Liberación Nacional y No-Reelección (24)
Todo el proceso electoral está viciado, desde la cedulación
y el registro hasta la totalización. Lo tiene en su poder una gavilla,
organizada para delinquir, bajo la dirección de Cuba.
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1.- “Los votos que anunció el CNE no son los votos que sacó
el candidato Maduro.” Estas palabras del candidato de oposición, junto con
múltiples denuncias que las acompañan, confirman que el proceso electoral en
Venezuela se ha convertido en un concurso de delitos electorales. Nos da la
razón a los que veníamos sosteniéndolos desde hace mucho tiempo, recibiendo
descalificaciones desde la misma oposición. Todo el proceso está viciado, desde
la cedulación y el registro hasta la totalización. Lo tiene en su poder una
gavilla, organizada para delinquir, bajo la dirección de Cuba. La delincuencia
electoral es en Venezuela una modalidad de la delincuencia organizada, que
somete al país al dominio de Cuba, por medio de sus títeres, torciendo la
voluntad popular. Estamos en poder de una mafia electoral. Ratifica que de
ninguna tiranía comunista se sale por elecciones.
Las tiranías comunistas clásicas, por ejemplo Cuba, no
organizan mafias electorales porque no necesitan simular que son democracias.
En cambio, la delincuencia electoral es una necesidad de la tiranía comunista
venezolana por estar requerida de celebrar elecciones para preservar la fachada
democrática ante la comunidad internacional. Pero por si acaso, con el fin de
evitar sorpresas, Cuba misma se encarga de organizar la delincuencia electoral
en Venezuela, por lo cual controla y supervisa, aquí y desde La Habana por
cable submarino, todas las etapas del proceso electoral: cedulación, registro,
máquina de votación bidireccional, transmisión de datos, movilización y
totalización.
Cuando caiga la tiranía comunista habrá que enjuiciar y
meter presos, hasta que se pudran en la cárcel, a todos los partícipes de la
mafia electoral, no sólo por el concurso de delitos electorales continuados,
sino por haber estado al servicio de Cuba (traición a la patria).
2.- “No vamos a participar en una auditoría chimba del CNE,
porque en ese caso estaríamos apoyando una mamarrachada.”
Con estas otras palabras el candidato de oposición ha
descalificado al CNE como órgano imparcial y confiable, que así nos lo
presentaban antes en contra de la opinión nuestra. Y lo ha desnudado para
mostrarlo como lo que es: un instrumento de la tiranía comunista, encargado de
proclamar su victoria electoral fraudulenta. Ya nadie de la oposición nos puede
repetir el cuento chino de que “el sistema está blindado”, ni venir a pedirnos
“respeto al árbitro”. Está clarísima la exactitud de la máxima: “árbitro
vendido/juego perdido.” ¿Cómo
justificarían en adelante seguir jugando con el mismo árbitro, habiéndose
probado que está vendido, y que no puede ser de otra manera, puesto que lo ha
escogido la tiranía comunista de la cual forma parte?
3.- “Nicolás Maduro y el grupito de enchufados se robaron
las elecciones.” Con estas otras palabras del candidato de oposición queda
claro que Maduro es un gobernante ilegítimo, puesto allí por el fraude
consumado por la delincuencia electoral organizada que actúa al servicio de
Cuba.
La ilegitimidad de Maduro obliga a su desconocimiento. Y el
desconocimiento se expresa en manifestaciones de rebeldía cívica y
desobediencia civil, único modo de que tenga resultados. Pero se ha optado por recurrir al TSJ, a
sabiendas de que, con toda seguridad, la sentencia será en contra, el día que
salga. Es meter el caso en el congelador, dándole tiempo a la tiranía
comunista, al servicio de Cuba, para desgastar a la oposición. Sin calle los
recursos judiciales no tienen futuro.
Conspira en contra de la oposición el peso de la burocracia
en su seno, porque diputados, gobernadores y alcaldes dependen del Gobierno
Nacional, o sea, de Maduro, que paga el situado y los sueldos. A lo que se
sumará el señuelo de las elecciones municipales. De ello se valdrá Maduro para
torcerle el brazo: obligarla a reconocerlo a él y al CNE e ir a elecciones
municipales sin condiciones comiéndose sus propias palabras. Y con estos hechos
desmentirá las denuncias ante la comunidad internacional.
¿No hay esperanzas? Sí la hay. Está en una oposición de
calle que encabece la rebelión de las masas, de la cual los votos del
descontento fueron apenas el anuncio. Le ha abierto la puerta de entrada al
escenario político la misma tiranía comunista al cerrar definitivamente la
salida electoral.
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