En su discurso de aceptación de la candidatura del Partido Republicano, el Presidente Donald Trump, dijo el jueves pasado que la elección presidencial del 3 de noviembre es la más importante de la historia de Estados Unidos, porque los electores van a decidir entre los valores tradicionales en los cuales se ha sostenido su democracia durante más de dos siglos y los propios del socialismo/comunismo que pretende imponer la izquierda radical que domina el Partido Demócrata. Sin duda es la elección más importante después de la Primera Guerra Fría o Tercera Guerra Mundial, ganada por Estados Unidos y sus aliados democráticos de la OTAN.
Nos complace que, por fin, un Presidente de Estados Unidos y la
mayoría del Partido Republicano haya tomado conciencia de que estamos inmersos
en la Segunda Guerra Fría o Cuarta Guerra Mundial y que la misma ha llegado al
territorio de su país. El enemigo está repitiendo allá su estrategia exitosa en
América Latina contra los gobiernos democráticos: protestas violentas
acompañadas de saqueos y destrucción de inmuebles y negocios, que luego se
reproducen y transforman como reacción contra las autoridades que intenten
poner orden. Su objetivo primero: desprestigiar y desestabilizar al gobierno
democrático por conservador o de derecha y crear así el ambiente para que
acceda un gobierno de izquierda, socialista o comunista, para lo cual
aprovechan el descontento por la destrucción de economía y empleo a causa de la
pandemia, la que parece inventada por el comunismo chino con este fin.
En Estados Unidos los desórdenes están motivados por el racismo,
la discriminación de los negros. Argumento falaz, cuando acaban de tener de
presidente durante ocho años a un negro que vivió en la Casa Blanca con su
mujer negra y sus hijas negras. Véase el contraste. La Cuba comunista, con
mayoría negra en su población, no ha tenido de presidente a un negro durante 60
años de comunismo. La Venezuela comunista, con millones de negros en la
población, no ha tenido de presidente a un negro durante 20 años de comunismo.
Con estos ejemplos podemos decir que los racistas son los comunistas, porque a
los negros los ponen de segundones o mandaderos. Con este pretexto los negros
de aquí y de Cuba deberían protestar con la misma furia contra el racismo de
los gobernantes comunistas.
La elección presidencial de Estados Unidos, fijada para el 3 de
noviembre próximo, es más importante para Venezuela que para los habitantes de
aquel país, porque habiendo tomado conciencia Trump y los republicanos del
peligro que corren se verán obligados a actuar contra la base de operaciones de
sus enemigos, el CARTEL CRIMINAL DE COMUNISTAS Y TERRORISTAS que tiene su sede
aquí, cuyo objetivo es precisamente la destrucción de aquella primera potencia
mundial como baluarte de la democracia. Porque saben que AQUÍ ESTÁ EL FOCO
INFECCIOSO vienen repitiendo: “todas las opciones están sobre la mesa.” Y
acaban de ratificarlo.
Tanto la suerte de ellos como la nuestra están vinculadas.
petitdacosta@gmail.com
04-09-2020.
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