Compatriotas: El vacío de poder y de liderazgo en que está
sumido el país ha precipitado la disolución moral del régimen, con el peligro
de provocar una septicemia mortal. Urge una decisión.
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Hemos entrado en la fase de la disolución moral del régimen.
Narcotráfico, corrupción, malandraje desbordado, bandas paramilitares,
guerrillas urbanas y rurales, ajustes de cuentas, sicariatos. Son las siete
plagas, todas juntas, cayéndole encima a una nación inerme, que presencia con
asombro la criminalidad desbocada.
Hemos entrado en la fase de disolución moral por el vacío de
poder y de liderazgo. No hay quien ponga orden y restablezca la ley. ¿A qué se
debe el vacío de poder? Se debe al fraude constitucional cometido, con
reiteración, en el caso de la enfermedad de El Tirano. ¿A qué se debe el vacío
de liderazgo? Se debe a que no hay un líder sustituto en el régimen, ni
siquiera una dirección colectiva (como el PolitBuró de la URSS) que tome una decisión.
Y, por desgracia, la oposición se ha prestado al fraude constitucional,
creyendo que esta situación de emergencia puede prolongarse sin definición
hasta el 7 de octubre, fecha fijada para el parto. Pero sucede que el parto se
ha adelantado. El país está urgido de un partero para practicar la cesárea.
¿Cuál cesárea? La de ponerle fin al fraude constitucional.
El fraude constitucional ha consistido en la desviación del
espíritu, propósito y razón de las normas que regulan las ausencias del
Presidente de la República,
sólo para evitar sus consecuencias. Así como existe el fraude a la ley, existe
también el fraude a la
Constitución, que comete la clase política cuando defrauda
encubriendo los hechos para impedir sus efectos.
La
Constitución le impone al Presidente de la República el deber de
permanencia, que consiste en la obligación de ejercer sus funciones
personalmente durante el período para el cual fue electo. Es un cargo a
dedicación exclusiva e indelegable. Esta permanencia en el cargo está sometida
a una condición: la territorialidad. Por ello no goza del derecho, que tenemos
los ciudadanos, de ausentarse libremente del territorio nacional.
El ejercicio de la presidencia es territorial. Sólo se la
puede ejercer dentro del territorio nacional. Ello resulta evidente porque el
presidente debe tomar sus decisiones con todos los ministros (consejo de
ministros) o con el refrendo del vicepresidente y de uno de sus ministros,
según sea el caso. Esta condición de validez ratifica la territorialidad del
ejercicio de la presidencia. Por este motivo todo viaje al extranjero del
presidente se considera ausencia. Es absoluta si no tiene justificación, ya que
entonces se la tiene por abandono del cargo. Es temporal si ha recibido la
autorización de la Asamblea,
a menos que no exceda de cinco días. Cuando la falta temporal pasa de 90 días
consecutivos, se convierte en absoluta, salvo que haya sido prorrogada por otro
lapso igual.
Expuesto lo anterior veamos el doble fraude constitucional.
Primer fraude constitucional: El Tirano ha solicitado varias veces consecutivas
autorización para salir del país alegando tratamiento de una enfermedad, pero
ha ocultado el dictamen médico. El fraude consiste en ocultar que su enfermedad
lo inhabilita para el ejercicio del cargo, impidiendo así la consecuencia
jurídica: declaración de falta absoluta. Segundo fraude constitucional: Para
evitar la declaración de falta absoluta, El Tirano ha venido fraccionando sus
ausencias temporales. Fraccionar ausencias por el mismo motivo constituye
evidentemente un fraude. La intención fraudulenta se confirma con sus visitas
al país por dos días cada semana con el fin de simular interrupción del lapso.
Con el fraude constitucional se ha encubierto, ocultando el
dictamen médico, la incapacidad de El Tirano para seguir ejerciendo el cargo,
lo que al mismo tiempo lo haría inelegible para el período siguiente y, con la
trácala del fraccionamiento de los permisos, se ha impedido la consecuencia
jurídica de la falta absoluta, lo que significaría pérdida inmediata del cargo.
Lo repito: el parto se ha adelantado por la disolución moral
del régimen a causa del vacío de poder y de liderazgo. Urge un partero que
practique la cesárea poniéndole fin al fraude constitucional, que ha dado origen
al vacío de poder. De lo contrario, el muchacho se les morirá en la barriga.
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