El Tirano, único líder de la tiranía comunista, está
escondido en Cuba, ocultando su enfermedad. Y, por otra parte, la oposición fue
decapitada en la elección pasada. El país clama por un liderazgo que provoque
un sacudón.
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Durante la campaña electoral advertí que la oposición no
tenía por delante un camino sino dos: el camino nica y el camino peruano.
Expliqué que el “camino nica” es el seguido en Nicaragua: una tiranía
comunista, sostenida por Venezuela, que concentra todos los poderes, entre
ellos el electoral, pasando por encima de la Constitución, incluso con una
candidatura inconstitucional como la de Ortega, lo cual le permite ganar las
elecciones valiéndose del ventajismo y del fraude, que son convalidados por una
oposición que le sirve de comparsa, a cambio de unos cuantos diputados y unos
cuantos alcaldes. Expliqué que el
“camino peruano” fue el seguido en Perú para ponerle fin a la tiranía de
Fujimori. Parte de la premisa: en una tiranía no hay salida electoral por el
ventajismo y el fraude. Aplicaron en consecuencia una estrategia en tres
etapas: agitación (la campaña electoral es para agitar y preparar al pueblo
para la toma del poder con el derrocamiento de la tiranía), deslegitimación
(desconocimiento del resultado fraudulento) y desestabilización (movilización
popular de resistencia en la calle que culmina en la rebelión popular). Señalé
que el “camino nica” fue el seguido por la oposición venezolana en 2006, con el resultado de la consolidación de
la tiranía y el avance del comunismo sin obstáculo. Por este antecedente no
había otra alternativa en 2012 que el “camino peruano.” Desgraciadamente la
oposición oficial o electorera volvió a tomar el camino equivocado, el nica,
defraudando a todos.
A consecuencia de este error inexcusable e imperdonable el
país vive actualmente un vacío de liderazgo absoluto. El único líder conocido,
El Tirano, está ausente y puede terminar en ausencia definitiva, pero al mismo
tiempo la oposición está sin cabeza. No hay un líder que oriente, dirija y
guíe. No existe nadie que provoque un sacudón. Y no lo hay porque el “camino
nica” conduce a una oposición castrada sometida al dominio de la tiranía,
entretenida como niños en piñata peleándose los caramelitos de las gobernaciones
y diputaciones regionales, mientras no hay gobierno.
¿Qué estaría sucediendo si se hubiese seguido el “camino
peruano”?. Tendríamos una crisis política terminal, próxima al derrumbe de la
tiranía. La habría preparado una campaña de agitación contra el comunismo, el
dominio de Cuba, la tiranía y la oligarquía saqueadora de la República. La
hubiese exacerbado la desobediencia civil derivada de la deslegitimación de la
presidencial al no ser reconocido el resultado fraudulento. Estaría llegando a
su clímax con una desestabilización creciente porque, al debilitamiento de la
autoridad política de El Tirano por la
desobediencia civil y la resistencia activa, se habría añadido su
debilitamiento físico por la enfermedad, que lo ausenta del poder. Recordemos
que el “camino peruano” alcanzó la meta con la renuncia de Fujimori estando
ausente del país (estaba en Japón). Compárenlo con la ausencia de El Tirano
oculto en La Habana. Y digo oculto, porque efectivamente está escondido, ya que
no está a la vista de los venezolanos.
El país está sin cabeza. El Tirano, líder único de la
tiranía comunista, está escondido en Cuba. Y enfrente no hay nadie visible. Es
la nada absoluta. ¿Qué hacer en estas circunstancias? Tener claro que los “electoreros” perdieron su última
oportunidad en la elección presidencial. Se les acabó su tiempo. El liderazgo
debe ser asumido por la oposición de verdad, la radical y antisistema, la cual
debe abrirse paso sin temor de sus cabecillas a ser acusados de divisionistas.
Se hace necesaria otra unidad. La unidad de los que coinciden en abandonar el
camino probadamente equivocado y, en su lugar, tomar la vía correcta, la única
que ha tenido éxito. La que tuvo éxito el 11-Abril-2002 con la rebelión popular
a la cual se unieron los militares provocando la renuncia de El Tirano. Esa fue
una gran victoria, la solitaria victoria hasta ahora, una gesta del pueblo al
estilo del 23-Enero-1958, que se le debe a la oposición de calle. No
electorera, ni mediática, sino de calle, porque sólo el pueblo en la calle
produce los cambios históricos al sumársele los militares.
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