9.- Fidel Castro y Lula da Silva, fundadores y jefes
de la Internacional Comunista de América Latina (Foro de Sao Paulo), se
dividieron el trabajo. Al primero, ya desacreditado, le correspondió encargarse
de los países con instituciones débiles, a los cuales se les debía tomar con
esta estrategia simple: ganar las elecciones aprovechando que eran democracias
desprevenidas por confiadas, convocar una Constituyente contando con la
claudicación de las instituciones por miedo e instalarse en el poder para siempre
implantando progresivamente la tiranía comunista con disfraz de democracia. De
este modo la Internacional Comunista se ha apoderado de Venezuela, Bolivia y
Ecuador, agregándose Nicaragua, los cuales han formado el ALBA. Esta es una asociación
de tiranías, con disfraz de democracias. Son tiranías por la perpetuación en el
poder de los jerarcas mediante el subterfugio de la reelección indefinida y por
la concentración del poder en el jefe (totalitarismo). Todas son sostenidas por
Venezuela, gobierno títere de Cuba.
Lula da Silva no podía hacer en Brasil lo mismo que
hizo Chávez (convocar Constituyente para barrer la institucionalidad
democrática después de ganar las elecciones) porque en aquel país hay instituciones
sólidas apuntaladas por poderes fácticos poderosos: partidos de masas en la
oposición, empresariado muy rico cuyos negocios no dependen de la renta
petrolera, medios de comunicación críticos, sindicatos independientes y un
ejército profesional. Adaptándose a esta realidad Lula puso en práctica una
política propia de la socialdemocracia, asumiendo el liderazgo de los países
con institucionalidad igualmente sólida. Así la Internacional Comunista tomó el
poder, pero respetando la institucionalidad democrática, en Uruguay (Frente
Amplio), en Argentina (kirchnerismo), Chile (Bachelet) y finalmente Perú
(Humala). Estos países se encuentran en una etapa intermedia de debilitamiento
de las instituciones, esperando el momento oportuno para dar el zarpazo
siguiendo la estrategia aplicada exitosamente en Venezuela y copiada por
Ecuador y Bolivia. Ya se están haciendo los primeros sondeos de opinión
pública, para ver si el pueblo cae en la trampa. En Brasil la señora Rousef
trata de desviar el descontento popular contra su régimen hacia una
Constituyente como salida, la cual terminaría siendo el instrumento para
barrer las instituciones. Casualmente una de estas instituciones, la Corte
Suprema de Justicia, ha desnudado la corrupción del gobierno anterior y de Lula
mismo. Se explica entonces que, con la Constituyente, todos los magistrados
incómodos sean sustituidos por serviles. La propuesta ha sido rechazada por
ahora, porque aún existen los poderes fácticos que han aprendido la lección en
cabeza ajena. En coincidencia sospechosa la señora Bachelet, admiradora
ferviente de Fidel Castro y candidata a la reelección en Chile con el apoyo del
Partido Comunista, ofrece convocar una Constituyente, desde luego con el mismo
objetivo de barrer las instituciones que estorban al proyecto político común de
la Internacional. Al mismo tiempo, la señora Kirchner anuncia una reforma
constitucional para cambiar el sistema judicial que, por su independencia, se
le ha atravesado en su propósito de avasallamiento de la sociedad argentina,
aprovechando la minusvalía política por falta de liderazgo de la oposición.
Simultáneamente las FARC pone como condición para la paz una Constituyente con
la lógica intención de demoler las instituciones de Colombia que aún no haya
penetrado.
Estamos, pues, ante el peligro de una epidemia de
Constituyentes, en una ofensiva de la Internacional Comunista urgida de asaltar
las instituciones democráticas en los países donde todavía subsiste la
separación de poderes y la alternancia en el gobierno. Para facilitar esta epidemia,
sin temor a la aplicación de la Carta Democrática, la Internacional Comunista
cuenta con estos cuatro organismos internacionales que controla: la COMUNIDAD
DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE (CELAC), presidida por el dictador cubano Raúl
Castro; UNASUR, coordinado por el comunista filo-cubano Alí Rodríguez Araque; PETROCARIBE, mediante el cual Vene-Cuba (fusión de Venezuela y Cuba) tiene
amarrados a Centro América y el Caribe; y la OEA, de cuya inhibición y progresiva eliminación se
encarga el socialista chileno José Miguel Insulza (su partido chileno pertenece
al Foro de Sao Paulo). Así, pues, la Internacional Comunista (Foro de
Sao Paulo) tiene el control de América Latina y el Caribe.
Se explica así que no recibamos la solidaridad de
gobiernos de América Latina y el Caribe. Los pocos que no están afiliados a la
Internacional, están acobardados o neutralizados con los subsidios petroleros. Tengamos claro, entonces, que no sólo debemos
liberarnos de Cuba y su gobierno títere, sino enfrentar a la Internacional
Comunista que se nos vendrá encima porque sin la renta petrolera venezolana su
imperio caerá. Pero no le temamos porque el Foro de Sao Paulo es un
“tigre de papel” como lo demostraron la Honduras de Micheletti y el Paraguay de
Franco. Si dos países pobres que no tienen petróleo derrotaron a la
Internacional Comunista, dando una lección de dignidad y valentía, con mayor
razón podremos hacerlo nosotros. Es cuestión de “echarle pichón.”
Continuará.
REFLEXIONES 14
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