domingo, 30 de abril de 2017

DESOBEDIENCIA CIVIL DE CALLE Y CONTRAGOLPE CONSTITUCIONAL


En la calle estamos ganando la batalla, falta sólo para la victoria definitiva subir la apuesta y dar el contragolpe constitucional que ordena el 333 de la Constitución
-------------------------------------------------------------------------
Le estamos ganando a Cuba y su títere Maduro la batalla decisiva, no sólo para Venezuela sino para América Latina, desde el día en que el pueblo tomó la calle. Ha quedado demostrado que “la salida está en la calle”. Y que perdimos tres años con la bobería de la “salida pacífica y electoral.”
Probado que la calle es nuestro escenario favorable para ganar la batalla, no podemos abandonarla. Hay que permanecer en ella, porque será en ella donde alcanzaremos la victoria definitiva. No hay alternativa a la calle. No caigamos en las celadas colaboracionistas como las elecciones regionales. Los caídos en las calles no lo han hecho para que los políticos sean gobernadores y alcaldes, se sigan llenando mientras el pueblo pasa hambre y muere de mengua. La gente ha puesto los muertos por Venezuela, por su bienestar personal y el futuro de sus hijos, lo que requiere un cambio político y de sistema que comenzará si Maduro entrega ya el cargo que usurpa desde el 9 de enero. La gente no se sacrifica por los políticos. Se sacrifica por Venezuela, donde vive y se propone seguir viviendo, y por su familia.
Ahora le toca a los políticos lavarse la cara de colaboracionistas, interesados en cargos para disfrute personal, dando el contragolpe constitucional que les ordena el Art. 333 de la Constitución. Roto el orden constitucional, como lo declaró la AN en octubre acusando a Maduro de auto-golpe, en el cual reincidió con las sentencias 155/156 del TSJ, procede actuar de este modo: “En tal eventualidad, todo ciudadano investido o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia”.
¿Cómo se restablece la vigencia efectiva de la Constitución?
Ante todo removiendo de sus cargos a los golpistas sin fórmula de juicio. Es absurdo atenerse a una constitucionalidad inexistente. Si no existe orden constitucional, todas las medidas que se tomen son de excepción precisamente para restablecerlo. Y cuando se haya restablecido el orden constitucional, será cuando rija para los actos sucesivos.
En el caso de Maduro no hace falta removerlo porque el 9 de enero la AN declaró su falta absoluta por abandono del cargo. A partir de esta fecha la presidencia está acéfala o vacante constitucionamente, siendo Maduro un usurpador. Le correspondería al Vice ejercerla. Para impedirlo la AN debe removerlo conforme al 333 por haber participado en el autogolpe de Maduro. No es la remoción por causas administrativas, sino por haber participado en la ruptura del orden constitucional. Aquí repito: para restablecer la vigencia de la Constitución no hay procedimiento establecido. El fin justifica los medios.
Removido el Vice, a quién corresponde asumir la presidencia interinamente hasta tanto se celebre la elección presidencial prevista en 30 días? Es la oportunidad para que Julio Borges se lave la cara de colaboracionista que tiene con fundada razón. Es su chance de ser presidente así sea por 30 días. ¿Se atreverá a dar el contragolpe constitucional que lo beneficiaría de este modo? Yo no lo creo, visto sus antecedentes, pero ya sabemos que en la lucha por el poder rige el proverbio: “a las puertas del cielo, primero yo que mi padre.” ¿Propondría a otro? Menos lo creo, porque le sobra ambición. Hasta su partido es su propiedad privada.
Al dar el contragolpe constitucional (que afectaría también al TSJ y por consiguiente al CNE), la AN recibiría el apoyo masivo y entusiasta del pueblo venezolano volcado a la calle en todas las ciudades y pueblos y provocaría sin más demora la aplicación de la Carta Democrática de América ante la existencia de dos gobiernos paralelos, colocándonos los demócratas en la posición más ventajosa para que la salida de la situación sea la reinstitucionalización del país comenzando por la elección de un nuevo presidente.
Si los políticos no se atreven a dar el contragolpe constitucional, perderán definitivamente el autobús que conduce al poder. Lo conducirán otros hacia la estación
Larrazábal II aprovechando que el pasaje llamado pueblo en la calle sólo acepta como destino la salida de Maduro como sea.
 @petitdacosta

Liberación Nacional y No-Reeleción (211)




No hay comentarios:

Publicar un comentario