La primera tarea a cumplir para lograr el cambio de
gobierno y de sistema político-económico es AGITAR centrando el debate en el
sufrimiento de los venezolanos, sobre todo los pobres, padeciendo una pavorosa crisis humanitaria por
culpa de Cuba y el gobierno títere presidido por el lacayo Maduro, que han
llevado al país a la hecatombe económico-social. Esto debería ser el tema
nuestro todos los días y a cada hora por todos los medios de que dispongamos. Y adonde quiera que vayamos y con todos los
que conversemos. Olvídese de las elecciones regionales. No pierda el tiempo en
la discusión sobre votar o no. Evítela, porque esas elecciones han sido
concebidas como distracción sirviendo los partidos colaboracionistas como dique
de contención para evitar que la situación desesperada que vive la gente
estalle en rebelión popular.
He aquí la situación actual tal como la describe Alex
Vallenilla en su columna de hoy: “SE AVIZORA PARALIZACIÓN GENERAL POR COLAPSO
ECONÓMICO.” Agregando: “actualmente la falla es total, gas doméstico, gasolina,
dinero efectivo, inflación, transporte público y de carga, todo se desploma.” Y
al final resume todo en esta conclusión: “Lo anterior configura un colapso generalizado,
un preámbulo de la paralización total del país, un paro técnico, obligado por
las circunstancias en todos los sectores, incluyendo el bancario.”
Lo más dramático: “Los venezolanos ya han pasado el
límite de la miseria y la pobreza. El economista Steve Hanke prepara un
indicador de miseria para Venezuela, y ha señalado que este país vive un
desastre quizás jamás visto, sobre todo en una nación con la enorme cantidad de
riqueza petrolera……La inflación prevista en 800% para 2017, hace imposible que
las personas puedan comprar alimentos y medicamentos.. La situación se vuelve
ahora mucho más complicada, cuando la población
ya no tiene acceso al dinero efectivo, por la falla de bolívar. El
dinero efectivo no fluye porque la inflación es tan veloz que el que circula no
es suficiente para cubrir operaciones de pago. Pero eso no es todo, hay
poblaciones que tampoco disponen de conexión a internet y servicios de pago con
punto de venta.”
Añade: “Tampoco hay gas doméstico. La cocina a leña se
generaliza (en provincia). A ello se suma que no hay gasolina suficiente. El
racionamiento se ha generalizado en el occidente….Las estaciones de servicio
están tomadas por militares..El transporte público está paralizado en 70%.”
En cualquier otro país esta situación habría provocado
ya la rebelión popular. Aquí no. El motivo ya lo sabemos: no hay oposición. Su
espacio está ocupado por los colaboracionistas de la MUD, que sirven de muro
contención de la rebelión popular convertidos en comparsa electoral cada vez
que el gobierno títere, con el fin de desactivarla, convoca a elecciones, que
son distracciones porque entretienen a la gente sin resolver nada. Entonces obviemos a los colaboracionistas. Ocupémonos
exclusivamente de hacer que vuelva a subir la marea que se manifestó en la
calle durante cuatro meses. Hacer que el descontento se convierta en rebeldía.
Demos el primer paso agitando. Basta con que cada uno
de nosotros se transforme en agitador de su entorno: familia, vecinos, amigos,
organizándolos en grupos de 5x5 que sirvan de agentes multiplicadores. Así creamos
entre todos el clima socio-político adecuado para provocar el cambio radical y
profundo que deseamos.
TRANSICIÓN 7 10-09-17
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