PREMISA 3.- La experiencia de la relación entre la URSS y los países títeres de Europa Oriental le enseñó a los comunistas cubanos que, a pesar de la desproporción de fuerzas entre una gran potencia y un pueblo desarmado, puede producirse la rebelión popular. Fue lo que ocurrió en Hungría en 1956, cuando una protesta estudiantil se transformó en la llamada “revolución húngara”, la cual sólo pudo ser derrotada con la invasión de divisiones blindadas del Ejército Rojo (Soviético).
Por este suceso los comunistas cubanos no se confiaron en que el ejército de ocupación de Venezuela montado por ellos (gobierno títere, ejército títere, milicias paramilitares, bandas paramilitares de malandros, cuerpos de seguridad integrado por asesinos y torturadores) sería garantía suficiente para disuadir al pueblo venezolano a no rebelarse y, en caso de producirse una rebelión popular, derrotarla a plomo limpio. Para esta hipótesis, su respuesta no podía ser la invasión militar de Venezuela por Cuba como hizo la URSS en Hungría, ya que provocaría la inmediata intervención militar de Estados Unidos y tal vez de la OTAN completa.
Siguiendo el consejo de Tsun Zu de que la mejor victoria es la que se gana sin pelear, Cuba decidió crear otro círculo de defensa de su ocupación de Venezuela, el destinado a impedir la rebelión popular. Para ello asimiló la experiencia de la ocupación alemana de Francia, estructurando enclaves de colaboracionistas con apariencia de cohabitación. Son los Vichy en territorio nacional. Porque gobierno de Vichy se llama en la historia al colaboracionista de Francia.
Los enclaves Vichy de los colaboracionistas venezolanos fueron primero las gobernaciones y alcaldías de poder ficticio y ahora es la Asamblea Nacional, una ficción de poder legislativo que no legisla ni controla al Ejecutivo. A cambio, de sus enclaves Vichy los colaboracionistas sirven de comparsa electoral para validar el fraude electoral e impedir la rebelión popular de estos modos: 1) No atacando a Cuba como ocupante ni a Maduro como su títere. Ocultarlo desnuda su colaboracionismo. 2) Disuadiendo por miedo. Así en 2013 Capriles, después de haber denunciado el fraude electoral, se abstuvo de llamar a la rebelión, como sí lo hicieron los bolivianos recientemente, justificándolo porque “puede haber sangre y muertos.” Una excusa para infundir miedo que los colaboracionistas repiten constantemente. 3) Traicionando. Así en 2017 cuando los jóvenes se lanzaron a las calles, dando inicio a lo que iba camino de transformarse en rebelión popular, los políticos de la MUD montaron un teatro de diálogo con los títeres de Cuba y luego llamaron a elecciones regionales para recibir a cambio el mendrugo de 4 vichy (gobernaciones). 3) Desmoralizando. Así, cuando en 2019 se presentó la oportunidad de insurgir con Guaidó a la cabeza, éste se sumó a los colaboracionistas de la MUD en una política de apaciguamiento que ha desmoralizado a la gente.
CONCLUSIÓN 3.- Para salir de Cuba y su títere Maduro, del único modo en que pueden salir que es la rebelión, hay que romper con la MUD por colaboracionista y constituir un FRENTE PATRIÓTICO PARA LA LIBERACIÓN DE VENEZUELA.
petitdacosta@gmail.com 19-01-20
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