Otra vez la misma trampa de hace diez años

Compatriotas: Con el Consejo de Estado está designada la comisión negociadora del régimen, en espera de que la oposición caiga en la misma trampa de hace diez años cuando se constituyó la Mesa de Negociación y Acuerdos que sólo sirvió para salvar a la tiranía comunista. Al que se preste a la trampa esta vez, le cae la maldición eterna.

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Para entender lo que está pasando, figurémonos que vamos en un barco llamado Venezuela, que era de nuestra propiedad. En el 98 contratamos un capitán que nos prometió llevarnos a un crucero maravilloso. Ya en el mando el capitán nos traicionó pasándose a la piratería y poniéndose al servicio de la monarquía comunista cubana, que se hizo dueña del barco.

Ayudado por la tripulación pirata que reclutó atraída por el botín, el capitán, ahora conocido como El Tirano, nos mantiene secuestrados desde entonces bajo la vigilancia de unos verdugos que se hacen llamar jueces.  No permite la inspección de las autoridades encargadas de velar por los derechos humanos. Se rehúsa. Y apoya su negativa con el respaldo de la flota de piratas del Foro de Sao Paulo (Internacional Comunista de América Latina).

Así como los piratas del Caribe, al servicio de la monarquía inglesa, justificaban sus crímenes diciendo que hacían la “guerra asimétrica” contra el imperio español, los piratas al servicio de la monarquía comunista cubana justifican sus crímenes diciendo que hacen la “guerra asimétrica” contra el imperio estadounidense. Con esta excusa saquean groseramente el país apropiándose de la renta petrolera y la propiedad privada, organizan bandas paramilitares, arman a todo el malandraje y le dan licencia para matar, secuestrar y robar impunemente, pactan con las guerrillas extranjeras y se reservan el fabuloso negocio del narcotráfico, que trasbordan en alta mar. El narcotráfico, según ellos, es el arma letal para derrotar a Estados Unidos, dañando a su juventud con la adicción.

Consciente el supuesto “imperio” de los propósitos malvados de los piratas, les ha ido montando el expediente que le sirva de fundamento a su legítima defensa, que ya sabemos cómo es por Osama Bin Laden, de cuyos restos ni siquiera se tiene noticia. Cazó así el imperio a uno de los acarreadores de drogas, de nombre Makled, para que su testimonio confirmase las pruebas acumuladas. Pero los colombianos lo vendieron a los piratas por plata. Estaban ellos celebrando este triunfo, cuando sucedió lo peor que podía esperarse: el capitán enfermó de muerte. Entonces le vino el miedo por las consecuencias del vacío de poder. Estaban pensando en eso los dueños del barco, que son los Castro de Cuba,  cuando se entregó al imperio uno de los verdugos mayores, de apellido Aponte, quien para hacerse perdonar colaborando con la justicia internacional declaró: el jefe del narcotráfico es el capitán del barco. Y como el capitán está a las órdenes de los reyes Castro, sáquense las conclusiones.

La monarquía comunista cubana vio el peligro del abordaje del barco por la justicia internacional. Entonces el Castro mayor gritó para que lo oyeran: si abordan el barco, correrán ríos de sangre. Era sólo una roncada para meter miedo a los secuestrados. Dicho esto le encomendaron al capitán: Repita la maniobra de 2002, cuando ya el gobierno estaba caído. ¿Recuerda que entonces invitamos al diálogo? Haga memoria: se constituyó la Mesa de Negociación y Acuerdos, aceptada por la Coordinadora Democrática que así cayó en la trampa. En lugar de continuar con el pueblo en la calle para acabar con el gobierno, esos pendejos le ordenaron irse a sus casas a esperar el acuerdo. ¿Y cuál fue el acuerdo? Hacer las planas para el revocatorio. Cuando se celebró, ya estaban fritos.

Los Castro, que son satánicos, agregaron: Aproveche el pedido ingenuo de reconciliación.  ¿Cómo? Nombre el Consejo de Estado. Sáquese esa carta debajo de la manga. Y para estar más seguros de que caigan en la trampa ponga a los mismos negociadores que ya están aprendidos en las mañas. Recuerde que están vivos José Vicente, Cháderton y Maduro, los mismitos que estuvieron en la Mesa de 2002 donde se metieron en el bolsillo a los que creyeron en esas bobadas. Y si los opositores se ponen remolones llamemos otra vez a Carter, que le encanta una comparsa, e invitemos a Insulza, porque ya Gaviria no está, y constituyamos de nuevo el Grupo de Amigos de Venezuela, todos del Foro de Sao Paulo (Internacional Comunista de América Latina).

¿Ven ustedes, apreciados lectores, cómo está armada la misma trampa de hace diez años, para que todo siga igual y aquí no ha pasado nada? Pero esta vez al que se preste, le caerá la maldición eterna. Y ya verán cómo.

SALUDOS: Bienvenidos a la oposición los diputados que votaron contra la enésima autorización para viajar a Cuba.