¿Cómo ha terminado Venezuela
siendo escenario bélico de la 2ª. Guerra Fría-4ª.Guerra Mundial actualmente en
desarrollo? Continúo la explicación del proceso que nos condujo a esta
situación, sobre todo para la ilustración de los jóvenes.
En 1985 el comunismo soviético
gira hacia la apertura económica y política bajo el liderazgo de Gorbachev.
Creyendo que, por su sumisión y dependencia de la URSS, Fidel Castro seguiría
esta tendencia, Carlos Andrés Pérez invitó a su toma de posesión en 1989 a
Fidel Castro, quien llegó con un séquito. Pocos días después de su partida,
sucedió el CARACAZO: desórdenes, saqueos y violencia en toda Caracas. No fue
casual, como se demostró.
El Muro de Berlín cae luego ese
mismo 1989 y el año siguiente (1990) comienza la desintegración del IMPERIO
COMUNISTA SOVIÉTICO en Europa. Con la
premura del caso el mismo Fidel Castro que estuvo en Caracas como invitado de
honor de CAP, constituyó, actuando como
jefe, la INTERNACIONAL COMUNISTA DE AMÉRICA (Foro de Sao Paulo), con estos
objetivos: 1) Asegurar la supervivencia de la tiranía comunista de Cuba para no
ser arrastrada por el derrumbe comunista en Europa; 2) Asaltar el poder en toda
América Latina para cercar a Estados
Unidos; y, 3) Infiltrarse dentro de Estados Unidos para destruirlo como
potencia capitalista y democrática, que es su objetivo final, probado por la
derrota pacífica de la URSS que sólo de este modo el comunismo triunfará. Así
América Latina pasaría a ser escenario de la 2ª. Guerra Fría o 4ª. Guerra
Mundial.
La estrategia para alcanzar estos
objetivos no consta en escritos de Fidel Castro quien nunca se ocupó de
escribir un cuerpo doctrinario. La conseguimos en los teóricos marxistas
latinoamericanos de la época. Veamos:
Desde cuando Marx comenzó el
Manifiesto Comunista con la consigna: “Proletarios, del mundo uníos”, el
comunismo se definió como clasista, el partido de los proletarios, o sea, de
los obreros industriales, a los cuales se los llamaba “proletarios” porque lo
único que tenían era su prole (sus hijos).
El “castro-comunismo”, o
comunismo americano, se aparta de esta tesis, porque: “el proletariado dejó de
ser una clase revolucionaria…El proletariado fue revolucionario en la Europa
del siglo pasado (XIX) y aún en nuestro siglo (XX) cuando vivía en las
condiciones que hoy son inherentes a marginales y desplazados….Organizar a los
obreros, a la manera tradicional, es perder el tiempo” (DARB, 1992).
En efecto, el comunismo fue
derrotado en Europa por dos razones fundamentales: 1) Los trabajadores viven
bien porque gozan del Estado de Bienestar; y, 2) En el capitalismo
post-industrial o sociedad del conocimiento, los obreros son minoría
decreciente mientras la mayoría creciente la forman trabajadores altamente
calificados.
Para el “castro-comunismo, en
lugar de esos trabajadores aburguesados: “hay en el mundo de hoy, pero sobre
todo en los países de América Latina, un universo de gente que sí lleva una
fibra revolucionaria: los marginales, los que escogen el camino del hampa
porque no hay otra alternativa, los desplazados del campo que caen en ese
reservorio de calamidades que es la ciudad; allí está el panorama, la fuerza,
el espíritu de la revolución. Allí, entre los marginales o la chusma, como la
llamaba Gaitán, los vendedores ambulantes, las prostitutas, los hampones,
desembocan en la revolución antes que muchos obreros” (DARB, 1992).
En su desesperación porque los
trabajadores desertaron del comunismo, el castro-comunismo toma por vanguardia,
como tropa de asalto al poder, a vagos y maleantes. Es lo que viene haciendo en
América Latina para desestabilizar y hacer caer a los gobiernos
democráticos.
petitdacosta@gmail.com
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