Dos son los favores que acaba de
hacernos la justicia de Estados Unidos al ordenar la captura con recompensa de
la cúpula de la narcotiranía de la delincuencia organizada que nos ha impuesto
Cuba como gobierno títere:
1.- El primer favor: Liquidar la
maniobra de colaboracionistas de la MUD y ultracolaboracionistas de la Mesita,
los cuales habían pactado con la narcotiranía la celebración de elecciones
parlamentarias para oficializar la cohabitación teniendo a Maduro como
Presidente de la República hasta 2025.
Si insisten los colaboracionistas
y ultracolaboracionistas en sostener a Maduro hasta 2025 se convertirán en
cómplices de los enjuiciados por narcotráfico y corrupción, corriendo el riesgo
de que vayan a juicio en Estados Unidos con el beneplácito de muchos
venezolanos que lo pedirían.
Colaboracionistas y
ultracolaboracionistas ya eran enjuiciables en Venezuela por complicidad con
Maduro, quien está incurso en el delito de traición a la patria por ser títere
de Cuba, en el delito de usurpación de la presidencia, en el delito de
corrupción (fue condenado por el TSJ Legítimo en sentencia de validez
reconocida por la AN) y en los delitos enjuiciables ante la Corte Penal
Internacional por los cuales ha sido denunciado formalmente por varios
gobiernos democráticos debido a que no hay tribunales imparciales en nuestro
país. Pero su enjuiciamiento debe esperar que se instale el gobierno de
transición y sea depurado el Poder Judicial y el Ministerio Público ante los
cuales deberán justificar su reiterado colaboracionismo.
Recuerden que Francia enjuició a
los colaboracionistas comenzando por el Mariscal Petain, héroe militar.
2.- El segundo favor: resolvernos
un problema grave que se nos presentará en la transición. Consiste precisamente
en el enjuiciamiento y prisión de la cúpula de la narcotiranía. No dispondremos
de Poder Judicial y Ministerio Público para esa tarea inmediata. Su depuración
nos llevará tiempo. Mientras tanto, la cúpula podrá tener jueces y fiscales
complacientes por identificación política y comprar a los que no lo sean. No
estaremos, pues, en condiciones de que se haga justicia. Entonces saldrán en
libertad y serán el mayor obstáculo para la transición a la democracia.
No podemos permitir que se repita
lo que pasó cuando Chávez renunció. Ahora tenemos la solución: entregarlos a
Estados Unidos para que los tengan presos mientras sus tribunales los enjuician
y condenan. De este modo no estorbarán para restablecer la democracia. Y,
tomando de modelo lo que se hizo con Noriega, cuando cumplan su condena en
Estados Unidos tendrán abiertos juicios por los delitos cometidos en Venezuela
con tribunales y fiscales nuevos, depurados como estarán para entonces el Poder
Judicial y el Ministerio Público. Y, en consecuencia, podrán ser enjuiciados
también los supuestos opositores que hayan recibido o hecho negocios con la
narcotiranía, e incluso los que se hayan apropiado indebidamente del dinero
ingresado por ayuda humanitaria o por cualquier otro concepto.
¿Ven porqué algunos supuestos
opositores no han celebrado las órdenes de captura emitidas por las autoridades
judiciales de Estados Unidos? Pues, nosotros los llamados radicales debemos
celebrarlas y aún más agradecer estos favores que acaban de hacerle al pueblo
venezolano.
ENCARGADURÍA 14 29-03-20
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