Liberación Nacional y
No-Reelección (69)
Los
estudiantes le habían quitado la máscara democrática a la tiranía de los títeres de Cuba. Y ahora los títeres nos
han hecho el inmenso favor de quitarles la máscara de oposición a los
colaboracionistas.
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Cómo terminó de caer la máscara de oposición que se ponían los
colaboracionistas:
1.- Es público y
notorio que Venezuela ha perdido su independencia porque está bajo el dominio
de Cuba, la cual ejerce el gobierno mediante un títere o persona interpuesta;
por consiguiente, el que no exige el
rompimiento con Cuba como condición previa a cualquier negociación es un
colaboracionista, cómplice de la traición a la patria cometida por los títeres.
Y lo es en grado máximo el que no denuncie este hecho en cuanta oportunidad se
le presente, más aún en la única de dirigirse a todo el país y a toda América
que está en conocimiento de esta realidad y no comprende que la aceptemos sin
vergüenza.
2.- Es público y
notorio que el Plan de la Patria, puesto en marcha por el gobierno títere, es
la tercera etapa del proyecto de implantación del comunismo en Venezuela para
convertirla en otra Cuba; en consecuencia, pactar sin exigir su derogación es
colaboracionismo.
3.- Es público y notorio
que Fidel de Cuba y Lula de Brasil constituyeron en los años 90 del siglo
pasado la Internacional Comunista de América Latina (Foro de Sao Paulo), para
suplir en este continente la caída del imperio comunista soviético y reflotar
aquí el comunismo y, con este fin, se propusieron apoderarse del petróleo
venezolano, que les daría los recursos para financiar la campaña electoral y
luego la permanencia indefinida en el poder de todos los partidos comunistas y
filo-comunistas de América. Logrado este objetivo fácilmente por la traición a
la patria del difunto y sus secuaces, decidieron crear, con dinero venezolano,
el sindicato de presidentes llamado UNASUR, cuyo objetivo es asegurar la
inamovilidad de sus miembros y su perpetuación en el cargo, generalmente
mediante la reelección indefinida, evitando la intromisión de la OEA porque en
ella influyen terceros países que no controla todavía la Internacional (p. ej.
Estados Unidos, Canadá y México). En consecuencia, todo el que colabore con la
intervención de UNASUR, instrumento de la Internacional Comunista, es un colaboracionista.
4.- Es público y
notorio que el gobierno títere está presidido por una persona cuya docilidad a
Cuba se han asegurado los malvados hermanos Castro con la reserva de dos
secretos personales que guardan. El primero, su partida de nacimiento y las de
sus padres, las cuales ocultan los cubanos, posiblemente en combinación el
gobierno colombiano (a Walter Márquez le informaron en Bogotá que los folios
del libro respectivo fueron arrancados por el G2). El segundo, los detalles de
la enfermedad y muerte del difunto desde el 08-12-12 hasta la fecha verdadera
de su fallecimiento. La revelación de estos secretos podría acarrear para el
títere, no sólo la destitución, sino el enjuiciamiento penal. No exigir la
verdad de estos hechos, estando en juego la seguridad nacional por la vulnerabilidad
del títere al chantaje de los guardianes del secreto, es colaboracionismo con
los cubanos y, en consecuencia, los que pacten o negocien con él sin la
revelación del secreto son colaboracionistas.
5.- Es público y
notorio que el gobierno títere de Cuba se ha valido de bandas de criminales,
junto con guardias nacionales igualmente criminales, para reprimir salvajemente
las manifestaciones de estudiantes, causando muertes y lesiones graves, además
de torturas y prisiones injustas a los que ha detenido, y por tal motivo ha
merecido un repudio de la opinión pública mundial que se ha formado la imagen
de que en Venezuela hay una tiranía. Salvar a una tiranía criminal, que además
es títere de Cuba, prestándose a un show mediático, es colaboracionismo.
6.- Es público y
notorio que los colaboracionistas no promovieron, ni apoyaron, ni mucho menos
dirigieron las protestas de los jóvenes, que fueron la causa de la intervención
de UNASUR, por lo cual los colaboracionistas carecen de representatividad para
negociar o pactar en nombre de los jóvenes; así, además de colaboracionistas,
son impostores que trafican políticamente con la sangre de los mártires y el
sacrificio de los estudiantes. Los colaboracionistas se apropiaron
indebidamente de la lucha de los jóvenes contra quienes han estado siempre,
tildándolos de radicales.
Títeres y
colaboracionistas se han puesto de acuerdo: acabar con la rebelión popular que
comenzó con los estudiantes. Pero los títeres nos han hecho un favor. Le han
quitado la careta de oposición a la MUD, que ahora muestra su faz de repugnante
colaboracionismo. Ya estamos claros: la unidad debe ser de patriotas, fuera los
colaboracionistas.
Show me the Devil in 3 rounds.
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