martes, 17 de enero de 2017

Acabemos con este relajo y pongamos orden


Estamos, constitucional y políticamente, en una situación inédita en la historia de Venezuela que demanda solución inmediata.  La caracterizan:
1.- Vacío total de poder.  
Comenzó por el desconocimiento de la autoridad de la AN por el TSJ. El pretexto: el supuesto desacato a la medida cautelar que suspende la investidura de los diputados por el Estado Amazonas después de haber sido proclamados (un error jurídico inexcusable de la más alta magistratura). Con este pretexto el TSJ ha inhabilitado al principal poder público, el primero en la Constitución por ser el representativo de la soberanía popular y como tal elector del TSJ. Y algo más grave: lo ha sustituido de hecho asumiendo inconstitucionalmente sus atribuciones. Un caso de travestismo institucional. Así, pues, no existe de hecho la AN, lo que significa que existe un vacío de Poder Legislativo desde hace más de un año.
La respuesta de la AN ha sido: primero, revocar el nombramiento de los magistrados del TSJ que fueron inconstitucionalmente electos en diciembre de 2015 después de haber perdido las elecciones el partido de gobierno entonces mayoría, lo que fue desacatado por el TSJ. Ninguno de los revocados se ha  desincorporado del cargo, ni siquiera provisionalmente. Ninguno de ellos se ha abstenido de decidir en las causas en que ha sido parte la AN, como están obligados por ley y por ética. Aún más: ellos fueron jueces de sí mismos sentenciando a su favor al declarar nula la decisión de la AN que revocó su nombramiento. No bastándole, se han dedicado sistemáticamente a declarar nulos todos los actos de la AN, llegando al absurdo de anular anticipadamente los actos futuros. Segundo: la AN acordó desconocer la autoridad del TSJ desacatando todas sus sentencias por inconstitucionales y por estar ilegalmente constituido. Así, pues, no existe de hecho el TSJ, concretamente su Sala Constitucional, lo que significa un vacío de Poder Judicial desde hace un año.  
El 9 del presente mes de enero la AN, ejerciendo una atribución privativa suya prevista en el Art. 233 de la Constitución, declaró la falta absoluta del Presidente de la República por abandono del cargo. A partir de este momento, quedó constitucionalmente vacante o acéfala la Presidencia de la República, debiendo asumir el cargo de inmediato el Vicepresidente Ejecutivo hasta tanto se celebre, dentro de los 30 días siguientes, la elección del sustituto que complete el período constitucional que terminará el 10 de enero de 2019. No habiéndolo hecho existe constitucionalmente un vacío de Poder Ejecutivo desde el 9 de enero.
Tenemos, pues, un vacío total de poder. No existe Poder Legislativo, ni Poder Judicial, ni Poder Ejecutivo. Todos se han deslegitimado. Todos se desconocen entre sí. Ninguno acata al otro.
2.- Caos institucional.
Como consecuencia del vacío total de poder estamos en un caos institucional. Un verdadero relajo, agravado por el travestismo institucional llevado al extremo de que el TSJ, además de haber usurpado la función de Poder Legislativo, actúa como poder constituyente sin serlo tampoco, haciendo con sus sentencias una Constitución espuria confeccionada a la medida del Ejecutivo.
Así Maduro, en desacato de la decisión de la AN que declaró su falta absoluta, usurpa la Presidencia de la República que constitucionalmente está vacante o acéfala, y el TSJ, que está a su vez en desacato por negarse a desincorporar a los magistrados cuyo nombramiento fue anulado previamente por la AN debido a su inconstitucionalidad, usurpa la función del Poder Legislativo con el pretexto de que la AN también está en desacato por no haber dado cumplimiento a sus sentencias. 
Este relajo parece una rochela (desacato más desacato, el des-desacatare primero buen des-desacatador será) a la cual debemos poner fin con la mayor urgencia, restableciendo el orden constitucional como nos los ordenan los Arts. 333 y 350 de la Constitución a todos los ciudadanos (civiles y militares). Acabemos con este relajo y pongamos orden.


REFLEXIONES 113                          17-01-17




1 comentario:

  1. Atinada la reflexion del dr. Dacosta. Es hora de dejar la poltrona,o en mi caso, el "ture" y sumarnos a los muchachos; porque los chulos militares, tambien iran...a matar gente

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