lunes, 14 de abril de 2014

Títeres y colaboracionistas sin máscaras

Liberación Nacional y No-Reelección (69)

Los estudiantes le habían quitado la máscara democrática a la tiranía de  los títeres de Cuba. Y ahora los títeres nos han hecho el inmenso favor de quitarles la máscara de oposición a los colaboracionistas.
-----------------------------------------------------------------
Cómo terminó de caer la máscara de oposición que se ponían los colaboracionistas:
1.- Es público y notorio que Venezuela ha perdido su independencia porque está bajo el dominio de Cuba, la cual ejerce el gobierno mediante un títere o persona interpuesta; por consiguiente, el que no exige el  rompimiento con Cuba como condición previa a cualquier negociación es un colaboracionista, cómplice de la traición a la patria cometida por los títeres. Y lo es en grado máximo el que no denuncie este hecho en cuanta oportunidad se le presente, más aún en la única de dirigirse a todo el país y a toda América que está en conocimiento de esta realidad y no comprende que la aceptemos sin vergüenza.
2.- Es público y notorio que el Plan de la Patria, puesto en marcha por el gobierno títere, es la tercera etapa del proyecto de implantación del comunismo en Venezuela para convertirla en otra Cuba; en consecuencia, pactar sin exigir su derogación es colaboracionismo.  
3.- Es público y notorio que Fidel de Cuba y Lula de Brasil constituyeron en los años 90 del siglo pasado la Internacional Comunista de América Latina (Foro de Sao Paulo), para suplir en este continente la caída del imperio comunista soviético y reflotar aquí el comunismo y, con este fin, se propusieron apoderarse del petróleo venezolano, que les daría los recursos para financiar la campaña electoral y luego la permanencia indefinida en el poder de todos los partidos comunistas y filo-comunistas de América. Logrado este objetivo fácilmente por la traición a la patria del difunto y sus secuaces, decidieron crear, con dinero venezolano, el sindicato de presidentes llamado UNASUR, cuyo objetivo es asegurar la inamovilidad de sus miembros y su perpetuación en el cargo, generalmente mediante la reelección indefinida, evitando la intromisión de la OEA porque en ella influyen terceros países que no controla todavía la Internacional (p. ej. Estados Unidos, Canadá y México). En consecuencia, todo el que colabore con la intervención de UNASUR, instrumento de la Internacional Comunista,  es un colaboracionista.
4.- Es público y notorio que el gobierno títere está presidido por una persona cuya docilidad a Cuba se han asegurado los malvados hermanos Castro con la reserva de dos secretos personales que guardan. El primero, su partida de nacimiento y las de sus padres, las cuales ocultan los cubanos, posiblemente en combinación el gobierno colombiano (a Walter Márquez le informaron en Bogotá que los folios del libro respectivo fueron arrancados por el G2). El segundo, los detalles de la enfermedad y muerte del difunto desde el 08-12-12 hasta la fecha verdadera de su fallecimiento. La revelación de estos secretos podría acarrear para el títere, no sólo la destitución, sino el enjuiciamiento penal. No exigir la verdad de estos hechos, estando en juego la seguridad nacional por la vulnerabilidad del títere al chantaje de los guardianes del secreto, es colaboracionismo con los cubanos y, en consecuencia, los que pacten o negocien con él sin la revelación del secreto son colaboracionistas.
5.- Es público y notorio que el gobierno títere de Cuba se ha valido de bandas de criminales, junto con guardias nacionales igualmente criminales, para reprimir salvajemente las manifestaciones de estudiantes, causando muertes y lesiones graves, además de torturas y prisiones injustas a los que ha detenido, y por tal motivo ha merecido un repudio de la opinión pública mundial que se ha formado la imagen de que en Venezuela hay una tiranía. Salvar a una tiranía criminal, que además es títere de Cuba, prestándose a un show mediático, es colaboracionismo.
6.- Es público y notorio que los colaboracionistas no promovieron, ni apoyaron, ni mucho menos dirigieron las protestas de los jóvenes, que fueron la causa de la intervención de UNASUR, por lo cual los colaboracionistas carecen de representatividad para negociar o pactar en nombre de los jóvenes; así, además de colaboracionistas, son impostores que trafican políticamente con la sangre de los mártires y el sacrificio de los estudiantes. Los colaboracionistas se apropiaron indebidamente de la lucha de los jóvenes contra quienes han estado siempre, tildándolos de radicales.


Títeres y colaboracionistas se han puesto de acuerdo: acabar con la rebelión popular que comenzó con los estudiantes. Pero los títeres nos han hecho un favor. Le han quitado la careta de oposición a la MUD, que ahora muestra su faz de repugnante colaboracionismo. Ya estamos claros: la unidad debe ser de patriotas, fuera los colaboracionistas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario