La “cúpula podrida” del gobierno
títere de Cuba en Venezuela, representativa del castro-comunismo chavista, está
siendo reclamada por la justicia de los Estados Unidos para ser enjuiciados sus
miembros por narco-terrorismo, delito encubierto políticamente por ellos con el
pretexto de arma de guerra asimétrica contra aquel país.
Con este reclamo judicial tenemos
resuelto previamente un problema que se nos hubiésemos presentado durante la
transición: qué hacer con esta “cúpula podrida”? Ya sabemos qué hacer:
montarlos a todos sus miembros en un avión con rumbo a Estados Unidos y
entregarlos a sus tribunales. Resuelto el problema.
Quedaría pendiente algo que nos
compete e interesa: recuperar lo robado por ellos, por sus socios y por sus
colaboradores a Venezuela. Es una tarea que debemos iniciar de inmediato.
¿Cómo? Declarando abierta, para venezolanos y extranjeros, la temporada de caza
de corruptos castro-comunistas chavistas. Darle prioridad a la caza de las
piezas mayores, que son los miembros de la “cúpula podrida” ya identificados,
sin que ello obste la caza simultánea de todos los enriquecidos ilícitamente
durante la narco-tiranía desde 1999.
Ya en 1996 con motivo de los
delitos financieros que provocaron la crisis de los 90, propuse con el título
de AGENDA DE LA JUSTICIA POPULAR CONTRA LA CORRUPCIÓN las medidas a tomar
entonces y aplicables ahora. Las resumo:
1.- Ofrecer una recompensa a los
venezolanos y extranjeros que suministren información que permita localizar y
recuperar bienes pertenecientes a los corruptos y sus testaferros, tanto en
Venezuela como en el extranjero. La recompensa sería no menor del 25%. En el
caso de la “cúpula podrida” podría elevarse a 33% (un tercio de su riqueza
malhabida).
2.- Ofrecer además el
sobreseimiento de la causa a los de menor jerarquía que colaboren efectivamente
con la justicia en la obtención de las pruebas que sirvan para incriminar a los
capos o superiores jerárquicos suyos y para recuperar lo robado por ellos.
Estas dos medidas sencillas
explican el éxito de la justicia de Estados Unidos en el combate contra los
delitos financieros, terrorismo y narcotráfico; de Colombia en el combate
contra el narcotráfico; y de Italia en el combate contra la corrupción política
(Operación Manos Limpias).
He aprendido que los corruptos no
temen a la cárcel porque tienen con qué comprar jueces y fiscales. Le temen a
la confiscación de sus bienes. Hay que atacarlos por el bolsillo.
Propongo entonces:
1.- Que, abierta como ha sido por
Estados Unidos la temporada de caza de la “cúpula podrida” del gobierno títere
de Cuba en Venezuela, Guaidó declare abierta también la temporada de caza de
todos los corruptos.
2.- Que a los candidatos a
participar en la caza de todos los corruptos los exhorte a ir acumulando y
completando la información sobre la pieza escogida para presentarla apenas se
instale el gobierno de transición, en la forma y ante la autoridad que se le
indique, a los fines de garantizarle la recompensa.
Jesús Antonio Petit Da Costa
ENCARGADURÍA 16 06-04-20
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