Maduro no es Maduro. Es Cuba. Lo puso Cuba en el cargo
que ahora usurpa. Lo maneja Cuba, a su antojo, como su títere. Es el monigote
de Cuba. El no piensa, sino ejecuta las órdenes que recibe de Cuba. Su jefe es
Raúl, heredero de su hermano Fidel.
Los anillos de seguridad de Maduro son cubanos. Tienen
el encargo de cuidarlo de los venezolanos, porque los cubanos saben que los
venezolanos no lo queremos. Pero los cubanos puestos para cuidarlo también
tienen órdenes de ejecutarlo si traiciona a los cubanos desobedeciéndolos.
Así Maduro no puede rendirse sin permiso de los
cubanos. No puede escapar tomando un avión sin permiso de los cubanos. Apenas
haga un movimiento sospechoso para los cubanos, los anillos de seguridad
procederán por instrucciones de La Habana.
Los que conozcan la historia de los cubanos de Castro
saben que Maduro está bajo su vigilancia más estrecha. Su caso es semejante al
que le vende su alma al diablo. No tiene escapatoria. Y Maduro le vendió su
alma a Satanás, que es la Cuba de los Castro. Y Satanás dispondrá de él si lo
traiciona desobedeciéndolo.
Entendamos entonces que estamos luchando contra
Satanás (Cuba), siendo Maduro apenas su títere. Y acabar con la tiranía de
Maduro será vencer a Satanás (Cuba) echándolo de Venezuela.
LIBERACIÓN NACIONAL 231 26-01-19
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