En la política venezolana no se
acostumba la autocrítica. Esto explica que ninguno de los partidos dominantes
durante la República Civil (1958-1998) se la haya hecho, a los fines de que la
nueva democracia, que surgirá después de esta narcotiranía comunista, no caiga
en los mismos errores.
La pregunta clave a responder es:
¿por qué en Europa la democracia venció al comunismo, derrumbándose el imperio
soviético en 1989-1990, mientras en Venezuela la democracia fue derrotada por
el comunismo, apenas ocho años después (1998), cuando era un cadáver político?
¿Cómo se explica que el bipartidismo democracia cristiana-socialdemocracia sea
exitoso en Europa y mantenga su
vigencia, transcurridos 72 años desde la terminación de la guerra mundial que
destruyó la economía, mientras que en Venezuela desapareció a los 40 años,
totalmente desprestigiado?
En vista del silencio de los
políticos, he tratado de responderme esta pregunta. En mi opinión, la
explicación está en la diferencia entre el bipartidismo venezolano y el europeo
y, a consecuencia de ello, la diferencia en los sistemas político, económico y
social.
Comencemos por la política
social. El bipartidismo europeo construyó el Estado Social de Derecho, le dio
contenido con el Estado de Bienestar, el cual tiene su columna vertebral en la
Seguridad Social, que es universal (porque abarca a todas clases sociales sin
excepción) e integral (porque cubre todos los riegos de la vida, desde el
nacimiento hasta la muerte). Al hacerlo así, creó en cada persona la conciencia
de ciudadano y el derecho a reclamar como contribuyente. El bipartidismo
europeo no es populista ni clientelista.
En cambio, el bipartidismo
venezolano no construyó el Estado Social, ni le dio contenido el Estado de
Bienestar. Y en 40 años no cumplió con el deber que se impuso en el Art. 94 de
la Constitución: “En forma progresiva se desarrollará un sistema de seguridad
social tendiente a proteger a todos los habitantes de la República contra los
infortunios del trabajo, enfermedad, invalidez, vejez, muerte, desempleo y
cualesquiera otros riesgos que puedan ser objeto de previsión social, así como
contra las cargas derivadas de la vida familiar.”
Para 1998 este sistema de
seguridad social, universal e integral, debió estar funcionando como en Europa,
a satisfacción de los asegurados. Pero no fue así. El bipartidismo se quedó
anclado en el populismo clientelista que el mismo precepto constitucional
preveía como transitorio: “Quienes carezcan de medios económicos y no estén en
condiciones de procurárselos tendrán derecho a la asistencia social mientras
sean incorporados al sistema de seguridad social”. El populismo clientelista
tomó la forma de “programas sociales”, antecedentes de las “misiones” de la
etapa comunista.
Aprendamos la lección.
Restablecida la democracia, establezcamos la mejor defensa social frente al
comunismo y a todos los extremismos instituyendo el Estado de Bienestar con
fundamento en la Seguridad Social universal e integral, con el cual impediremos
que se repita la crisis humanitaria que sufre el pueblo venezolano.
Si hubiera habido Estado de
Bienestar no habría comunismo ni crisis humanitaria.
CONSTITUCIÓN SOCIAL IV 26-09-17
Esto es cierto, no existe duda alguna acerca de lo acá expuesto. Ojalá sigan esta experiencia y se acabe con el error cometido, al no seguir el ejemplo europeo.
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