domingo, 20 de marzo de 2016

Señores diputados: restitúyannos nuestra honra y la suya propia


La ida de Maduro a La Habana para ser informado por sus jefes, los Castro, de lo que ellos han acordado con Obama sobre Venezuela, su persona y su gobierno títere, ha servido para que los señores diputados, los 112 de oposición, vean que, a pesar de su elección y debido a que no han hecho nada para cambiar la situación, seguimos siendo Cubazuela, porque Venezuela dejó de existir antes del 6D, y que mientras sea así ellos forman el Parlamento de Cubazuela, no de Venezuela. Son diputados cubazuelanos. Es la verdad, amarga y dura, que los deshonra.
Para remachárselo en el cerebro retomemos la lectura del libro de Emili Blasco, de título BUMERÁN CHÁVEZ, que debería tener cada uno en su curul para repasarlo en cada sesión. Citemos: “Quizás lo más extraordinario de la Venezuela chavista haya sido precisamente la sumisión voluntaria a otro país, que además es más pequeño y pobre y está nada menos que a 1.400 kilómetros de distancia….Si por algo debiera figurar el chavismo en los libros es por esa singular subrogación.” Recordemos que el chavismo sigue en el poder, por lo cual continúa la subrogación, que se define jurídicamente como la delegación o sustitución de las obligaciones en otra persona.  Lo subrogado en este caso es el ejercicio de la soberanía mediante gobierno propio, transferida a Cuba, que la ejerce por medio de un gobierno títere. Por ello usar la palabra subrogación es una delicadeza del autor, porque se trata en verdad de traición a la patria en una dimensión tan grande y bochornosa que nos debería avergonzar a todos los venezolanos, incluyendo a los comunistas.
Chávez subrogó en los Castro y Maduro ha continuado tranquilamente la subrogación porque se lo hemos permitido. Ninguno de los dos lo ha ocultado. Descaradamente iba Chávez y va Maduro a La Habana a recibir instrucciones. Un cubano del exilio, Carlos Alberto Montaner, ha calificado esta relación vergonzosa como un “vasallaje contra natura”, preguntándose: “¿Cómo una pequeña, improductiva y empobrecida isla caribeña, anclada en un herrumbroso pasado soviético borrado de la historia, puede controlar a una nación mucho más grande, moderna, rica, poblada y educada, sin que haya existido una previa guerra de conquista?” Agregando: “primer caso en la historia en que un país subsidia a otro y es dominado por este último.”
He aquí el punto clave: los venezolanos estamos dando ante el mundo la imagen de unos mariconeados que nos sometemos gustoso a un macho, puesto que no hacemos el menor gesto de rebeldía. Y ese macho es Cuba en la persona de los Castro. ¿No nos gusta que nos digan que estamos mariconeados? Pues esa es la imagen que damos, reforzada después de la elección parlamentaria.
Corresponde a la AN dar el primer paso para borrar esta imagen que nos deshonra. Debió darlo al rechazar el decreto de emergencia económica usando como argumento la frase de The Economist: “El régimen comunista cubano ha logrado finalmente su objetivo de invadir la Venezuela rica en petróleo, sin disparar un tiro.” Puede darlo ahora exigiendo la renuncia de Maduro, a su regreso de La Habana, por ser títere de Cuba y, si se niega, declararlo en situación de abandono del cargo por haberlo subrogado en los Castro. Así la AN nos restituiría la dignidad y la honra a los venezolanos, incluyendo a los propios diputados, incluso antes de recuperar efectivamente la soberanía con la posterior elección de un gobierno libre de ataduras con Cuba.

NARCOTIRANÍA 8                                20-03-16

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