta la sucesión presidencial y hasta acarrearía la responsabilidad penal de los que han ocultado estos hechos.
En la sombra sólo trabaja el crimen, dijo Bolívar. Apliquemos esta frase al secreto muy bien guardado de los últimos días del difunto, que nos interesa develar por sus consecuencias jurídicas en la sucesión presidencial. ía﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽io que rodea la enferm su muerter que los cubanos ñp mataron a ad de la sucesindada en el misterio que rodea la enferm
REFLEXIONES 45                                                                        01-04-14

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