La transición López Contreras (1936-1941) adoleció de
un error fatal que no debe repetirse en la futura. Fue la transición de una
tiranía a una oligarquía, no a la democracia. La oligarquía era la misma que
había gobernado con el tirano. Estaba
formada por los militares andinos. Establecida la alternancia en el poder con
la no-reelección inmediata, debía entenderse que era la alternancia de los
miembros de la oligarquía: los militares andinos. Porque la presidencia de la
República estaba reservada a ellos. Únicamente los militares andinos podían ser
presidentes. Así al general andino López Contreras, sucesor del general andino
Gómez que su vez había sucedido al general andino Cipriano Castro, lo sucedió
el general andino Isaías Medina Angarita (1941-1945). Era una discriminación
inaceptable contra los civiles y contra los nacidos en otras regiones del país,
que no se ha repetido posteriormente ni debe repetirse. Además contradecía el
gesto de López Contreras de colgar el uniforme militar para vestir de civil,
reconociendo así que la presidencia de la República es el cargo civil por
antonomasia.
Contra esta oligarquía estalló la rebelión
cívico-militar de 1945. Militares y civiles coincidieron en desalojar del poder
a la oligarquía para modernizar al país. Habiendo compartido la rebelión,
debieron compartir el gobierno de transición que ellos llamaron provisional. Al
efecto, constituyeron un órgano colegiado de 7 miembros y le pusieron el nombre
de Junta Revolucionaria de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela. Pudieron
hacerlo porque tratándose de un Golpe de Estado podían derogar el ordenamiento
jurídico vigente para la fecha mediante sus propios decretos (Art. 1 del
Decreto N° 1).
Como la transición que viene será la consecuencia del CONTRAGOLPE
CONSTITUCIONAL ordenado por el Art. 333 de la Constitución, teniendo por fin
restablecer su vigencia efectiva, deberá respetar el carácter unipersonal de la
presidencia de la República, pero podrá actuar el gobierno de transición como
colegiado: 1) reduciendo el número de ministros (super-ministros integrantes de
un Consejo de Ministros que actúe como junta de transición); o, 2) haciendo uso
de la figura de los Vice-Presidentes (que serían jefes de gabinete), además del
Vicepresidente Ejecutivo, que se ha inventado el gobierno títere, siguiendo el
modelo soviético imitado por el cubano.
Sin duda la transición exige un Ejecutivo colegiado por
ser la forma apropiada de gobierno provisional. Ninguno de los miembros del
gobierno de transición tendrá por sí mismo un liderazgo tan sólido que pueda
sostener una presidencia unipersonal. Por tanto, debe idearse una forma de
colegiatura adaptada a la Constitución.
Seguiré con los aciertos y errores de la transición
1945-1948.
GOBIERNO DE TRANSICIÓN 2
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