Liberación Nacional y No-Reelección (33)
Nunca antes se habían acumulado en Venezuela tantas condiciones
objetivas y subjetivas para el derrumbe de una tiranía. El fruto está maduro.
Sólo falta menear la mata haciendo oposición de calle.
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A la debilidad congénita del
usurpador de la presidencia por ser títere de Cuba, haberse robado las
elecciones mediante un fraude masivo, tenérsele por extranjero infiltrado al
ocultar su partida de nacimiento y carecer de liderazgo político y militar, se
agrega la implosión general del régimen comunista por la acumulación de la
crisis económica y social.
La magnitud de la crisis
económico-social se evidencia de estos hechos, los más resaltantes a título de
ejemplo:
1.- MONEDA BASURA. En 1999 la
tasa oficial de cambio en bolívares viejos era 573,86, hoy la tasa
ficticia CADIVI es Bs./dólar 6.300
(bolívares viejos). Significa una devaluación del 997,83%. Algo sencillamente
insoportable por seres racionales. Peor aún cuando la tasa real de cambio es de
cinco veces más, lo cual indica que la depreciación es del 5.000%. El bolívar
no es una moneda sino un vale interno, para uso dentro del país, porque nadie
lo acepta en el extranjero.
Sólo la ineficiencia y la
corrupción bestial del régimen comunista a la cubana explican que el bolívar
sea una “moneda basura” cuando el precio del petróleo está en el máximo. Así en
1999 el precio del petróleo dólares/barril era 10.57, hoy vale 109.45. O sea,
el precio del petróleo ha subido
935.48%, en la misma proporción de la depreciación del bolívar ficticio
CADIVI.
2.- INFLACIÓN. Por ser el bolívar
una “moneda basura”, cuya depreciación es constante e indetenible, la inflación
se ha disparado. En efecto, en 14 años el índice acumulado es de 933%,
correspondiéndose en la baja de la moneda y el alza del petróleo. Estamos
hablando de índices oficiales que son falsos, totalmente y absolutamente
falsos, porque la inflación es mucho mayor. La sentimos todos en el bolsillo. Y
nada la detiene.
La inflación constituye el mayor
impuesto para los pobres, sobre todo por el precio de los alimentos y las
medicinas. El salario mínimo no alcanza para comer. Actualmente equivale a US$
75.- mensual. Un salario de hambre, por lo cual se está reproduciendo en
Venezuela el fenómeno observado en Cuba: una corrupción generalizada para
completar la arepa. Lo llaman “rebusque”.
3.- POBREZA y DESEMPLEO. La
progresiva caída del salario real explica que haya nueve millones de pobres.
Para comprobar su existencia basta con ver cómo han aumentado los ranchos en
las ciudades. Lo que uno ve con sus propios ojos desmiente las estadísticas
oficiales. Agreguemos que los trabajadores con trabajo decente o formal llegan
apenas a la mitad. Los informales forman la otra mitad. Los informales no
integran esa nueva categoría de empresarios llamados emprendedores. En realidad
constituyen un ejército proletario de reserva en situación de desempleo
encubierto.
4.- INSEGURIDAD. El difunto fue
electo, entre otros motivos, porque militar era sinónimo de orden y mano dura
contra la delincuencia. Luego al declararse comunista cabía esperar que actuase
contra los criminales como en los países comunistas de Europa. Ni por militar
ni por comunista hizo lo que se esperaba de él. Por el contrario, fomentó la
delincuencia y convirtió a los delincuentes en sus protegidos para que actuasen
como fuerza de choque contra los venezolanos pacíficos y honestos. Desde hace
14 años Venezuela es el reino de los delincuentes, que forman una élite que
goza del privilegio de la impunidad.
En 1999 hubo 4.500 homicidios
mientras el año pasado llegó a 21.692, lo que significa un incremento 382%. A
lo cual se agregan asaltos, atracos, robos y secuestros, muchos de los cuales
no se denuncian. Los delincuentes son dueños de la calle y amos de los
ciudadanos, a los cuales hacen sus víctimas con el mayor descaro.
5.- CORRUPCIÓN. Los delincuentes
comunes son los reyes de la calle. Y los delincuentes de cuello blanco, o
corruptos, son los dueños de la renta petrolera de la cual se apropian mediante
cargos y contratos. El país está en poder de una mafia, que se reparte el
botín: los de arriba saquean a la Nación, los de abajo a los ciudadanos.
Ningún pueblo soporta una
situación semejante. Este pueblo no puede ser la excepción. Tiene que estallar.
Y estallará al margen de la clase política, meneando la mata.
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jpetitdacosta@hotmail.com
@petitdacosta
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