Respecto a las protestas que se
van produciendo todos los días, repito lo que dije antes: Por desgracia, ningún
partido o movimiento político de oposición se organizó para provocar y dirigir
la rebelión popular. Llegado este momento todos están en actitud pasiva porque
ningún partido o movimiento de oposición siquiera agita al pueblo. En
consecuencia, no cabe esperar que haya rebelión popular. Tal vez un estallido
social que sería anárquico, sin dirección política. Se evidencia en las
protestas por escasez de gasolina, gas, agua, electricidad y alimentos. Son
reacciones locales. No se ven líderes que encaucen las protestas hacia la insurrección.
Cuando lo dije tuve la ilusión de
que un partido o movimiento político se diese cuenta de que la vía de la rebelión
popular estaba abierta para el interesado en dirigir la transición. El líder de
la rebelión popular sería el líder de la transición, por encima de todos los
demás, porque arrastraría el apoyo de los mandos medios militares que, como se
observa, están como los civiles que protestan: sin liderazgo para la rebelión.
No ha cuajado la rebelión popular por falta de un liderazgo que la organice y
dirija con este fin, apartándose definitivamente de la vía electoral y
pacifista. No ha cuajado la rebelión militar por lo mismo: falta de liderazgo,
y además por la inexistencia de aquélla, la cual ejercería influencia
determinante en los militares que no pertenecen al Cartel de los Soles.
Pero sigo creyendo en que,
corriendo el plazo para una intervención militar extranjera que eliminaría la
FANB, hay mayor probabilidad de una
rebelión militar cuyo éxito está garantizado porque en una situación como la
que vivimos basta una acción de fuerza contra la narcotiranía, cualquiera pero
que sea contundente, para el estallido popular en su apoyo, arrasando con todo
lo que se le oponga. Sería como rasgar un fósforo en un mar de gasolina. De la
narcotiranía no quedaría mono con gorra.
Jesús Antonio Petit Da Costa
ENCARGADURÍA 20 24-04-20
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