1.- Hoy 15 de junio se cumplen 208 años del “Decreto de Guerra a Muerte” dictado por el Libertador en la continuación de la Campaña Admirable. ¿Qué lo motivó? La crueldad de la represión de los realistas contra los patriotas después de proclamada la independencia, incumpliendo lo pactado por Monteverde con Miranda en la llamada “Capitulación de San Mateo.”
2.- Traslademos el escenario a la situación actual. Maduro, representante de Cuba, como Monteverde lo era de España, fingió negociar en 2014 y 2017, cuando la gente peleaba en la calle, sobre todo los jóvenes igual que en 1812. Pero los supuestos negociadores resultaron ser colaboracionistas que traicionaron a los insurrectos y sobre todo traicionaron a la patria. Envalentonado Maduro, y confiando en la complicidad de los colaboracionistas, desató una represión bestial contra todos los verdaderos opositores que dura hasta esta fecha, tal como lo hizo Monteverde en aquel entonces.
3.- Luego surgió Guaidó. Pero en lugar imitar la “Campaña Admirable” viniendo desde afuera, ya que contaba con el apoyo de 60 países (apoyo que nunca tuvieron los patriotas hace dos siglos), se dejó envolver por los colaboracionistas y no hizo nada defraudando a todos. Nadie ni nada excusa su fracaso. Ni siquiera tiene los méritos que tenía Miranda. Y menos aún se le perdona la propuesta de capitulación ante el Monteverde de ahora, presentada como Acuerdo.
4.- Invadiendo desde Nueva Granada, Bolívar demostró que era posible derrotar al poderoso imperio español representado por Monteverde, siempre que se lo propusiera y al efecto se organizara al pueblo. Pero que era posible derrotarlo sólo usando la fuerza, no mediante negociaciones ni acuerdos, porque estaba probado que los representantes del enemigo eran criminales que no cumplían los acuerdos. Lo mismo sucede ahora con los representantes de Cuba, los criminales que usurpan el poder violando Constitución y leyes, y que como todos los criminales sólo entienden el lenguaje de la fuerza.
5.- La segunda lección de Bolívar: no es posible derrocar por la fuerza a los criminales en el poder si no hay un deslinde con los colaboracionistas, que son los más perniciosos porque trabajan desde adentro para el enemigo. El Decreto de Guerra a Muerte hizo el deslinde ajustado a su época. El deslinde ajustado a las circunstancias actuales sería la orden de hacer justicia, tratando por igual de TRAIDORES A LA PATRIA a títeres y colaboracionistas, tal como se hizo en Francia al ser liberada. Aquí la lista de colaboracionistas se facilita porque en su mayoría son políticos busca-puestos y corruptos; sin ir muy lejos, los candidatos en las próximas elecciones regionales. No se puede llamar opositores a los colaboracionistas.
El de ahora sería el DECRETO DE GUERRA a títeres y colaboracionistas para someterlos a la justicia, llegada la hora, por TRAIDORES A LA PATRIA.
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