Compatriotas: La Carta Democrática de América expresa que no
hay democracia si no hay elecciones justas. Entonces, porqué no presentamos
ante la OEA, como electores, la denuncia formal contra la elección presidencial
en curso por ser injusta, y en consecuencia viciada, por el ventajismo o
inequidad? Este sería el primer argumento.
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Hasta 1.968 se decía, con razón: “GOBIERNO NO PIERDE
ELECCIONES.” Y, en verdad, no las perdía por el ventajismo, complementado con
el fraude. El ventajismo precede y prepara el fraude, por ser parte
constitutiva del mismo. Y, como tal, el ventajismo contamina y vicia el proceso
electoral.
VENTAJISMO es un venezolanismo usado en las luchas políticas
por la democracia desde el siglo XIX. Significa “condición, estado o situación
de ventaja o privilegio” derivada del poder político. Se lo usa para señalar el
abuso del poder político que se vale ilícitamente de su situación ventajosa
para comprar votos o, en su defecto, ejercer coacción, con el fin de que el
resultado electoral sea favorable al gobernante o a su candidato.
Fuera de Venezuela, por ejemplo en México, al ventajismo se
lo denomina INEQUIDAD, o sea, lo contrario, a la equidad. A ésta la
caracterizan, en materia electoral, la imparcialidad y la igualdad, que son los
requisitos fundamentales e insoslayables para la existencia de un elemento
esencial de la democracia que es, según la Carta Democrática de América (Art.
3), la celebración de ELECCIONES JUSTAS. No basta, pues, con celebrar
elecciones para que el sistema político se tenga como democracia, ya que las
tiranías también celebran elecciones. Todos los tiranos venezolanos
permanecieron en el poder haciéndose elegir varias veces. La existencia real de
una democracia se prueba con elecciones justas. Y son justas las elecciones que
se celebran observándose IMPARCIALIDAD e IGUALDAD. Están, por el contrario,
viciadas por injustas las elecciones en las cuales no haya imparcialidad ni
igualdad, porque se practica VENTAJISMO, negación de ambas. Una elección
injusta deslegitima, porque el resultado electoral está contaminado. El electo
en una elección injusta tiene, por ello, una deslegitimación de origen. Carece
de legitimidad para gobernar.
En la larga lucha contra el ventajismo lo primero que se
logró fue la no-reelección inmediata del Presidente de la República. Desde la
Constitución de 1.811 la no-reelección inmediata fue una constante en nuestras
constituciones, porque EN VENEZUELA ES IMPOSIBLE UNA ELECCIÓN JUSTA CUANDO SE
PERMITE LA REELECCIÓN INMEDIATA. Reelección inmediata es, entre nosotros,
sinónimo de ventajismo descarado. EN NUESTRO PAÍS LA REELECCIÓN INMEDIATA ES LA
PUERTA DE ENTRADA A LA TIRANÍA. Y LA REELECCIÓN INDEFINIDA, A LA CUAL CONDUCE
LA INMEDIATA, ES LA CONSAGRACIÓN DEFINITIVA DE LA TIRANÍA. Allí están los
antecedentes de Monagas, Gómez y Pérez Jiménez, a quienes sigue El Tirano que
padecemos ahora, con la pretensión de superar o, por lo menos, igualar el
récord de 27 años consecutivos en la presidencia. Le faltarían sólo 7 si se
hace reelegir por tercera vez en 2012.
Enseña la historia que la primera exigencia popular,
desaparecida la tiranía, ha sido restablecer la no-reelección inmediata para
impedir que, partiendo del ventajismo que acompaña a toda reelección inmediata,
se instaure otra tiranía. Así a la
muerte de Gómez se aprobó la Constitución de 1.936 la que, respondiendo al
clamor general, disponía lo siguiente: ”Art. 95.- El Presidente de la República
durará en sus funciones cinco años, y no podrá ser reelecto para el período
constitucional inmediato.” Después, caído Pérez Jiménez, se incluyó en la
Constitución del 61 este precepto: “Art. 184.- No podrá ser elegido Presidente
de la República quien esté en ejercicio de la Presidencia para el momento de la
elección, o lo haya estado durante más de cien días en el año inmediato
anterior..”
Con la Constitución de facto de 1.999 hemos retrocedido 54
años si los contamos desde el derrocamiento de Pérez Jiménez, 77 años si los
contamos desde la muerte de Gómez, 154 años si los contamos desde el fin del
gobierno de los Monagas y 201 años si los contamos desde la Constitución
aprobada por los padres de la patria. Hemos perdido todo lo andado en la lucha
por la democracia. Para recuperarlo deberemos comenzar por restablecer la
no-reelección. Y será lo que haremos cuando termine la tiranía.
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