martes, 2 de julio de 2013

Sólo falta menear la mata



Liberación Nacional y No-Reelección (33)



Nunca antes se habían acumulado en Venezuela tantas condiciones objetivas y subjetivas para el derrumbe de una tiranía. El fruto está maduro. Sólo falta menear la mata haciendo oposición de calle.

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A la debilidad congénita del usurpador de la presidencia por ser títere de Cuba, haberse robado las elecciones mediante un fraude masivo, tenérsele por extranjero infiltrado al ocultar su partida de nacimiento y carecer de liderazgo político y militar, se agrega la implosión general del régimen comunista por la acumulación de la crisis económica y social.

La magnitud de la crisis económico-social se evidencia de estos hechos, los más resaltantes a título de ejemplo:

1.- MONEDA BASURA. En 1999 la tasa oficial de cambio en bolívares viejos era 573,86, hoy la tasa ficticia  CADIVI es Bs./dólar 6.300 (bolívares viejos). Significa una devaluación del 997,83%. Algo sencillamente insoportable por seres racionales. Peor aún cuando la tasa real de cambio es de cinco veces más, lo cual indica que la depreciación es del 5.000%. El bolívar no es una moneda sino un vale interno, para uso dentro del país, porque nadie lo acepta en el extranjero.

Sólo la ineficiencia y la corrupción bestial del régimen comunista a la cubana explican que el bolívar sea una “moneda basura” cuando el precio del petróleo está en el máximo. Así en 1999 el precio del petróleo dólares/barril era 10.57, hoy vale 109.45. O sea, el precio del petróleo ha subido  935.48%, en la misma proporción de la depreciación del bolívar ficticio CADIVI.

2.- INFLACIÓN. Por ser el bolívar una “moneda basura”, cuya depreciación es constante e indetenible, la inflación se ha disparado. En efecto, en 14 años el índice acumulado es de 933%, correspondiéndose en la baja de la moneda y el alza del petróleo. Estamos hablando de índices oficiales que son falsos, totalmente y absolutamente falsos, porque la inflación es mucho mayor. La sentimos todos en el bolsillo. Y nada la detiene.

La inflación constituye el mayor impuesto para los pobres, sobre todo por el precio de los alimentos y las medicinas. El salario mínimo no alcanza para comer. Actualmente equivale a US$ 75.- mensual. Un salario de hambre, por lo cual se está reproduciendo en Venezuela el fenómeno observado en Cuba: una corrupción generalizada para completar la arepa. Lo llaman “rebusque”.

3.- POBREZA y DESEMPLEO. La progresiva caída del salario real explica que haya nueve millones de pobres. Para comprobar su existencia basta con ver cómo han aumentado los ranchos en las ciudades. Lo que uno ve con sus propios ojos desmiente las estadísticas oficiales. Agreguemos que los trabajadores con trabajo decente o formal llegan apenas a la mitad. Los informales forman la otra mitad. Los informales no integran esa nueva categoría de empresarios llamados emprendedores. En realidad constituyen un ejército proletario de reserva en situación de desempleo encubierto.

4.- INSEGURIDAD. El difunto fue electo, entre otros motivos, porque militar era sinónimo de orden y mano dura contra la delincuencia. Luego al declararse comunista cabía esperar que actuase contra los criminales como en los países comunistas de Europa. Ni por militar ni por comunista hizo lo que se esperaba de él. Por el contrario, fomentó la delincuencia y convirtió a los delincuentes en sus protegidos para que actuasen como fuerza de choque contra los venezolanos pacíficos y honestos. Desde hace 14 años Venezuela es el reino de los delincuentes, que forman una élite que goza del privilegio de la impunidad.

En 1999 hubo 4.500 homicidios mientras el año pasado llegó a 21.692, lo que significa un incremento 382%. A lo cual se agregan asaltos, atracos, robos y secuestros, muchos de los cuales no se denuncian. Los delincuentes son dueños de la calle y amos de los ciudadanos, a los cuales hacen sus víctimas con el mayor descaro.

5.- CORRUPCIÓN. Los delincuentes comunes son los reyes de la calle. Y los delincuentes de cuello blanco, o corruptos, son los dueños de la renta petrolera de la cual se apropian mediante cargos y contratos. El país está en poder de una mafia, que se reparte el botín: los de arriba saquean a la Nación, los de abajo a los ciudadanos.

Ningún pueblo soporta una situación semejante. Este pueblo no puede ser la excepción. Tiene que estallar. Y estallará al margen de la clase política, meneando la mata.

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@petitdacosta

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