El título del editorial del
diario EL MUNDO de España, en su edición de hoy, describe como nos ve el mundo
desde la publicación del Informe de la Comisión Especial Independiente de la
ONU. Y refleja nítida y exactamente lo que es nuestro país en la actualidad.
Tras la lectura del Informe: “nadie tendrá ya excusas para seguir con la venda puesta, ampararse en el desconocimiento o ignorar las constantes denuncias que la oposición y numerosos organismos internacionales llevan años repitiendo. Porque lejos de ser actos aislados perpetrados por elementos corruptos del régimen, el informe especifica que los asesinatos extrajudiciales, las desapariciones forzosas, las torturas, las detenciones arbitrarias y la violencia policial contra los manifestantes forman parte de una práctica habitual y coordinada por la cúpula del Ejército y el propio Gobierno para atemorizar a la población y perpetuar la dictadura.”
Agrega: “La Misión de la ONU reveló ayer que las «autoridades y las fuerzas de seguridad han planificado y ejecutado desde 2014 graves violaciones de los derechos humanos, algunas de las cuales -ejecuciones arbitrarias y el uso sistemático de la tortura- constituyen crímenes de lesa humanidad”. Y dio los nombres de los jefes del TERRORISMO DE ESTADO: “El presidente Nicolás Maduro y los ministros de Interior y Defensa, los generales Néstor Reverol y Vladimir Padrino López. Contra ellos, la ONU pide abrir una investigación para determinar sus responsabilidades penales.”
Concluye: “Las acciones de la comunidad internacional -y en especial las del Gobierno de España, cuyo vicepresidente es un declarado defensor del régimen chavista- deberán estar, desde este momento, guiadas por la certeza de que en Venezuela reina un auténtico IMPERIO DEL TERROR que debe acabar cuanto antes sin concesiones hacia el dictador y sus cómplices.”
He dicho que el Informe tiene estas dos consecuencias políticas inmediatas: 1) Maduro y Padrino, y también Reverol, están marcados, no tienen adonde ir a vivir porque la justicia de Estados Unidos, que ofrece recompensa a quienes los entreguen, y la justicia universal los perseguirá adonde vayan, de lo cual se encargarán sus víctimas, sobre todo los militares, y sus respectivas familias, aparte de todos los espontáneos que se sumarán a la cacería. Conscientes ellos de su situación, no entregarán el poder pacíficamente. No hay, pues, salida pacífica y electoral. La salida es por la fuerza. 2) Ultracolaboracionistas y colaboracionistas “ya no tienen excusas para seguir con las vendas puestas”. Si persisten en su actitud sirviendo de comparsa electoral se les tendrá por colaboradores de los criminales en el TERRORISMO DE ESTADO. Véanse en el espejo de los colaboracionistas franceses. Hasta el Mariscal Petain pagó su traición a pesar de sus méritos militares.
El problema que tendrán los jerarcas del IMPERIO DEL TERROR y sus bandas de sicarios y torturadores, es que el universo de sus víctimas comprende a casi toda la población, con el añadido de que existiendo cinco millones de venezolanos que han emigrado por culpa suya a todas partes no hay rincón en el mundo donde no habite uno que lo reconozca y disfrute de la cacería.
petitdacosta@gmail.com
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