Es
lo que han demostrado ser los Obispos, cuyo último gesto de valentía por ahora
lo ha dado el de Yaracuy
Ante el vacío de liderazgo de la fuerza del Bien por
la traición de la MUD, que cayó bajo el control de los colaboracionistas,
aliados del Mal representado por la narcotiranía comunista de la delincuencia
organizada servil a Cuba, los Obispos han asumido plenamente el rol de pastor
que les impone la doctrina cristiana. Lo vienen haciendo desde hace tiempo sin
que su prédica se convierta en acción política por la inexistencia de un
partido demócrata-cristiano después de la desaparición política de COPEI. Pero
ha sido en este mes de enero cuando han sucedido dos acontecimientos que, por
su transcendencia, han motivado la reacción violenta del títere de Cuba.
Hablaré hoy del último cronológicamente, dejando al primero para la semana
entrante.
En la celebración del día de la Divina Pastora, en
Barquisimeto, el Obispo de Yaracuy, Mons. Víctor Hugo Basabe, pronunció una
homilía que irritó a la delincuencia organizada que nos gobierna por delegación
de Cuba. Tocó dos temas: la insensibilidad de la narcotiranía ante la tragedia
humana que vivimos y la emigración de millones de venezolanos, principalmente
jóvenes. Calculada la diáspora en dos millones, que aumentará cada día cuando
uno ve los miles que hacen colas en los registros para obtener copias apostilladas
de sus documentos, los cuales solicitan para irse del país. Pronto el 10% de la
población estará en el extranjero. Refiriéndose a ello Mons. Basabe, hablando
sin duda en nombre de todos los Obispos dijo: “No puedo dejar de sentir dolor y
hacer mía la tristeza de tantas de nuestras familias venezolanas que hoy se ven
tocadas por la migración de sus miembros a tierras desconocidas. Son ya
millones de hermanos venezolanos, sobre todo jóvenes, los que se han marchado
de nuestro país en búsqueda de de nuevos horizontes y mejores condiciones de
vida para ellos y para los seres queridos que dejan en su patria….Jamás
pensábamos que llegarían estos días aciagos que hoy vivimos, en los que los
venezolanos serían los que tendrían que marcharse de su país, buscando ser
acogidos, protegidos, promovidos e integrados en sociedades, muchas veces
hostiles a su presencia.”
Entonces dijo a los que no se han ido todavía: “No son
ustedes, muchachos, los que tienen que irse. Si alguien tiene que irse de
Venezuela es el responsable de este desastre. Si alguien tiene que irse es el
responsable de que miles de niños sufran de desnutrición severa. Si alguien
tiene que irse es el responsable de que miles de venezolanos hurguen en la
basura buscando un desperdicio para saciar el hambre. Si alguien tiene que irse
es el responsable de la corrupción que condena a los enfermos a morir de mengua
en los hospitales por falta de insumos y medicamentos. Si alguien tiene que
irse de Venezuela es quien está empeñado en pisotear la dignidad de los
venezolanos al pretender convertirnos en mendigos y pordioseros, dependientes
sólo de las dádivas que ocasional y clientelarmente nos ofrezcan.” En resumen:
es Maduro el que tiene irse, no la gente decente y menos los jóvenes. Y el
único modo de que Maduro se vaya es repetir el 23 de enero, del cual vamos a
conmemorar el 60° aniversario.
Terminó la homilía con una invocación a la Divina
Pastora: “todo el pueblo venezolano te pide que nos libre de tantas pestes que
nos afligen”. Y con una invitación: “a ustedes queridos hermanos que hoy están
fuera los invito a tener presente que esta tierra los espera con los brazos
abiertos. Aquí nunca serán extranjeros, aquí están sus seres queridos y, sobre
todo, aquí estará Venezuela esperándoles para que juntos emprendamos la tarea
de reconstrucción de nuestro país cuando esta peste que hoy nos azota sea parte
del pasado.”
La respuesta del tirano fue ordenar a sus sirvientes
el enjuiciamiento penal Mons. Basabe quien le respondió: “Sabía que mis
palabras molestarían a quienes en el fondo de su conciencia saben que son
responsables de la tragedia que vive este pueblo. No tengo miedo, señor Maduro,
la cobardía no es lo mío. Allá aquéllos a quienes ni su conciencia ni la historia
los perdonará.” Nada menos que todo un hombre bajo la sotana.
El problema de Maduro es que los Obispos se
diferencian de los colaboracionistas demostrando que son hombres bajo la
sotana. Seamos solidarios con ellos. Y la mejor solidaridad la expresaríamos llenando
el vacío político de la fuerza del Bien con una ALIANZA LIBERTADORA como la que
vengo proponiendo.
@petitdacosta
@petitdacosta
ALIANZA LIBERTADORA 16
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