En su desesperación al ver el descontento de los electores de
oposición con su actitud ante el fraude en la elección presidencial, que los
hace temer una abstención masiva en las municipales, la MUD y Capriles han
calificado a éstas como un plebiscito. Craso error. ¿Porqué?
Primero, al convocar a votar en las municipales con el mismo CNE y
el mismo sistema electoral están negando los fundamentos de la denuncia de
fraude en la elección presidencial que van a presentar ante los organismos
internacionales. A cualquier abogado del régimen le bastará este hecho para
desvirtuarla. Entonces quedarán en ridículo.
Segundo, al convertir las municipales en un plebiscito están
aceptando de antemano la posibilidad de ganarlas y, en tal supuesto, aceptando
que el CNE y el sistema electoral son confiables, a pesar de un registro
electoral fraudulento y del ocultamiento de los cuadernos de votación. En
consecuencia, ellos mismos desvirtúan su denuncia de fraude en la presidencial.
Tercero, en el supuesto negado por imposible que ganen la mayoría
de alcaldías y concejalías su victoria no tendría la consecuencia jurídica de
la destitución de Maduro, propia de un plebiscito, ya que las municipales sólo
afectan a los alcaldes y concejales que se presentarán a la reelección.
Y, por último, en el supuesto más probable (por el ventajismo y el
fraude) de que los candidatos del gobierno ganen más de la mitad de las
alcaldías, tal vez el 75%, se le habrá regalado a Maduro graciosamente la
legitimidad de que carece actualmente.
En resumen, convertir las municipales en plebiscito es hacer que el
electorado de oposición participe engañosamente en el acto de legitimación de
Maduro. Se trata de una trampa caza-bobos. El que caiga, no podrá negarle a
Maduro la legitimidad que le habrá regalado. Recuerden el refrán que dice:
“después de ojos afuera, no vale Santa Lucía (la santa que protege la vista).”
¿Qué debemos hacer? Algo muy sencillo. Si para Capriles y la MUD
las municipales son un plebiscito, deberían tener esta consecuencia para ellos:
SI LO PIERDEN, COMO ES CASI SEGURO,
SE VAN A SU CASA Y LE DEJAN EL ESPACIO A OTRO LIDERAZGO DE OPOSICIÓN.
Conste la idea del plebiscito fue de ellos. Y,
desde luego, son ellos los que deben sufrir las consecuencias.
REFLEXIONES 19
13-08-13
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