(Por considerarlo acertado y
oportuno reproduzco este artículo del amigo y colega)
Las autoridades americanas han
anunciado lo que todo el mundo sabía: llegó el tiempo electoral a la gran
democracia del norte y la reelección del Presidente Trump es la primera
prioridad, sin lo cual no hay ni pasará nada. A comienzos de año todo estaba
listo para la intervención militar, los ciudadanos estaban conscientes y
animados, pero el gran logro de los partidos colaboracionistas y de sus
amigotes mercantilistas es haberla obstaculizado e impedido, pasó el tiempo y
Venezuela perdió el tren. Estamos de nuevo en el punto de partida, con una
traición a cuestas, pero con el panorama más claro: “colaboracionistas y
chavistas” son la misma cosa, las dos caras de la misma moneda, como el grito
histórico: “españoles y canarios”. No quedan dudas que la Asamblea Nacional se
salió de la Constitución y está condenada por los artículos 333 y 350. Ya es
parte de la dictadura por activa o por pasiva, quedó desnuda y de manera
solapada, mercantilista y disimulada sucumbió ante la dictadura que como la
barbarie “atrae, traga y mata”. Resultó ser un “caballo de Troya” dentro de la
Venezuela democrática. Lo que haga o diga no tiene ningún valor, vigencia,
legitimidad o eficacia constitucional. Ganó el colaboracionismo y perdió
Venezuela entregada a un inmenso, indescriptible y doloroso sufrimiento.
La sociedad civil debe apoyar el
nuevo liderazgo que, firme y decidido, está surgiendo de sus entrañas sin
ningún compromiso con el colaboracionismo ni con el pasado y continuar
organizando la nueva estructura política de resistencia a la dictadura en toda
Venezuela y en todas partes. Recordemos que, de aquí a un año, cuando el
Presidente Trump sea reelecto, el tren volverá a pasar y si los ciudadanos
están listos ese gran amigo de Venezuela vendrá con todo.
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