Compatriotas: Para salir del infierno donde estamos metidos
(porque, sin duda, esto es el infierno), los venezolanos tenemos que sortear
las pruebas diabólicas que nos ha puesto El Tirano, guiado por la mente
satánica de su maestro Fidel Castro. A la primera de estas pruebas diabólicas
podemos llamarla “pasar por las horcas caudinas.” ¿Cuál es y porqué llamarla
así?
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En los tiempos ya remotos de la educación de calidad, que la
hubo en el pasado, aprendíamos en bachillerato el significado de “pasar por las
horcas caudinas”. Viene de un episodio
de la historia de Roma, de tanta repercusión en el pasado que ha servido
durante siglos para describir la situación penosa de quienes, tanto en la
guerra como en la política, caen en la trampa del enemigo, a pesar de haber
sido advertidos, sufriendo por ello derrota, humillación y deshonra. Los
romanos fueron engañados por agentes del enemigo, disfrazados de inocentes
pastores, quienes le hicieron creer que el único y más fácil camino para la
victoria era pasar por un desfiladero estrecho situado entre dos montañas,
precisamente las Horcas Caudinas. Allí fueron esperados y aniquilados. Para
mayor escarnio a los sobrevivientes los obligaron a rendir honores a los
vencedores, debiendo caminar inclinados por debajo de un arco de lanzas.
¿A qué llamo ahora “pasar por las horcas caudinas”? A
la elección presidencial, primera prueba
diabólica que se nos ha puesto para impedir que salgamos de este infierno.
¿Porqué llamarla así? Veamos. No existe
en la historia una tiranía comunista que haya perdido una elección organizada
por ella. Y, sin embargo, la que tenemos aquí hace creer lo contrario mediante
el engaño. Convence a los partidos, valiéndose de infiltrados, que es posible
tomar el poder por esta vía fácil, sencilla y directa, sin derramar una gota de
sangre ni recibir siquiera un golpe. A los que advierten sobre la trampa se los
aparta. A los que claman por tomar precauciones, se los calla. A los que
recomiendan un Plan B, se los ridiculiza. Se meten, pues, en el desfiladero de
la elección presidencial, sabiendo que el enemigo domina las dos montañas
inmensas que están a cada lado. Son: el ventajismo y el fraude. Estas son las
Horcas Caudinas.
El ventajismo es grosero e impúdico. Un CNE controlado
totalmente por la tiranía. ¿Para qué? Para no perder la elección presidencial,
la que realmente les interesa. Con este fin han sido puestos allí sus miembros.
Todo el dinero de la República financiando la campaña de El Tirano. Rota la unidad
del Tesoro, El Tirano mismo dispone discrecionalmente de la renta petrolera
para financiarla. Legalizada la compra de votos con el nombre de misiones, que
son las bolsas donde se cotizan. Todos los funcionarios públicos convertidos en
activistas de la campaña a tiempo completo, pagados con dinero público. No hay
República, sino partido y jefe. Radios y televisoras públicas dedicadas
exclusivamente a la campaña por la reelección de El Tirano. Cadenas diarias
para que también los medios privados sirvan a la campaña de El Tirano. Y el
remate, los militares también en campaña, proclamándose “bolivarianos,
socialistas y chavistas”. Y son estos militares que se proclaman chavistas los
encargados de cuidar de los materiales electorales y transportar las actas.
El fraude no puede ser más descarado. La tiranía, con
asesoramiento cubano, emite cédulas múltiples, cedula a extranjeros y lleva el
registro electoral. Contrata sus propias máquinas de votación. Compra equipos
para mejorar la identificación del voto de cada elector. ¿Quién puede creerles
que cada equipo que instalan es para garantizar la pureza de la votación? Para garantizar pulcritud basta con elegir un
CNE imparcial. Se vende sus propias máquinas de votación. ¿Las llamaremos
“máquinas preñadas” a semejanza de las “urnas preñadas” que se usaron en
México? Se transmiten los datos por la red de la tiranía. Retienen los
resultados encerrándose en una sala de totalización adonde sólo ellos pueden
entrar. Y, por si alguno reclama, todos los jueces electorales son suyos.
En descargo de los romanos que cayeron en la trampa, hay que
decir que no conocían el paso por las Horcas Caudinas porque jamás habían
pasado por allí. Nosotros no podemos decir lo mismo. Sabiendo lo que nos
espera, obviemos las Horcas Caudinas haciendo un rodeo para caerle por detrás
al enemigo. Usted me entiende, ¿verdad?
Claro que entiendo. Lo que no saben muchas personas es que aqui en LOS teques estan llegando cubanos a diestra y siniestra, supuestamente "medicos " lo pesencie el sabado pasado en la mañana.,
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